just another day ; Han Jisung

21.

Perspectiva de Han:

Salí de casa esa mañana porque ella me pidió buscar los ingredientes para preparar cheesecake. Antes de pasar por el supermercado, me comuniqué con Seungmin y le invité a desayunar porque tenía algo que consultarle.

—Entonces, Seungmin... Ella ya lo sabe, ¿no es así?

—¿Te lo dijo? —preguntó sin apartar su mirada del menú.

—No directamente, pero ayer hizo un comentario muy similar a las palabras que yo te dije. También lo supuse al ver que llegó con dos flores. Nunca antes le habías dado dos.

—Qué astuto.

—Te dije que le dieras específicamente una rosa cuando ella se enterara, pero traía una dalia y un tulipán porque te arrepentiste de darle la rosa, ¿verdad?

—Cómo dije antes, eres muy astuto.

—¿Por qué no se la diste?

—¿Eh? —finalmente bajó el menú y me miró— Porque debes hacerlo tú. Tú le darás esa rosa.

—¿Qué pretendes?

—Nada. Sólo opino que deberías ser franco y directo con ella.

—¿A qué te refieres?

—Te gusta, ¿no es así? Es fácil darse cuenta.

—¿Qué? No es cierto, sólo trato de ayudarla porque... porque... No es algo que puedo decir, pero no es lo que estás pensando.

—Digamos que te creo —suspiró y disolvió el azúcar en su café—, pero deberías ser tú quien se la dé. Deberías ver por ti mismo lo feliz que se pone al recibir una flor. ¿No es lo que querías? Levantar sus ánimos y verla feliz.

—Tienes razón, pero...

—¿Por qué te pones nervioso? Si no sientes nada por ella, no hay necesidad de estarlo. —sonrió ladino.

Mierda, el astuto parecía ser él. Pero tenía toda la razón, si ella no me gusta, ¿entonces por qué se me acelera el corazón al proyectar una escena cómo esa?

—Bien, lo haré y le diré la verdad. Le diré que soy yo quien le ha regalado todas esas flores.

—Y si te pregunta porqué, ¿cuál sería tu respuesta?

—¿Por qué? —vacilé la mirada por el lugar, buscando una respuesta de la que ni yo mismo estaba seguro— No lo sé.

—Bien. Si no te gusta, no te molestaría que la invite a salir, ¿cierto?

—¡¿Qué?! —espeté de manera súbita y al darme cuenta de mi reacción, relajé mis músculos faciales y evité mirarlo—... Haz lo que quieras, no es de mi incumbencia.

—Jisung, Jisung... —canturreó y después rió—... Dices una cosa, pero tu lenguaje corporal me transmite todo lo contrario. Sé honesto, hombre, ella se ve muy feliz contigo, así que no hay nada que temer.

—¿Por qué te preocupas tanto por ella?

—No hay una razón en específico —se encogió de hombros—. Me parece una persona muy noble y genuina. Antes de que su abuela falleciera, la vi muchas veces y siempre lucía triste pero últimamente se le ve muy alegre. He de creer que es por ti.

—¿Entonces ella te...

—No, Jisung —en seguida cortó mis palabras—. Al contrario de ti, ella no me gusta. Es sólo que, por alguna razón, siento mucha empatía hacia ella. Mi mamá y su abuela se llevaban bien —tomó un trago de su café—. Bueno, basta de charlas, tengo mucha hambre.