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TZUYU

Abracé fuerte a Sana mientras nos besábamos y poco tardaron sus pies en impulsarla hacia arriba para que sus piernas rodearan mi cintura. Yo bajé mis manos a sus caderas para sostenerla mejor, mientras nuestros labios continuaban conociéndose.

Así era como se sentía. Como si estuviera conociendo a Sana por primera vez a través de nuestro beso. Su lengua comenzó a acariciar de forma dulce mi labio inferior y yo subí mi mano para rozar su mejilla con cariño al tiempo que le daba el acceso que solicitaba. Algo me decía que a partir de ese día todo iría mejor entre nosotras. Tenía un buen presentimiento que estaba llenando de alegría un día cargado de nostalgia y una profunda tristeza que me había empeñado en tratar de ignorar desde el primer minuto del día.

Sana sacó su lengua de mi boca y siguió tomando mis labios entre los suyos mientras yo la recargaba en la puerta de la camioneta para así tener un mejor apoyo y poder usar mis manos más libremente. De pronto sentí como la mano de Sana tomaba la mía y la llevaba hasta la parte trasera de sus jeans, alentándome a extender la palma entera sobre uno de sus mejores atributos. Solté un jadeo de gozo al tocarla que la hizo sonreír entre el beso. Esa sonrisa arrogante que tanto me gustaba.

Iba a reanudar nuestro beso pero ella apartó su rostro un poco, sólo lo suficiente para que mis labios aterrizaran en su mejilla y entonces sentí como sus mano llevó la mía al interior de su bolsillo trasero. Mis dedos exploraron el interior de la tela mientras le daba cortos besos en el cuello, y fue así que encontré un objeto de metal pequeño y alargado que hizo sonreír a Sana incluso más.

—¿Lista para conducir? —Me preguntó una vez que saqué la mano de sus pantalones trayendo conmigo una llave unida a un llavero que tenía una pequeña plaquita de plástico que tenía la forma de una persona dibujada de forma caricaturesca. Era Sana el día que nos conocimos.

Yo sonreí asintiendo con la cabeza mientras ella separaba sus piernas de mi cuerpo y volvía a ponerlas sobre la acera no sin antes darme otro pequeño beso en los labios. Muy corto pero significativo. No tenía la más mínima idea de qué estaba pasando con Sana pero no preguntaría nada. Sólo me dedicaría a disfrutarlo y corresponderlo.

Introduje la llave en la puerta para levantar el seguro y así ayudar a Sana a entrar al asiento del copiloto. Ella lo hizo, cerré la puerta y entonces le di la vuelta al maravilloso vehículo para entrar en el sitio del conductor.

La camioneta estaba impecable. Los asientos estaban cubiertos por una piel sintética de color beige y todo dentro de la cabina relucía como si se tratara de una joya. Para mí lo era, una invaluable.

—¿Te gusta? —Me preguntó Sana mientras se veía en un espejo de las aletillas que sirven para cubrir el sol y se ajustaba la gorra en la cabeza.

—Me encanta —dije con sinceridad —¿Lo hiciste tú? —Pregunté levantando el llavero del auto. Ella me sonrió y asintió con la cabeza.

—También tomé clases de dibujo y pintura cuando era pequeña pero casi nunca lo hago. Siéntete halagada. —Sé que lo último lo había dicho bromeando pero de igual forma me sentí especial por un momento.

—No tengo idea de qué hice bien para que me dieras este regalo Sana, no sabes lo mucho que significa para mí. —Ella me miró fijamente y pude descubrir en sus ojos una ternura y cariño que nunca antes había visto.

—Has hecho muchas cosas , Tzu. Esto es poco para recompensarte. —Me dijo con simpleza y mi corazón empezó a latir como demente dentro de mi pecho.

—Gracias... —Logré articular mientras continuaba mirándola.

—Bueno, vámonos ya. Tus hermanos nos esperan. —Me dijo sacándome de mi ensoñación y yo asentí rápidamente.

roads¹ | satzu [terminada]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz