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TZUYU

Todo era una mierda. 

Era increíble como de la noche a la mañana todo podía cambiar tan radicalmente. 

Ayer estaba casi segura de que Sana podía llegar a enamorarse de mí. 

Hoy acababa de decirme que me odiaba. 

Sana me odiaba. 

Y yo me odiaba a mí misma por haberlo jodido todo. 

Pero también la odiaba a ella. 

La odiaba porque había vuelto a ser ese pedazo de piedra duro y frío. Ese diamante que podía matarme clavándose con fuerza en mi corazón. Destruyendo todo por completo. Yo la amaba y a ella eso no le interesaba. 

Sólo le importaba su reputación. 

Tal vez si yo le hubiera contado toda la verdad a Sana nada de esto hubiera sucedido. Tal vez si de haberle explicado lo que pasaba realmente entre Elkie y yo hace un momento, ella habría podido entender y saber que lo había hecho por ella. 

Pero no dije nada. 

Sana me odiaba. 

En cuanto Dahyun me contó lo que estaba en boca de todos corrí a buscar a Sana y la encontré casi arrodillada en un jardín del campus. Se veía dolida y me sentí terriblemente culpable. Lo que menos deseaba era hacerle llorar. Yo adoraba hacerla feliz. Sabía que podía coseguirlo, ella era feliz conmigo, pero yo lo arruiné todo.

Ahora no teníamos nada. 

Me dolía sentir que todo lo que habíamos vivido a semana anterior se había ido a la mierda por un malentendido. Pero más me dolía sentir que quizás... Quizás Sana nunca sintió nada realmente, quizás ella sólo fingía. 

Quizás todo seguía siendo una mentira entre nosotras. 

Como sea que fuera... Ahora tenía que solucionar lo de la foto y volver a dejar intacta la imagen de Sana y sabía perfectamente como lo haría.

Di un par de golpes al micrófono que se encontraba en mi mano derecha y el sonido se hizo presente a través de todos los altavoces del campus. Escuché los murmuros de la gente y pude ver a Sana sentada en su asiento habitual en el comedor de la cafetería. 

Ella estaba impaciente desde hace unos minutos porque yo aún no aparecía y claro, me necesitaba para continuar con su farsa... Jodida mierda. 

Tomé un respiro muy profundo, tratando de controlar la avalancha de sentimientos y sensaciones que estaban golpeando todo mi ser en ese momento y luego comencé a hablar. 

—Muy buenas tardes tengan todas las personas que estén escuchándome en este momento. —empecé, todo el mundo empezó a mirar en diferentes direcciones buscando a la persona que hablaba. Pude ver que Sana reconoció mi voz —Alumnos, profesores... Espero que estén disfrutando de su almuerzo y sinceramente lamento interrumpirlos pero tengo algo importante que decir. 
Mi nombre es Zhou Tzuyu. Hace unos días, mi novia, Minatozaki Sana fue suspendida debido a una situación en la cual se le inculpó de una falta que ella nunca cometió. La acusaron de meter drogas en el campus... —Seguí diciendo y las reacciones resonaron en todo el comedor, pude ver a Sana tensarse en su asiento. —Estas acusaciones son falsas. Tan falsas como lo que hay en la fotografía que ha estado rondando este fin de semana en la que se me ve a mí y a Elkie en una situación comprometedora. —Hice una pausa para recuperar el aliento y la tranquilidad. —No es que no sea yo quien está en esa foto, porque sí, lo soy. Pero en ningún momento he engañado a Sana.
No me enorgullece decirlo, pero me aproveché de la atracción enferma que Elkie siente por mí para sacarle la verdad y es que, fue ella quien sembró las drogas en el casillero de Sana. Y lo hizo por venganza porque yo jamás la aceptaría. Yo jamás me fijaría en ella teniendo a Sana conmigo. Elkie no pudo soportar la idea de que Minatozaki Sana es mejor que ella y enloqueció. Quiso acabar con la carrera de Sana pero su plan falló y únicamente la suspendieron. Cuando yo la descubrí supe que tenía que obtener la pruebas para demostrar que ella es quien lo planeó todo. Y lo hice. 
Sana, sé que me estás escuchando. He hablado con el director de la universidad y ¿Que crees? Elkie ha sido expulsada y ellos están preparando una disculpa para ti. Sé que no querías que todos se enteraran de lo que había sucedido y de la trampa que le tendí a Elkie, pero ahora que corren todos estos rumores sobre mí engañándote —suspiré sonoramente —Entenderás que no puedo permitir que enreden y manchen algo tan hermoso como nuestra relación con sus suposiciones.
Yo nunca engañé a Sana. Nunca le di a Elkie ni siquiera un beso, porque todo de mi le pertenece a una sola persona, Minatozaki Sana. Y ninguno de ustedes tiene la más mínima idea de lo que ella significa para mí. Ninguno de ustedes podrá entender jamás lo que es despertar con ella, verla reír mientras ve mis antiguas fotos, o escucharla cantar canciones en su auto. Nunca nadie va a experimentar como yo, lo hermoso que es verla usar mi ropa o jugar con mis hermanos. Nunca nadie va a conocer la parte más increíble y maravillosa de esa chica que todos los días admiran únicamente por su belleza y su dinero. Ustedes jamás serán capaces de ver las razones por las cuales yo estoy tan profundamente enamorada de ella. 
Te amo, Sana. Te amo con cada minúscula parte de mí y me rebajaría a hacer lo que hice una y mil veces si con ello puedo evitar que sigan cometiendo injusticias contigo. No quiero que nadie te haga daño nunca... Y es por eso que estoy aquí, confesando ante todo el campus todas esas cosas que tú ya sabes. Porque sé que sabes que he estado perdida por ti desde el primer momento. Te amo, Sanny. Y haré cualquier cosa para que seas feliz.

Todo el mundo se quedó en silencio y entonces salí de mi escondite. Me abrí paso entre todas las miradas y caminé hacia Sana quien se levantó de su asiento y corrió hacia mí. Estaba en medio del comedor cuando ella llegó y saltó sobre mí, envolviendo sus piernas en mi cintura y acunando mi rostro entre sus manos. Ella estaba llorando y el sabor salado de sus lágrimas fue consumido por mi lengua cuando ella me besó. Ahí frente a todos. 

Todo el silencio se convirtió en aplausos e incluso logré escuchar a personas que gritaban algo como —¡Satzu es real! 

Sana me besaba con fuerza pero de forma agradable y llena de sentimiento. Quise llorar pero no me permití hacerlo. No me permitiría sentir nada por ella otra vez. 

Ella se separó de mí y me miró a los ojos mientras yo aún la estaba sosteniendo. 

Ojalá ese momento fuera real. 

Ojalá no hubiera sido parte de una maldita farsa.

—Ahora su reputación está intacta de nuevo, Señorita Minatozaki... Ya no tiene nada de qué preocuparse. —Le dije de la forma más fría que pude y mi corazón se rompió cuando vi su sonrisa desaparecer. 

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preparen pañuelos para los próximos capitulos.

twitter: IC0NTZUYU

roads¹ | satzu [terminada]Where stories live. Discover now