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TZUYU

Entré a casa y lo primero que vi fue a Sana enfundada en un vestido azul celeste, de encaje, con puños y cuello de color blanco. Su cabello era un poco desastrozo pero aún así se veía guapa. Quise decírselo pero me contuve porque me sorprendí a ver a Hyunjin sentada en la mesa, jugando alegremente con ella.

—Tzuyu, que bueno que llegaste —Lo escuché desde la cocina. Sana giró su rostro hacia mí.

—Sí, aquí traigo lo que me encargaste. —Dije levantando una bolsa de plástico con lo que me había pedido. Él salió de la cocina tomó la bolsa y me dio un abrazo fuerte.

—Qué bueno que estés en casa Tzuyu. Te amo. —Me dijo y yo le di algunas palmadas en la espalda.

—Yo también te amo Jeonghan. —Dije y levanté la mirada hacia Sana quien nos estaba observando pero al hacer contacto visual conmigo apartó la mirada. Jeonghan se separó de mí.

—¿Ya viste lo bien que se llevan? —Me preguntó sonriendo, haciendo un movimiento con su cabeza en dirección hacia Sana y Hyun.

—Es justo lo que estaba viendo. —Dije y entonces la pequeña Hyun me vio y alzó sus bracitos hacia mí.

—¡Má! —gritó y yo caminé hacia ella para tomarla en mis brazos.

—Hola Hyunnie —la saludé dándole un besito esquimal. —¿Te portaste bien hoy? —Le pregunté y recibí balbuceos como respuesta. —¿Sí? Oye... ¿Y la señorita ego te trató bien? —Hyun rió al escucharme y, aunque mi hermanita se ríe por cualquier cosa, igual me causó gracia ver a Sana poner sus ojos en blanco por mi comentario. Ahí estaba la chica que me encantaba.

Pasamos la tarde prácticamente igual que ayer. Excepto que hoy me hice cargo de Hyunjin la mayor parte del tiempo porque Jeonghan estuvo muy ocupado con sus trabajos del instituto.

Eran las diez de la noche. Sana estaba en la sala viendo televisión y yo estaba con una dormida Hyunjin en mis brazos. Me levanté de mi cama y caminé hacia la habitación de Jeonghan para ponerla en su cuna ya que la cama de Jeonghan estaba ocupada por él y por un montón de cuadernos, libros y papeles esparcidos por el colchón.

Organicé todo y lo coloqué sobre un mueble para después arrastrar a Han por las piernas y acomodarlo lo mejor posible sobre su cama. Lo cubrí con una manta y le dí un beso en la frente para después hacer lo mismo con Hyunjin aunque en su caso, besé la yema de mis dedos índice y medio para posteriormente acariciar su frentecita con ellos.

Me metí a mi cuarto a organizar mis cosas y dejar todo limpio para Sana cuando dejé de escuchar el ruido de la tele y, justamente ella, entró a mi habitación.

—Hola. —Murmuró.

—Hola, Sana —Saludé. Ya se me había hecho una costumbre llamarla así.

—¿Tocas? —Preguntó, yo la mire confundida y ella apuntó con su dedo a un punto del cuarto. Miré hacia dónde señalaba y vi mi vieja guitarra recargada en la pared. Asentí en respuesta.

—Sí. Un poco.

—Yo toco piano. —Me contó mientras se sentaba en la cama y se quitaba los tacones. ¿Cómo podía aguantar todo el día con esas cosas puestas?

—¿En serio? —Pregunté y ella asintió. Me senté a su lado.

—Mis papás me pagaban muchas clases de cosas por el estilo. Se tocar piano, violín y violonchelo. —Dijo ella, pero por primera vez desde la conozco parecía no estar presumiendo.

—Impresionante. —Dije con sinceridad.

—¿Podrías tocar algo para mí? —Me preguntó. Y yo sonreí divertida. —¿De qué te ríes?

roads¹ | satzu [terminada]Where stories live. Discover now