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Los días en la empresa de Hyungwon se habían vuelto aburridos. Había querido hacerse la idea de que las palabras que Lee Minhyuk le había dicho el día anterior fuesen solo producto del enojo que sentía.

Esperaba llegar a su oficina y ser recibido por el olor familiar de un nuevo almuerzo, aquellos que habían sido descartados bajo sus propias órdenes después de los rumores que comenzaron a expandirse.

Sin embargo, el resultado había sido otro. Ese día Minhyuk no se presentó a trabajar. Quizá se le hizo tarde, pensó o más bien, trataba de hacerse la idea.

Pasaron los días; uno tras otro, tras otro, tras otro y Lee Minhyuk no entraba por la puerta de su oficina. Incluso hubo días en los que llegaba más temprano de lo normal a la empresa, solo para esperar en el auto a ver si el rubio caminaba hacia el edificio, listo para comenzar un nuevo día. Nunca volvió a verlo.

A veces llegaba a sentirse ridículo. ¿Cómo podría estar haciendo ese tipo de cosas? Total, el chico había decidido irse y tenía razón; no había un contrato que especificara el tiempo que debía permanecer trabajando en su empresa.

¿Por qué lo había llevado consigo aquel día? Se volvía a preguntar una y otra vez por las noches. Noches en las que su cabeza no dejaba de dar vueltas y vueltas al asunto; al día en el que se conocieron los dos. Quizá el aura, la energía que percibió cuando el rubio decidió lanzar su celular lejos y lo tonto que se vio pensando en el tipo de negocios en los que estaba involucrado.

Reía cada vez que cerraba sus ojos, imaginando la cara de asustado que tenía creyendo que iba a llamar a la policía o que lo llevaría a un lugar donde nadie pudiera encontrarlo. Esos momentos duraban poco porque luego caía en la realidad de que se había ido. Podría dar con él por medio de Hoseok, pero estaría cometiendo una locura seguramente. Entonces decidió dejarlo así, cosa del pasado.

Se dedicó a descansar ya que al amanecer debía ir nuevamente a trabajar.

El día en que Minhyuk había ido a renunciar, su padre también dejó de estarlo visitando en su oficina, pues el viejo ya no necesitaría de ir a vigilar personalmente a su propio hijo mientras el rubio estuviera por los mismos pasillos que Hyungwon. El mismo Hyungwon le había confirmado por teléfono que el chico renunció y ya no era necesaria su presencia.

No obstante aquella tarde en la empresa, recibió la visita de su padre después de semanas. Se preguntaba qué rumores había escuchado esta vez o si se trataba de algún otro asunto cuyo nombre tuviera relación con Jung Chaeyeon.

—¿A qué debo tu visita?

—Mañana por la noche celebraremos tu compromiso con Jung Chaeyeon.

—¿Cómo? —dijo en voz alta, su ceño se frunció sin poder entender lo que había dicho su padre— ¿Mi compromiso?

—Ese es el trato, ¿no es así? No hagas esto más largo, Hyungwon. Jung cumplió con su parte al cerrar el trato con ambas empresas, tú debes cumplir con tu parte.

—Yo ya he cumplido con mi parte del trato con Jung —escupió Hyungwon—. Me deshice de Lee Minhyuk como querían, se anunció mi relación con Chaeyeon como querían. No voy a comprometerme y mucho menos a casarme ahora que lo único que me importa son los negocios, no quiero que pase lo mismo que te pasó con mamá.

—Cállate.

—¿Crees que ella pidió enamorarse de un hombre que apenas tenía un techo qué ofrecerle para vivir juntos? ¿Crees que ella pidió casarse con un hombre como tú que lo único que le importaba era tener un hijo varón para que se quedara con la empresa? No quiero ser como tú, papá. Destruiste tu familia, echaste a tu esposa a patadas por enamorarse de otro hombre, echaste a tu hija de la misma manera por tener gustos distintos.

—¡Cállate!

—Ya no soy el niño que podías manejar a tu antojo, ¡date cuenta! Tratas de hacer mi vida miserable con una persona a la que no amo y no amaré porque yo... —hizo una pausa dándose cuenta de lo que estaba a punto de decir. Golpeó el escritorio con ambos puños y se puso de pie.

—¿Porque tú qué, maldito bastardo? —vociferó el señor Chae poniéndose de pie, mirando con rabia en sus ojos a su hijo.

—Debo seguir trabajando. Le pido que se retire de mi oficina —su semblante se relajó y se incorporó.

—Es ese maldito miserable de tu ex asistente, ¿no es así? —la expresión en el rostro de su padre era de burla, Hyungwon tensó la mandíbula cuando lo escuchó reír amargamente—. Lo sabía, lo sabía. Entre tú y ese miserable sí hay algo.

—No digas cosas que no son ciertas, padre.

—Sabía que ese mocoso sería problema desde que se iniciaron los rumores, lo sabía... debo hacer algo.

Su padre hablaba más para sí mismo que para Hyungwon. Al escuchar las últimas palabras que el viejo había dicho, la furia cegó completamente al alto, haciendo que tomara con fuerza del saco a su padre y el viejo se sorprendió.

—No te atrevas a ponerle una mano encima —habló entre dientes—. Me llego a enterar que le pasó algo a Lee y yo mismo hundo tu mugre empresa dejándote en la ruina —dicho aquello, lo soltó con brusquedad.

En ese momento no le importaba que fuera su padre del que se trataba. Lo había llegado a respetar, pero pronto se dio cuenta de la basura de hombre que tenía como padre y lo avergonzado que estaba de llevar su sangre y apellido.

—Eres un bastardo —dijo su padre acomodándose su traje, se dio media vuelta y salió de la oficina de Hyungwon.

Éste se dejó caer de nuevo en su silla, pensando en un sin fin de cosas que el señor Chae podía hacerle a Minhyuk o a cualquier persona cercana a él solo para destruirlo.

Tomó inmediatamente su celular y llamó a Hoseok, que fuera lo más rápido a su oficina. Y en menos de lo esperado, el pelinegro ya estaba entrando a la oficina, preocupado por el aspecto de su amigo.

Hyungwon se encontraba de pie, caminando de un lado a otro en la oficina.

—¿Qué pasó? ¿Todo en orden?

—No, nada lo está —pasó una mano por su cabello y trató de tranquilizarse—. Mi padre amenazó con hacerle daño a Minhyuk.

—¿Cómo? —exclamó Hoseok, abriendo los ojos, sorprendido— ¿Pero qué fue lo que pasó?

—Necesito que contrates un par de guardaespaldas para él, que lo sigan a todas horas, que me informen qué hace y que cualquiera persona que se vea sospechosa, con intención de hacerle daño acaben con ella,

—¿Estás escuchándote...? —preguntó, aquello era demasiado para Hoseok.

—¿No entiendes? —alzó la voz en aquel desespero— ¡Sea él o alguien cercano podría salir lastimado! Mi padre no se detiene a pensar. Lo hace a sangre fría.

Kihyun, pensó Hoseok.

—Hoseok, promete que pase lo que pase, protegerás a Minhyuk.

Hoseok ensimismado por el comportamiento que estaba teniendo su amigo, asintió inmediatamente. Haría caso a lo que el alto le estaba pidiendo, sabía que él no podía ir así como así a arriesgarse y encontrarse con el rubio para advertirle, porque Hoseok también debía proteger a Kihyun.

Tomó rápidamente su celular y marcó un número, salió de la oficina de Hyungwon para terminar de hacer la llamada.

Por su parte, el alto se detuvo en la ventana, mirando a la nada y pensando en todo. No podía creer que su propio padre haya llegado a aquellos extremos de amenazar con hacerle daño a una persona; pudo hacerle daño emocional y sentimentalmente a quien fue su esposa, a su hija e inclusive a él, pero estaba seguro de que su padre no sería capaz de deshacerse para siempre de una persona. Su padre no era un asesino.

Aún así, quería proteger a Lee Minhyuk aunque no pudiera hacerlo directamente y se viera con la necesidad de mandar a otras personas a cuidar de sus espaldas.

Al menos así estaría seguro de que no fuese a pasarle nada. Y solo para estarlo completamente, iba aceptar que se llevara a cabo su compromiso con Jung Chaeyeon. 

In a heartbeat - Hyunghyuk Kde žijí příběhy. Začni objevovat