15

115 29 0
                                    

Después de que el rubio salió de su oficina, Hyungwon se fue a sentar al otro lado de su escritorio. Miró la taza de café que seguía ahí casi intacta, ya que Eun Ji sólo le había dado un sorbo. La tomó en sus manos, ¿realmente estaría muy dulce como lo había dicho la mujer? No dudaba de Lee, porque sabía cómo le gustaba el café.

Se atrevió a darle un sorbo y su ceño se frunció. Era tan ridículo, el líquido tenía el mismo sabor que de costumbre; había sido solamente un maldito drama de Eun Ji para hacer quedar mal a Minhyuk frente a él.

Dejó la taza sobre la mesa y golpeó un puño contra ésta, su mandíbula se puso tensa; le había dado coraje.

—¡Ey! ¿Todo en orden? ¿Qué fue eso? —preguntó su amigo Hoseok entrando a la oficina sin previo aviso.

—No lo entiendo Hoseok.

—¿No entiendes qué, amigo? Toma asiento y cuéntame qué te pasa, sabes que para eso estoy aquí.

—Eun Ji ha estado entrando y saliendo de la empresa como si todavía tuviéramos algo —mencionó tomando asiento y recargándose por completo en el respaldo de ésta—. Me contuve las ganas de matarla cuando la vi con aquel imbecil... y te juro que me he estado conteniendo ahora para no hacerlo. ¿Qué quiere de mí ahora? Ya me destruyó aquel día, ¿es que acaso quiere lograr matarme primero?

—Amigo, respira profundo. ¿Qué ha pasado exactamente desde el primer día que se presentó aquí?

—Ese día fuimos a un restaurante, me arrepiento completamente porque de ahí fuimos a un motel y...

—¿Qué estás diciendo, Hyungwon? —Hoseok preguntó sorprendido, mirando la frustración en el rostro de su mejor amigo cuando éste se incorporó y apoyó los brazos sobre el mueble—. Dime que no tuviste sexo con ella.

—Ni loco me vuelvo a acostar con una mujer que fue manoseada por más de uno —hizo un gesto de disgusto, mirando a su amigo—. La dejé en esa habitación desnuda, estábamos a punto de hacerlo pero no soy tan estúpido. La conozco y sé que es demasiado chantajista. Ya no soporto verla, no tiene vergüenza... ¡Es una cínica!

—No te dejes llevar por tus instintos, Hyungwon. Esa mujer no te mereció nunca, diste mucho más por ella y te lo pagó de una cruel manera —aconsejó Hoseok—. Pero aún no me hago la idea de que casi tienes sexo con una cualquiera en un motel.

—¿Crees que habría valido la pena gastar en un cuarto de hotel con ella? No soy tan idiota —Hoseok rió y una sonrisa se asomó por los carnosos labios del moreno. El otro no dijo nada, sabía que era de las pocas veces en que podía lograr hacerlo sonreír; hubiera querido que el rubio estuviera presente para verlo de esa manera, pero aún no regresaba. Se quedaron en silencio por un par de segundos—. ¿Sabes qué es lo peor de todo?

—¿Qué?

—Que desde aquel día, no la puedo sacar de mi cabeza —Hoseok puso los ojos en blanco—. Aún siento cosas por ella. Cuando la conocí, se veía tan inocente, tan...

— Hyungwon, resultó ser una mujer que no se merece nada de ti. Te destruyó de la manera más horrible que se le puede hacer a alguien que está enamorado —Hoseok negó, tratando de hacer entrar en razón a su amigo—. Por culpa de algo así, también perdí a la única persona que he amado, sin embargo, lo mío no se pudo comprobar porque eminentemente era falso y aún así no me creyó. En cambio, tú lo viste con tus propios ojos. No se puede competir con eso.

—Odio todo, casi también terminamos por tener sexo aquí. Qué ridículo.

Hyungwon suspiró. Tocaron la puerta.

Desde que se despidió de Hoseok, Minhyuk se quedó un par de minutos con una sonrisa boba en su rostro mirando la prenda frente a sus ojos. Tenía una camiseta de Hyungwon en sus manos; la acercó para poder olerla y efectivamente tenía el embriagante olor a su colonia.

Se apresuró a cambiarse de camiseta. Al mirar su torso desnudo en el espejo, no pudo evitar que a su mente llegaran las imágenes de aquel día en el baño del bar. Un horrible escalofrío le recorrió la espalda, sus propios gritos retumbaron en sus oídos y su respiración se aceleró. Se dedicó a colocarse rápidamente la camiseta del mayor, claro que le iba a quedar un poco más grande de lo usual, pero se sentía protegido con ella.

Salió del baño acomodándose la prenda y se encaminó a la oficina de su jefe. No sabía si era el día en que debía escuchar conversaciones ajenas, ya que esa sería otra de las muchas conversaciones donde se enteraba de cosas que no debía.

Era la inconfundible voz de Hoseok. Hablaban sobre la mujer Eun Ji. A Minhyuk casi le daba un ataque al corazón cuando supo que Hyungwon aún sentía cosas por la mujer que le hizo tanto daño y que en dos ocasiones estaban por tener sexo.

Debía comenzar hacerse a la idea de que Chae Hyungwon no voltearía a verlo aunque estuviese demasiado ebrio. A Chae Hyungwon no le gustaban los hombres. Ahora también estaba claro de que a Chae Hyungwon no le gustaba ni tantito Lee Minhyuk.

In a heartbeat - Hyunghyuk Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ