32.

2.2K 255 189
                                    

Escuché todo porque ni siquiera fui al baño. Volví para agarrar mi bolso y su discusión alcanzó mis oídos cuando estuve a unos pasos de la mesa. No sabía cuál era el problema y porqué Minho siempre tenía algo que decir sobre mí, pero sus palabras no fueron erróneas.

«Es demasiado tímida». Les doy toda la razón, incluso yo misma estoy harta de ello.

«Deseo que fuera más segura de sí misma». Igual deseo lo mismo, Jisung, pero es más fácil decir que hacer.

«Tú cargas con el peso en la relación». No puedo decir que Minho está equivocado. Me encariñé tan rápido que para entonces sentí que no podía avanzar por mi cuenta. Jisung se convirtió en una parte vital para mí, porque claro, la chica con falta de amor y aceptación cayó fácilmente ante la más mínima muestra de atención y afecto.

Después de casi treinta minutos encerrada en el baño, salí y me di cuenta de que Jisung ya dormía, o al menos así lo parecía. Abrí la puerta del balcón procurando hacer el menor ruido posible y me senté en el suelo, abracé mis piernas y recargué el mentón en mis rodillas.

Arruiné su noche. 

Ellos estaban completamente en lo cierto. Yo era como una carga para Han y no sólo eso, sino que también corría peligro estando conmigo. El pobre salió lastimado y todo por andar cuidándole las espaldas a alguien que tiene tantos problemas.

¿Por qué no puedo ser diferente? ¿Por qué? A este paso Jisung saldrá más perjudicado de lo que ya está siendo y hasta podría perder a su mejor amigo.

Ni siquiera me di cuenta del llanto escurridizo hasta que sentí una lágrima caer desde mi barbilla hasta el dorso de mi mano.

Deseaba ser una chica segura e independiente, realmente lo quería. Deseaba amarme a mí misma como solía hacerlo antes de ser afectada con todos los abusos que recibí, poder hablar y defenderme yo sola, expresar mi opinión y que todos supieran cómo me hacían sentir con sus burlas, golpes, insultos y todo lo que me hacían. Lastimosamente nunca lo hice y ahora solo me queda enfrentar y soportar las secuelas sujetas a mí.

Me detesto por quién soy y eso jamás cambiará. No pertenezco a ningún lado, nunca consigo integrarme a ningún grupo porque siempre hay una piedra en el camino que me impide progresar y ese obstáculo soy yo misma.

Me preguntaba si las cosas serían diferentes si mi abuela todavía estuviera conmigo, o mejor aún, cómo sería todo si hubiese ingerido las pastillas esa noche. Posiblemente ya estaría en paz.

No, no. No pienses así.

Cerré los ojos para despejar mi mente y no dejarme manipular por los malos impulsos que comenzaron a invadirme. Llené mis pulmones de aire, reteniéndolo por unos segundos para después exhalar despacio, acción que reiteré más de una vez. Y durante otros veinte minutos estuve sentada allí, abrazando mis piernas mientras me mecía suavemente hacia adelante y hacia atrás. Las lágrimas ya no eran muchas, pero seguían saliendo de vez en cuando.

Perdí toda la concentración cuando sentí sus brazos rodeando mi cintura y su mentón en mi hombro
Aunque me sorprendí un poco, no moví ni un músculo, solo limpié disimuladamente mis lágrimas y miré en sentido opuesto al suyo.

—Creí que estabas dormido.

—Te escuché salir del baño pero no te sentí en la cama —un silencio corto se formó al no haber respuesta mía—. Estás llorando otra vez.

No le miraba, pero creo que mi voz nasal me delató.

—De seguro te tengo harto con mis lloriqueos.

just another day ; Han JisungWhere stories live. Discover now