—Entonces, ¿con quién irás finalmente a entrenar? —preguntó Sakura.

—Con Iruka sensei, el capitán Yamato, Guy sensei y...

—Mi hermano —interrumpió Sasuke a Naruto.

—Vaya, él parece que siempre te acompaña a todos lados —murmuró Sakura, más para sí misma que para Naruto.

—Hay una respuesta a ello —dijo Sasuke.

—¡Tú cállate, bastardo! —le gritó Naruto.

—No le has dicho de cualquier forma —respondió Sasuke—. Tarde o temprano tendrá que enterarse.

Naruto ya estaba por darle un puñetazo en la cara, pero se detuvo cuando notó la expresión de confusión de Sakura.

—¿De qué hablan, ustedes dos? —preguntó.

—Sobre nada —respondió Naruto—. Solo que este imbécil le encanta sacar cosas que no le incumben.

—Bueno, en parte deben incumbirme. Después de todo, estamos hablando de mi familia.

Naruto cerró con fuerza los ojos y después volvió a mirar a Sakura.

—Cuando regrese, te lo explicaré. Por el momento no hay tiempo para ello. Será una charla muy larga —suspiró Naruto.

—Está... bien —contestó—. Bueno, será mejor ya ir avanzando. Ellos cuatro no son como Kakashi sensei, quien siempre llega tarde a cualquier lugar.

—Sí —respondió Naruto.

Sasuke solo asintió.

Los tres comenzaron a caminar rumbo a la salida sur de Konoha. Por el camino hubo varias personas que saludaron amistosamente a Naruto. Solo le dio una sonrisa y continuó con su camino. Naruto y Sakura platicaban alegremente sobre lo que habían hecho en la aldea y el hospital respectivamente. Sasuke solo se limitaba a murmurar un Si o un No.

Después de varios minutos, por fin llegaron a las puertas. Allí ya los esperaba Guy, Yamato e Iruka. Guy estaba haciendo estiramientos bastante rápido, lo que sorprendía a todos por la gran flexibilidad que podía llegar a tener. Yamato estaba sentado en el suelo mientras tomaba café de un termo. E Iruka estaba recargado en un árbol mientras leía una novela thriller. Todos dejaron de hacer sus cosas cuando llegaron los tres. Guy se acercó a ellos bastante rápido con una enorme sonrisa.

—¡Por fin están aquí, muchachos! —exclamó, alegremente, Guy—. Ya pensaba que su juventud se estaba acabando.

Sakura sonrió nervioso. Naruto al saber cómo era de excéntrico Guy, le devolvió una sonrisa del mismo tamaño que la de él. Sasuke solo rodó los ojos deseando estar en otro lugar.

—¿No ha llegado mi hermano? —preguntó a los demás.

—No. Ahora solo falta él, para poder partir de aquí —respondió el capitán Yamato mientras se levantaba y guardaba su termo en su mochila. Miro a Iruka, quien cerró su novela y le dedicó una sonrisa a Naruto, Sakura y Sasuke—. No creo que tarde en aparecer, en realidad, aún faltan cinco minutos antes de la hora que acordamos.

Naruto asintió. Lentamente se acercó un poco a la puerta. Estaba nerviosa de lo que le deparaba. No quería perder el control del Kyubi de nuevo y lastimar a sus maestros. Pero también quería volverse más fuerte para ser capaz de protegerlos. Se mordió el labio inferior mientras intentaba pensar en el futuro. Apareció la imagen de Madara; ladeaba la cabeza mientras estaba sentado sobre varios cadáveres. Entre los cadáveres vio a sus amigos, maestros, los que ella consideraba familia.

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiWhere stories live. Discover now