13.

2.7K 311 239
                                    

Perspectiva de Han:

Reposaba en el asiento cercano a la ventana del autobús y con la mirada puesta afuera pero yendo absorto en mis pensamientos, siendo ella la protagonista de estos. Estaba ansioso por verla y en cuanto el bus se detuvo bajé con rapidez para caminar en dirección a su trabajo.

Le compartí a Chan la poca información que tenía de ella, pidiéndole que no se lo contara a nadie más, y él al ver mi estado de preocupación me aconsejó averiguar más sobre su vida, pero que lo hiciera con discreción y respeto.

La avisté desde lejos, estaba de pie frente a su trabajo y mirando al alrededor, quizás en busca de mí.

—¡¿A quién buscas?! —la tomé por detrás, logrando sorprenderla y entonces me miró aterrada.

—¡Han, me vas a matar de un susto!

—Lo siento —reí por lo bajo e incliné la cabeza en forma de disculpa, ella dejó ver una pequeña sonrisa y negó—. Vámonos ya.

La recorrí de pies a cabeza con una mirada furtiva y volví a sonreír porque me pareció muy lindo que trajera puesta la bufanda que le di.

—Ahm... En realidad yo... ¿Vas a algún otro lugar después de esto?

—No, iré directo a mi casa. ¿Por qué?

—Es que no quiero ir a casa por el momento.

¡Ah, sí! Me ahorré el tener que ser yo quien le pidiera quedarse conmigo un rato. La tarde estaba jugando a mi favor y me sentí emocionado, sin embargo, no pasé por alto su mohín triste y eso me seguía intrigando con demasía pues difícilmente la encontraba feliz.

¿Qué es lo que tanto le hostiga?

—Bueno, hay un parque muy grande y bonito cerca de aquí. ¿Te gustaría ir? —traté de sonar un tanto entusiasta y así contagiarla aunque fuera un poco.

—Me agrada la idea. —asintió con una media sonrisa.

Le invité a sostener mi brazo tal como el día anterior, pero me resultó algo raro que no lo aceptó de inmediato, al contrario, sólo me miró insegura y con ambas manos juntas sobre su pecho.

—¿Qué te... —dejé las palabras en el aire al percatarme de que no le estaba ofreciendo precisamente mi brazo, sino que mi mano. Parpadeé repetidamente y quise bajarla pero ella se apresuró a entrelazar nuestros dedos.

—Vamos, Jisung.

Pude apreciar un leve rubor en sus mejillas pero no sé si fue producto del frío, mi imaginación o porque sostenía mi mano. No le di más vueltas al asunto y comencé a andar junto a ella, arropados por un cómodo silencio que nos escoltó hasta llegar al parque, el cuál estaba algo desierto.

En lugar de sentarnos en alguna banca, nos pareció buena idea pasarla en los columpios. El sonido del viento soplando entre los árboles era lo único que nos envolvía en ese momento, ella miraba al suelo mientras se mecía sutilmente y yo sólo la veía con ojos inquisitivos. Pude percibir que algo le inquietaba, mas no supe qué hacer o decir para aliviar su ostensible preocupación.

¿Por qué no me cuentas nada? Sólo quiero ayudarte.

—¿Te encuentras... bien?

—¿Eh? —alzó el rostro algo desorientada, como si hubiera estado divagando en otro mundo segundos atrás—... Lo estoy.

—¿Por qué no quieres ir a casa? Creí que estarías cansada por el trabajo.

Se demoró unos segundos en replicar, como si estuviese buscando alguna respuesta conveniente o qué sé yo.

just another day ; Han JisungWhere stories live. Discover now