51.

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Cuando Jisung dijo «haz lo que te pida» esperé de todo menos que me tuviera como su criada. Me hizo darle un masaje de cuello y espalda y se quedó dormido en el proceso. Creo que estaba muy agotado.

Fue el primero en dormirse y el último en despertar.

Yo, por mi parte, abrí los ojos a pocos minutos de que se hicieran las nueve. La idea de despertar a Jisung para salir a dar un paseo pasó por mi mente, pero decidí no hacerlo porque parecía estar muy inmerso en su sueño. En cambio, me quedé en la cama esperando la hora adecuada para levantarme.

Espero que el resto de los chicos haya dormido bien. He de suponer que se acostaron bastante tarde.

Me quedé con la mente en blanco por unos segundos y mirando al techo cuando, de pronto, sentí la mano de Jisung rozando contra mi pómulo derecho, entonces volteé a verlo.

Todavía estaba dormido.

Tiene unas mañas raras. El otro día comenzó a besar mi hombro repetidamente... Sí, mientras dormía, y ahora me acaricia la mejilla con el dorso de la mano.

Reí en silencio y la aparté para envolverla en la mía.

Su rostro en reposo es una imagen etérea. ¿Cómo puede alguien ser tan hermoso? Cada fragmento de su rostro parece irreal.

—Deja de verme, no voy a desaparecer.

Mi corazón dio un vuelco.

—Joder, Jisung, de verdad me matarás de un susto.

—¿Cuál da más miedo: yo hablando de repente o tú mirándome fijamente mientras duermo?

—Solo admiraba lo lindo que eres. —mascullé y me di la vuelta sobre la cama para darle la espalda.

Él soltó una risita ronca y abrazó mi cintura para luego besar mi mejilla.

—Buenos días, preciosa. Hoy tenemos una cita pendiente.

—¿Nos podemos ir ya? —enseguida le miré con el rostro lleno de emoción.

—Si tú quieres. Vamos a disfrutar este día... Tú y yo solos, y quiero que te pongas ese conjunto con la falda.

—Está bien. Me voy a alistar.

Fui la primera en meterse a la ducha, luego Jisung entró mientras yo me vestía. Opté por no usar la falda, sólo la blusa que compré con esta. En su lugar me puse los mismos shorts del día anterior porque, conociendo a Han Jisung, uno de los dos terminará empapado en agua de mar.

—¿Y tu falda?

La voz de Jisung me tomó desprevenida por milésima vez y me giré por reflejo. Venía con el torso desnudo y una toalla envuelta en la cintura. Mi corazón se aceleró ante la imagen y perdí las palabras por un segundo.

—Eeh... No me sentí muy cómoda con ella, así que... —mis ojos recorrieron su abdomen y enseguida viré el rostro—. Te espero afuera. No tardes.

Le oí reír bajo. Seguramente notó el efecto que causó en mí; mi estómago estaba sintiendo cosquillas.

Resoplé con fuerza al salir de la habitación y me apoyé contra la pared. Me mantuve en el pasillo, percatándome del silencio ensordecedor que imperaba en la casa. No cabe duda de que los muchachos regresaron a altas horas de la madrugada.

Un par de minutos más tarde, ya estábamos listos para partir. Tuve que untar a Jisung con protector solar antes de salir porque se olvidó de hacerlo él mismo.

Me entregó sus lentes de sol porque no los necesitaría, pues él ya traía una gorra para protegerse.

—¿Tomamos el camino izquierdo o derecho?

just another day ; Han JisungWhere stories live. Discover now