08

281 53 15
                                    

Al día siguiente seguí la misma rutina. Desperté, fui a ver a mis hermanos que seguían dormidos. Me dio un poco de nostalgia ver a Hyunjin dormida. Los últimos días la veía muy poco pero yo sabía que estaba haciendo todo aquello por su bien. 

El día anterior, cuando llegué, le conté todo lo que había pasado a Han y el rompió en carcajadas diciéndome —Te lo dije —refiriéndose a que Sana se volvería loca por mí. Por supuesto le dije que sólo estaba diciendo tonterías ya que Minatozaki Sana únicamente estaba loca por sí misma, pero aún así tuve que aguantar todas sus bromas y preguntas al respecto. 

Me vestí y me maquillé rápidamente. Utilizando un atuendo similar al del día anterior. Tomé mis cosas y salí en dirección a la casa de Sana, aprovechando el camino en el autobús para terminar los ejercicios de cálculo que me habían quedado de tarea el día anterior y que no había hecho debido a todo el tema de Jimin.

Al llegar a la mansión saludé a Taeyeon, el portero quien me dejó pasar de inmediato y me dirigí directamente a la cochera para sacar el porsche de Sana, era un auto asombroso a decir verdad, conducirlo era un placer. 

Un rato después Sana apareció, moviendo sus pies uno tras otro y con cadencia sobre el camino que se marcaba entre el césped del jardín el cual estaba repleto de piedrecillas que combinaban con el acabado del muro que rodeaba la mansión. 

—Buen día, mi amor. —La saludé y ella rodó los ojos. Yo reí bajito mientras le abría la puerta del auto. Si iba a estar metida en esa farsa al menos me divertiría un poco con ella. Era lo justo ¿Verdad?

Me metí al coche, encendí el motor y miré a Sana un momento.

—Bebé, debes ponerte el cinturón de  seguridad —Le dije y ella fingió que quería vomitar. Volví a reír y eché a andar el coche. 

Íbamos escuchando música. Le había pedido a Sana que pusiera canciones de Lana porque en realidad me había gustado mucho. Su voz era profunda y sexy y su música envolvente y de una composición extraordinaria. Estábamos en eso cuando Sana bajó el volumen del estéreo.

—¡Oye! ¿Por qué? —Me quejé.

—Porque sigue siendo mi auto. Te estás tomando libertades que no te corresponden, Zhou —Dijo con molestia. 

—No puedes llamarme Zhou frente a todos en el campus ¿Sabes? Si vamos a hacer esto al menos tiene que ser creíble. —Sana volvió a rodar los ojos. 

—Tendrás que sentarte conmigo y con mis amigos en el almuerzo —Dijo seriamente —Si preguntan decimos que vienes de otro estado y que tú familia es dueña de una empresa de...

—Construcción —Respondí rápidamente, pensando en papá.

—Sí. De construcción me parece bien. Tu apellido suena bien de todas formas. Hasta pareciera que es de alguien importante.

—¿Alguna mentira más que agregar a la lista? —Le pregunté. Estaba un poco irritada por lo que acababa de decir.

—Vamos, Zhou.  Es tu culpa que estemos en esta situación para empezar así que no te pongas en el plan de víctima.

—¿Qué más vamos a decir? —Pregunté tratando de desviar el tema, no quería discutir con ella tan temprano —¿Cuánto tiempo llevamos juntas?

—Apenas un par de semanas, diremos que nos conocimos a finales de las vacaciones. —Continuó maquinando su historia —En...

—¿Una fiesta? —Sugerí.

—No, suena demasiado ordinario. Además a las fiestas a las que asisto siempre van mis amigos también —Respondió ella y se quedó pensando un momento hasta que chasqueó los dedos y dijo —Digamos que tu padre y el mío son... antiguos amigos que dejaron de verse hace años por cuestiones de la vida.—Sentí un pinchazo de dolor al pensar en lo imposible que era la historia de Sana. —Entonces, aprovechando que estaban aquí momentáneamente sólo para que te instalaras se reunieron en nuestra mansión y ahí fue donde nos conocimos.

roads¹ | satzu [terminada]Where stories live. Discover now