30.

2.5K 272 305
                                    

Con lo fresco que estaba el clima fue muy conveniente sentarnos a comer en la mesa del patio trasero. Era espaciosa y en lugar de tener sillas, tenía dos bancos largos en cada extremo, así todos podríamos caber o eso pensé.

—Ven, siéntate conmigo. —Jisung me llamó desde su asiento.

Asentí obediente y me quedé parada a una corta distancia de él sin saber qué hacer porque no había más espacio. Él tanteó su pierna izquierda, no sé si estaba apurándome para encontrar un lugar en la banca o invitándome a sentarme en ella.

Me incliné a él y dije en voz baja:

—No hay espacio y no me voy a sentar en tus piernas frente a tus amigos y mucho menos frente a tus papás. Además, te puedes lastimar el brazo más de lo que ya está.

—Pero tú lo has dicho: no hay más espacio.

Resoplé por la nariz y volteé hacia el otro lado de la mesa, tampoco había lugar ahí. En ese instante vi a la señora Han viniendo con la bandeja de costillas y me apuré a ayudarle. Para cuando ya estábamos a punto de servirnos, Jisung y Minho me hicieron un espacio entre ellos.

Debo decir que estar rodeada de personas tan cariñosas y bajo un entorno tan alegre y pacífico me despojó de todas las preocupaciones y pensamientos negativos.

—Mhm, prueba el kimchi de mamá, es delicioso. —Jisung dirigió sus palillos a mi boca y acepté el bocado.

Creí que nadie nos veía porque el sonido de sus voces no cesó en ningún momento, pero cuando volteé al frente me encontré con seis pares de ojos mirándonos atentos. Cubrí mi boca y sonreía avergonzada; era la segunda vez que su mamá nos atrapaba en eso.

—Su kimchi está increíble. Me gustaría que me enseñe cómo hacerlo. —dije sin poder controlar el calor de mi rostro. La mujer sonrió y asintió.

—Cuándo quieras, o bien Jisung podría enseñarte. Él aprendió de mí.

Bien, no me esperé esa respuesta de su parte y sólo me hizo sentir más abochornada.

—No tengo problema, yo le enseño. —respondió su hijo con el tono más sereno del mundo. Yo parecía ser la única que se sentía cohibida bajo sus miradas.

—Ah miren, Jisung está dispuesto a pasar en la cocina por ella. Eso es nuevo.

Por supuesto que uno de sus amigos tuvo que añadir más leña al fuego y ese fue Bang Chan. Confieso que su comentario me asombró porque Jisung había cocinado para mí en más de una ocasión. No sabía que no era tan fanático de la cocina, pues conmigo demostraba todo lo opuesto.

—Lo que hace el estar enamorado. —declamó Changbin, simulando estar en las nubes.

—Me recuerda a cuando tenía que quedarme después de escuela en las practicas de piano de tu mamá —ahora fue su papá quien habló—. Odiaba lo aburridas que eran, pero ahí estaba yo haciéndole compañía todos los días.

—Cómo dijo Changbin: lo que hace el estar enamorado. —reiteró Felix

No era para exagerar tanto y si no se detenían con sus comentarios, me daría un patatús allí mismo. Sólo me limité a sonreír, aunque por dentro me alegró ver lo favorables que se mostraban ante la idea de que él y yo saliéramos.

Toda la atención por fin se desvió de nosotros y cada quién comenzó a compartir sus experiencias de ese día y también una que otra anécdota vieja. Me impresionó oír lo diferente que fue el pasado de todos a comparación del mío, yo no tenía algo para contar que no resultara en tragedia o tristeza.

just another day ; Han JisungWhere stories live. Discover now