29

237 54 14
                                    

SANA

Estaba sentada en la silla frente al escritorio de mi padre. Ambos nos habíamos quedado a solas después de que Tzuyu saliera de su despacho. Él insistía en que quería hablar conmigo acerca de lo que había sucedido en mi estadía con los hermanos Zhou.

—Primero que todo —Comenzó a decir. —Quiero que sepas que lamento mucho la forma en que se dieron las cosas el día en que le pedí a Tzuyu que te llevara con ella. Quiero que entiendas que te amo y que nunca he querido hacerte daño o tratarte mal, Sana. Sólo quiero que rectifiques tu camino y seas una mujer de bien.

—No soy una delincuente, papá. —Le respondí con tranquilidad. No quería volver a discutir con él, al menos no tan pronto. —Sé que piensas que soy una drogadicta pero estás equivocado.

—Admito que estoy preocupado por ti —Dijo él con aflicción reflejada en su voz —Pero no puedes culparme por eso. Eres mi hija y me importa mucho lo que te pase.

—Papá... Tengo veinte años. ¿No crees que es un poco tarde para que te preocupes por mí? —Le pregunté con un poco de resentimiento. Él jamás había estado cerca de mí. Nunca. 

—Nunca es tarde para hacer las cosas de la manera correcta, Sana. Y si puedo hacer algo para ayudar a enderezar tu vida lo haré.

Yo rodé los ojos. Era difícil tener este tipo de conversación con él porque prácticamente no las habíamos tenido nunca antes. No sabía si podía confiar en si su preocupación era real o no por lo que era más fácil para mí evitar el tema y sus preguntas 

—¿Podemos dejar de hablar de esto? Evidentemente no crees en mí y si es de esa manera no tiene caso que sigamos discutiendo lo mismo. —Respondí finalmente con un tono de voz calmado. 

—Bien. —aceptó él para después soltar un suspiro y comenzar a jugar con un bolígrafo entre sus dedos —¿Cómo te fue con Tzuyu y sus hermanos? —Me preguntó y yo sonreí por inercia. 

—Fue... —Comencé a decir, tratando de encontrar la palabra adecuada para describirlo —contradictorio. —Él frunció el ceño al escucharme, dedicándome una mirada de completa confusión. —Al principio odié lo que hiciste, papá. Te juro que sentía que era lo peor que podías haberme hecho. Pero con el tiempo aprendí a disfrutar de ello. Las cosas que menos deseaba se convirtieron en mis favoritas. Fue como... zambullirme repentinamente en un océano de realidad que se encontraba por debajo de toda la superficialidad que conocía en la vida. Pero al mismo tiempo, era también como vivir un sueño, con todas las cosas que no sabía que siempre había deseado.

Ni si quiera yo misma sabía de dónde había venido mi discurso. Pero mientras dije todas esas palabras, los momentos vividos con Tzuyu, Jeonghan y Hyunjin se reproducían una y otra vez en mi cabeza, haciendo que mi corazón se removiera alegremente dentro de mi pecho. Papá mordió el bolígrafo por un momento y luego me sonrió.

—Vaya, me alegra mucho escuchar eso, Sana. Significa que al final si te ha servido de algo pasar unos días con ellos. —Señaló él y yo asentí.

—No me alegra aceptarlo, pero es verdad.

—¿No deberías darme las gracias? —Dijo él arqueando una ceja y yo negué con la cabeza.

—Todo lo que he aprendido es gracias a Tzuyu, Hyunjin y Jeonghan. Tú no hiciste nada papá. Me dejaste en manos de una chica que apenas conoces y eso no es nada para aplaudir. —Papá rodó los ojos. —Sin embargo, hay un par de cosas en las que necesito que me ayudes y... Te agradeceré mucho si lo haces.

—Te escucho. —Dijo él, acompañando su frase con un movimiento de su mano derecha indicándome que podía hablar. 

—Quiero que convenzas a Tzuyu y sus hermanos de que se vengan a vivir aquí, a la mansión. —Dije con firmeza, mirando a mi padre a los ojos. Él bolígrafo se le cayó debido a la impresión. Cuando lo levantó del piso junto a su compostura por fin pudo formular una pregunta.

—¿Por qué? —Tenía una completa lista de razones para ello. 

—Tzuyu duerme muy poco papá. Su casa está alejada de la ciudad y tiene que madrugar para poder venir aquí por mí y llevarme a la universidad. Lo mismo pasa con Jeonghan quien dispone de poco tiempo para sí mismo porque tiene que distribuir su poco tiempo en la mañana entre él y Hyunjin ya que Tzuyu sale de casa tan temprano que no puede ni siquiera darle los buenos días a sus hermanos. Jeonghan prepara el desayuno, le da de comer a su hermanita y luego la lleva a casa de su vecina para que se haga cargo de la bebé mientras él y Tzuyu están en la escuela. —Relaté bajo la atenta mirada de mi padre. —Y ese es otro punto. Su vecina ya es una mujer mayor, no puede hacerse cargo de una bebé. Incluso Hyunjin se enfermó, tuvo una infección en el estómago y tuvimos que llevarla de emergencia a un hospital y ¿Sabes lo que pasó? Nos tuvieron esperando tres horas para poder atendernos y Tzuyu pagó una barbaridad de dinero por los taxis que tuvimos que abordar para ir y venir del hospital y los medicamentos. —Papá se acariciaba la barbilla mientras continuaba escuchándome. —Tzuyu y Jeonghan llegan a casa, comen y se ponen a hacer sus trabajos escolares mientras cuidan de la bebé y muchas veces terminan desvelándose para poder terminar, todo para que al día siguiente se repita lo mismo.

—¿Y cómo exactamente puedo ayudarlos? —Preguntó él cuando terminé.

—Si vivieran aquí Tzuyu y Jeonghan podrían descansar más y gastarían mucho menos porque todo está más cerca. No tendrían que gastar en comida porque aquí tenemos por montones e incluso se desperdicia. ¡No sabes las maravillas que Jeonghan podría hacer con todo lo que tenemos en la cocina! Además, Miyeon podría hacerse cargo de Hyunjin sin ningún problema y eso les daría a Tzuyu y a Hyunjin más tiempo para cumplir con sus obligaciones escolares sin descuidar a su hermana.

Papá me miraba con una expresión de seriedad en su rostro mientras yo lo veía a él esperanzada. De verdad esperaba que él aceptara lo que proponía y que me ayudara a convencer a Tzuyu de quedarse. Sabía que con lo orgullosa que ella era probablemente se negaría rotundamente. Mi padre sonrió.

—Creo que eso es lo más generoso que te he escuchado decir en toda tu vida. —Declaró él y yo bufé. 

—¿Me vas a ayudar o no? —Le pregunté ansiosa, estaba acabando con mi paciencia.

—Será difícil convencer a Tzuyu. —Dijo él y yo sonreí. 

—Sé que puedes hacerlo papá. —Él se encogió de hombros —Por cierto, hay algo más que quiero pedirte.... ¿Sabes de autos antiguos?

.
.
.

EMOCIÓN

twitter: IC0NTZUYU

roads¹ | satzu [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora