31.

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Cayó el viernes y yo todavía estaba indecisa en si debía ir con los chicos o no. Ser la única chica allí no me convencía del todo y no porque desconfíe del resto, sino porque mi concepto de diversión es muy distinta a la de ellos que seguramente planeaban divertirse (en fiestas y así) y yo no encajo en ese ambiente.

¿Pero qué pasa si Jisung ve a otras chicas?
Jaja, no había pensado en eso... ¡Ah! ¿Por qué sentí la urgencia de ir después de mentar esa posibilidad? Sé que él no la haría. Después de ver cómo rechazó aquellas dos chicas bonitas, lo dudo.

Lo pensé, lo pensé y lo pensé y ¿adivinen quién terminó yendo de todos modos? Exacto, no me pude quedar porque los chicos también me insistieron en ir. Nos demoramos casi cuarenta y cinco minutos en llegar al hotel y para entonces ya había anochecido. Estando allí, nos dividimos en pares para compartir las tres habitaciones que Chan reservó.

—¿Saldrán esta noche? —pregunté mientras tomaba asiento en la cama, que debo mencionar que era muy cómoda y suave.

—Quizás a tomar.

—Mhm, bueno. Yo sólo vine para hacerles compañía así que...

—No me digas que te quedarás en la habitación.

—Sabes que no me gustan esos lugares —suspiré—. Tal vez salga a dar una vuelta.

El lugar era encantador y desde el hotel daba una hermosa vista a un paisaje montañoso y un inmenso lago; muy similar a la zona campestre que Jisung y yo visitamos la última vez.

—Hermosa, viniste aquí para estar con nosotros, no para quedarte encerrada.

—Ahm... No sé, Hanji. No tengo la vestimenta adecuada para salir a esos lugares y no iré vestida... así. —estiré mi suéter, mirándole no muy convencida.

—Y por eso me encargué de comprarte algo para la ocasión: una falda y un suéter de lana, podrías usar esos botines que traes. Creo que te verías muy bien.

¿En qué momento él...?

—Aah, ¿qué? ¿Yo en una falda? —articulé entre titubeos y una nerviosa sonrisa.

—Sí, tú —replicó, esculcando entre sus cosas hasta sacar el conjunto. Tal cómo dijo, era una falda de cuero negro y un suéter cuello de tortuga de color melocotón—. Pienso que te verás hermosa, así que no me discutas más.

Dejó las prendas en la cama y se adentró al baño siendo seguido por mis ojos, que luego se posaron en el atuendo y suspiré pesadamente. Sé segura de ti misma por una jodida vez en la vida, me regañé mentalmente. No me quedó más alternativa que ponérmelo y salir con ellos.

(...)

—¡Oh, wow! —exclamó Changbin cuando venía hacia nosotros. Habíamos quedado en vernos frente al hotel y él fue el último en aparecer.

Jisung se posicionó frente a mí, cubriéndome con su cuerpo y dándole una mala mirada a su amigo. Por su reacción supuse que la expresión de Changbin fue dirigida a mí.

—Llevamos más de cinco minutos esperándote, no vengas con tu "oh wow". —rodó los ojos al mismo tiempo que chasqueó la lengua.

—Tranquilízate. El comentario no es para ti, es para la linda dama detrás tuyo. —inclinó la cabeza y me otorgó una galante sonrisa. Yo agité mi mano en respuesta.

De hecho, su agradable gesto me hizo sentir más segura de mi apariencia. Traía puesto el atuendo que Jisung me regaló (con los bordes del suéter por dentro de la falda), el cabello atado en una coleta alta con un par de mechones de fuera y una ligera capa de maquillaje.

just another day ; Han JisungWhere stories live. Discover now