Capitulo especial

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 Era la época del año que más le gustaba a Lee Minhyuk. La ciudad llena de luces, adornos por todos lados, gente en busca de sus regalos.

Había salido a comprar algo de pan ya que a su pareja le gustaba el recién hecho. Una vez en la panadería, tomó una bandeja y unas pinzas para elegir el que llevaría a casa. Tenía presente que al alto no le gustaba lo dulce desde aquella vez que se lo dijo así que tomó uno que otro salado pero no había mucha variedad. Esperaba que no se molestara por ello, era víspera de Navidad.

Estaba ya por pagar el pan cuando su celular timbró; un mensaje. En lo que ponían su pan en bolsitas, sacó el aparato.

Saldré a la oficina, surgió un problema que no puede esperar para después. Volveré a tiempo para la cena, promesa de navidad. Te quiero.

No respondió. Pagó su compra y tomó sus bolsas. Quizá ese contratiempo le daría más oportunidad de buscarle un regalo a su pareja, pero no sabía que darle todavía. De todos modos, el mayor no era materialista; podía comprar lo que él quisiera cuando quisiera. Así que pensó en hacerle una cena de Navidad.

Corrió a casa, teniendo cuidado de no resbalar por la nieve en el pavimento. Al llegar al interior de ésta, fue directo a la cocina para dejar el pan acomodado en un plato donde se viera bien. Buscó en la heladera cosas que podría hacer; mientras fuera comida, su pareja estaría feliz y eso le hacía sentir bien.

Se quitó el abrigo que llevaba encima para poder cocinar cómodo, sin mucha ropa estorbando. Un tiempo su amigo Kihyun le había enseñado cosas básicas dentro de la cocina si quería impresionar a su pareja; le había enseñado cocinar algunos platillos muy laboriosos, otros sencillos, podía ya saber cómo sazonar y hasta dónde debería estar una cocción.

Puso un poco de música, ya que el interior de apartamento estaba muy silencioso. Era víspera de Navidad, quería sorprender a Hyungwon con una agradable cena cuando volviera de la oficina. No era posible que aún siendo Noche Buena le salieran pendientes por arreglar.

Un par de horas pasaron, la cena estaba terminada y no había señales de Chae Hyungwon en mensajes. Pensaba que le iba a mandar alguno para avisar que ya estaba viniendo a casa, pero nada. Estaban por ser las once de la noche.

Se acostó en el sofá para ver un poco de tele en la espera de Hyungwon.

Miraba la hora en su celular cada cinco minutos. Nada.

Decidió llamarlo, estaba seguro de que no podría negarse a atender una llamada de Minhyuk, así que lo hizo. Le llamó en espera de obtener respuesta por parte ajena.

Un timbre.

Dos timbres.

Tres timbres.

—¿Hola?

—¿Aún sigues en la oficina?

—Sí, ¿por qué?

—Yo... —hizo una pausa y miró hacia el comedor. Una sonrisa adornó su rostro—. Yo te tengo una sorpresa que te va a encantar.

—¿En verdad?

—Sí. ¿Vendrás ya?

—¿No puede esperar?

—No, no puede. Además recuerda que me prometiste estar aquí conmigo y las promesas de Navidad nunca se rompen.

—Está bien, pequeño. En un momento más estoy en casa. Termino de acomodar algunos papeles y voy enseguida.

—Sí, está bien. Aquí te estaré esperando.

Colgó.

Emocionado, Minhyuk apagó el televisor para ir corriendo a la habitación que compartía con el mayor para darse una rápida arreglada. Esperó un poco más nervioso, faltaban tan solo quince minutos para la media noche y unos golpes en la puerta lo alteraron más. Fue casi corriendo a abrirla y su sonrisa se hizo aún más amplia al ver a Hyungwon parado ahí.

Inmediatamente lo tomó de la muñeca para hacerlo pasar al interior. Cerró la puerta y se puso detrás suyo, solo para cubrir sus ojos con ambas manos.

—Te tengo una sorpresa.

—¿Qué podría ser? ¿Qué es ese olor tan delicioso?

—Es parte de tu regalo —soltó una risita, caminando con cuidado con el mayor delante de él.

—¿En serio? ¿Tú eres parte de mi regalo?

—Yo soy tu mejor regalo en la vida —bromeó el rubio. Una vez frente al comedor, le destapó los ojos al mayor— ¡Tarán! Feliz Navidad, cariño —le abrazó por la espalda y dejó un beso en su mejilla.

La expresión en el rostro del mayor, le causó gracia a Minhyuk pero evitó reír.

—¿Qué te parece?

—¿Lo has hecho todo tú solo?

—Sí, espero que te guste.

—Minhyuk —se volteó quedando frente a él. Aún pasado un año, Hyungwon lo ponía nervioso cuando estaba así de cerca—. Yo también te tengo un regalo y no me digas que no era necesario cuando lo veas. Cierra los ojos y espera aquí.

Minhyuk asintió sorprendido. Era la primer Navidad en que el alto le haría un regalo y eso lo tenía muy emocionado, mucho más, así que hizo caso a la indicación que le dio el alto.

Escuchó cómo se alejaba y luego la puerta de la entrada abrirse. Su ceño se frunció porque creyó que otra vez se iría, le carcomía por dentro saber lo que estaba pasando, pero era sorpresa y debía entenderlo. Esta vez la puerta cerrándose.

—Aún no los abras —la voz de su pareja se escuchó cerca. Imitó lo mismo que hizo el rubio hace un par de minutos y lo guió hasta la entrada. Se detuvieron y quitó sus manos que cubrían los ojos del menor—. Feliz Navidad, cachorrito —susurró en su oído.

Minhyuk abrió poco a poco sus ojos. Abundante color azul fue lo primero que distinguió. Su corazón comenzó a latir más rápido de lo normal por la emoción de ver lo que estaba frente a él.

—¡Por Dios! —gritó emocionado y dio brincos, tal cual un niño pequeño—. ¡ Hyungwon, esto era justo y necesario!

—¿Te gusta?

—¡Me encanta! —corrió hacia su regalo y lo abrazó— ¡Es una enorme ballena! —la apretó en sus brazos, era tan suave. La dejó en su lugar y con una amplia sonrisa corrió hacia el mayor para luego dar un pequeño salto y abrazarlo, rodeando las caderas ajenas con sus piernas—. Es el segundo mejor regalo que tengo.

—¿El segundo? ¿Cuál fue el primero? —preguntó el alto haciendo una mueca.

—Fuiste tú —al pronunciar eso, la sonrisa del alto volvió a adornar su rostro.

—Te amo —esta vez fue la expresión del menor la que cambió. La sonrisa abandonó su rostro, parecía una de tristeza.

—¿Qué has dicho? —su voz se quebró y sus ojos se llenaron de lágrimas que pedían a gritos caer por sus mejillas.

—Te amo. Te amo Lee Minhyuk —volvió a repetir el alto.

Las lágrimas no esperaron ni un minuto más para dejarse caer por las mejillas sonrojadas del rubio. No eran de tristeza, sino de felicidad. Una felicidad plena que llenaba por completo todo su corazón.

Era la primera vez que pronunciaba unas palabras tan fuertes y llenas de significado. Era la primera vez en que no podía explicar con palabras lo que sentía por dentro. Se aferró al cuerpo del alto y puso sus manos en las mejillas contrarias con suavidad para dejar un dulce y cálido beso sobre sus labios.

En ese momento, no había otra cosa que lo hiciera más feliz; solamente tener a su lado un hombre tan maravilloso como Chae Hyungwon.

In a heartbeat - Hyunghyuk Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin