39.

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La señora Han fue conmigo a la comisaría para imponer la denuncia y dar la información necesaria. Más tarde, me llevó a la clínica para asegurarse de que no tuviera alguna anomalía escondida y por último me llevó a comer.

Por supuesto que era mi obligación contarle todo (incluyendo la raíz de mis problemas con Hyeri), pues siendo una mujer tan intuitiva, supo que algo andaba mal después de que su hijo y yo fuéramos atacados de manera sucesiva. Sin embargo, dejé por fuera el hecho de que Minho jugó un papel importante en todo eso, simplemente no quise mentarlo por diversas razones.

Lo importante es que ella creyó mi lado de la historia.

Pasé dos días reposando en casa y debo decir que Jisung se veía bajo mucha presión; lucía triste, frustrado e irritado... todo al mismo tiempo. Pude notarlo cuando nos reuníamos en la mesa con su papás, en su voz, su actitud y cuando se quedaba en silencio mirando a la nada. Conmigo era el ser más dulce, pero una vez volteando la cara su expresión cambiaba.

¿Por qué no me compartía sus inquietudes? Sabía muy bien que podía contar conmigo. Estoy consciente de que mi salud mental estaba por los suelos, sin embargo, el apoyo mutuo es clave y no había motivo para dejar que los problemas se acumularan y cargarlos él solo.

Pasando a un tema menos angustiante, Chan, Changbin y Felix me visitaron esa tarde y trajeron consigo una canasta llena de chocolates, un manojo de distintas flores y una botella de vino para mí. La presencia de esos tres era tan grata y nunca fallaban en levantarme el ánimo.

Estando ante ellos en esas condiciones, no me quedó más remedio que contarles todo también. Chan no parecía tan sorprendido, lo que me hizo pensar que Jisung ya le había contado una buena parte de mí.

—Oh wow... —dijo Chan bajo un suspiro, revisando mi cara mientras me sostenía del mentón— Sí te hizo mucho daño. ¿Te duele?

Por el rabillo del ojo, noté como Jisung agitaba la pierna mientras nos observaba atento y, sin lugar a dudas, muy serio. ¿Diría que eran celos por la forma en la que Chan sostenía mi rostro? Absolutamente.

—Acabo de tomar calmantes, así que no siento ningún malestar.

—Yo digo que deberíamos devolverles la paliza —Felix golpeó su puño derecho contra su palma izquierda—. Siempre supe que había algo raro con Minho.

—¿En serio? —Changbin lo miró incrédulo— ¿Y por qué no nos dijiste nada? Estuvimos dos años conviviendo con ese tipo.

—Pues no quería quedar cómo mentiroso y mucho menos enfadar a Jisung, ya ven cómo ha estado desde que esto pasó. —apuntó fugazmente hacia el pelinegro, quien modelaba una cara larga.

—Para ser justo, yo también estaría molesto si mi amigo le hiciera esto a mi pareja. Ya saben todo lo que Jisung ha hecho por Minho, es comprensible que se sienta así.

—¿Podríamos cambiar el tema, por favor? —el recién nombrado resopló de mala gana.

—¿Quieren beber del vino que trajeron? —me puse de pie con la intención de buscar los vasos.

—Desde luego. —se apuró a decir Changbin.

—He estado bebiendo demasiado últimamente, pero una ronda extra no me hará daño. —secundó Felix.

Miré a Jisung, esperando su respuesta y sólo encogió los hombros con desinterés. Ni siquiera estaba tratando de ocultar su mal humor ese día.

—Yo iré —Chan se levantó antes de que pudiera moverme—. Tú estás malita del pie.

Él trajo los vasos de cristal y yo les serví un poco a cada uno. Los cuatro tratábamos de mantener un ambiente jovial entre conversaciones, bromas y demás, no obstante, Jisung estaba muy desanimado.

just another day ; Han JisungWhere stories live. Discover now