26.

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—Han salió con prisa al supermercado esta mañana —dijo la señora Han cuando se percató de mi presencia en la cocina—. Dijo que iba por unas cosas para ti.

Y resultó ser cierto. Cuando los señores Han se fueron a su trabajo, Jisung regresó con bolsas que portaban lo necesario para que me sintiera bien durante mis días. Me había llamado hace diez minutos diciendo que preparó una sopa que me caería muy bien, pero yo no tenía ganas de salir. Estaba viviendo otro de mis episodios depresivos y el hecho de estar en mi ciclo me ponía aún más sentimental, sólo quería estar echada en la cama.

—¿De verdad no saldrás a comer? —apareció abriendo la puerta de par en par, algo que me sacó un susto.

—No tengo hambre, Hannie. Ya ves que ayer vomité más de dos veces, así que no tengo apetito.

—Pero no tienes nada en el estómago y no puedes andar así, por eso te cociné la sopa. Estoy seguro que son sólo excusas tuyas.

Tal vez...

Bufé rendida y deshice la cómoda posición en la que estaba. Sólo fue cuestión de que saliera de la cama y mi celular sonó sobre el buró, indicando una llamada entrante, entonces lo cogí para contestar.

—¿Hola?

—Hey, es Seungmin.

—Oh, ¡hola!

Al oír que mi tono pasó de ser lánguido a uno alegre, Jisung me miró de reojo, quizás curioso por saber quién estaba al otro lado de la línea.

—Sólo llamaba para saber cómo estás.

—Ya estoy mucho mejor, gracias.

—¿Lograste hablar con Jisung?

—Algo así. Me encantaría que nos viéramos para hablar mejor, pero estoy un poco ocupada.

Seré honesta, sólo dije eso para molestar a Han e incrementar su intriga. Creo que funcionó, ya que me miró de soslayo otra vez y luego se giró a buscar (o fingir que buscaba) algo en las gavetas de su ropero.

—¡No hay problema! Quizás nos encontremos el lunes.

—Bueno, entonces nos vemos ese día. Y no te preocupes por mí, estoy bien.

Me alegra que sea así. Nos vemos luego.

—Adiós.

Bye.

Dicho esto, la llamada finalizó. Ni siquiera logré apartar el celular de mi oreja y ya tenía a Jisung mirándome atento.

—¿Quién era?

—Seungmin. Me lo encontré ayer y le dije que me sentía... un poco enferma, así que llamó para saber cómo estoy.

—Mhm... —alzó las cejas mientras asentía levemente—. Bueno, te espero en el comedor.

Ja, parece que está celoso, pensé mientras reía muda. 

Caminé detrás de él y me senté a su lado en el comedor, donde ya habían dos tazones de sopa servidos. Comenzamos a comer envueltos en un silencio para nada incómodo y de vez en cuando intercambiábamos palabras. La sopa tenía una exquisito sabor, pero apenas consumí un par de bocados cuando empecé a sentir un pequeño malestar.

—Hannie, de verdad ya no puedo seguir comiendo.

—¿Qué? Pero si sólo has... —suspendió las palabras, suspiró con pesadez y negó. Sé lo que diría: "Sólo has comido menos de la mitad". 

—Ya sabes que se me dificulta comer.

—¿Cómo puedes... ya sabes... resistir con lo poco que comes?

just another day ; Han JisungWhere stories live. Discover now