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 —¿Qué hace en mi habitación?

La voz de Chae Hyungwon lo sobresaltó e inmediatamente se levantó de la cama con la cara completamente roja al verlo. El alto salía recién de la ducha y solo llevaba una toalla consigo cubriendo de sus caderas para abajo. Agachó la mirada, qué tonto se sentía al no poder sostenerle la mirada, pero tampoco podía permitir que lo viese rojo.

—Yo lo... lo lamento —hizo una reverencia, aún cabizbajo—. No tenía idea de que la... la habitación ya estaba ocupada. Su hermana solo indicó las habitaciones a las que Hoseok y yo debíamos entrar cuando nos trajo aquí y nunca mencionó que... que usted ya se encontraba ocupando una y de haberlo sabido jamás hubiera yo entrado aquí. Me iré a la habitación de Hoseok ahora mismo.

Hizo de nuevo una reverencia, encaminándose tan pronto como sus temblorosas piernas se lo permitieron. Se sentía el ser más estúpido del mundo en ese momento, deseaba nunca haber aceptado la invitación que le hizo el pelinegro.

—Lee —fue llamado antes de que abriera la puerta. Se detuvo en seco—. Sus cosas.

—¿Eh? —volteó a verlo y tan pronto como lo hizo, se arrepintió porque nunca se había cruzado por su mente la imagen de Chae Hyungwon recién duchado. Qué tonto.

—Sus cosas, lléveselas.

Asintió y se dio cuenta que no llevaba consigo su equipaje hasta que el alto lo mencionó, aún más tonto, se dijo a sí mismo. Una vez con sus cosas en hombro, salió de la habitación en la que se encontraba Chae Hyungwon.

Caminó hasta estar frente a la puerta de la primer habitación. Tocó varias veces y no obtuvo respuesta.

—¿Hoseok? —preguntó en voz baja y volvió a dar pequeños golpes— ¿Ya te encuentras durmiendo?

Tomó el picaporte y lo giró, para su sorpresa la puerta no estaba asegurada y entró a la habitación sigilosamente. El pelinegro se encontraba ya dormido y Minhyuk supuso que en cuanto hubo tocado la cama, cayó rendido. No era de sorprenderse, ya que había manejado toda la noche.

Dejó sus cosas en el suelo y fue a acostarse al otro lado de la cama. Parecía dormir profundamente, por lo que no se movió ni un poco cuando el rubio invadió el colchón. Su respiración era tranquila.

Pensando una y otra vez en el porqué siempre le tocaba estar en situaciones extrañas relacionadas con Chae Hyungwon. De tanto hacer memoria de las veces en las que terminaba sintiéndose como un completo tonto, acabó dormido.

~🌱~

—Por favor, lleven con cuidado ese arreglo de flores.

En la planta baja, la hermana de Chae Hyungwon daba indicaciones a las personas encargadas de la decoración. El alto escuchaba la voz estresada de su hermana una vez que bajó de su habitación. Se encaminó hasta donde estaba la menor y se metió sus manos a los bolsillos de su pantalón deportivo, soltó un suspiro.

—Ah, ya estás aquí —saludó ella, sonriendo ampliamente. Hyungwon la miró con el ceño fruncido.

—¿Qué hace Lee Minhyuk aquí en tu casa?

—¿Quién?

—No te hagas la desentendida, SunHee. Sabes perfectamente de quién hablo.

—Le dije a Hoseok que lo trajera, ¿hay algún problema con eso? Además es mi boda.

—Pero solo le hablaste un día. No puede ser motivo suficiente para traerlo.

—Claro que sí. Además trabaja para ti. Si lo tienes trabajando en tu oficina, quizá sea porque es alguien de mucha confianza para ti, ¿o no, hermanito?

—No.

—¿No? —esta vez ella fue quién frunció el ceño—. Escucha. Si tú no confías en ese chico, lamento decirte que para mí es todo lo contrario —hizo una pausa para poder supervisar de vista, el trabajo que los decoradores realizaban—. Yo veo en él algo inexplicable pero me transmite una enorme tranquilidad. Su aura es muy pura. Deberías comenzar a valorar más lo que ese chico hace por cumplir con su deber contigo.

—No estoy aquí para que vengas a reprocharme cosas o decirme tonterías acerca de Lee —se dio media vuelta—. Iré a andar por ahí.

—Está bien. Solo no te tardes —fue lo último que dijo su hermana.

Hyungwon ya no respondió. Salió completamente de la casan para ir y tomar un poco de aire fresco entre aquel montón de árboles. Aunque a veces se negara a sí mismo ver lo que otras personas veían, no podía impedir que su mente comenzara a pensar una y otra vez en ello.

Desde el primer momento que conoció a Lee Minhyuk, sabía que después de tiempo sería un problema. Lo había contratado no por saldar la supuesta deuda que tenía, sino porque vio a un chico inocente y fácil de manejar a su antojo; sabía que si le ordenaba algo, lo haría. Aunque cuestionara una que otra vez, Hyungwon sabía que Minhyuk obedecería lo que le pidiera hacer.

Por alguna razón se subió a su auto el día del choque. Por alguna razón había aceptado ese trabajo. Por alguna razón había aceptado ir a beber con él al bar aquella noche; noche que todavía pasaba por su cabeza y a veces no le dejaba dormir. Recordar la manera en que Minhyuk se encontraba indefenso debajo de ese hombre... le daba todavía más rabia.

Bien pudo llevarlo a beber a cualquier otro lugar que no fuese un bar. Desde ese día, cada que lo veía en la oficina, le quería preguntar cómo se encontraba pero no lo hacía por no hacerle recordar aquella noche. Sabía que para él, sería aún más difícil.

La aparición inesperada de Eun Ji también le había afectado, pero cuando el rubio era quien entraba por aquella puerta de su oficina, el ambiente era diferente. Como si su interior se aliviara al escucharlo a él.

—Debo estar completamente loco —se dijo frotando ambas manos en su rostro—. Ese mocoso...

Continuará...

In a heartbeat - Hyunghyuk Where stories live. Discover now