-Mikey, Baji, los voy a matar.
-¡Inténtalo!
-Lenta~.
Los dos más bajos salieron corriendo del parque, seguidos por la pobre niña, que se encontraba cubierta de lo que suponía era pintura. No faltó mucho para que atrapara a Baji, llenándolo también de pintura mientras reía.
-¡No es justo! Siempre me atrapas.
-Porque eres lento... ahora vamos por esa rata de Mikey.
-¡Vamos!
Ahora eran 2 contra 1, pero por más que intentaron no podían atrapar al rubio, llegando nuevamente a la casa de los Sano. Mikey corrió hacia Emma, escondiéndose tras ella, sabiendo que los otros dos no harían nada en contra de la rubia.
-¿Q-Qué sucede?
-¡Es injusto! Yo nunca molestaría a Emma-chan... eres terrible Mikey.
-¿Quieren atraparlo?
-¡Sí!
-Tienen permiso para mancharme
-No, Emm-
Ni siquiera pudo terminar, pues los dos se lanzaron sobre los hermanos para atrapar a Mikey, manchándose en el proceso. Emma soltó una gran carcajada al notar la cara molesta de su hermano, abrazandolo también para que no escapara.
-Al fin~.
-Bah, que asco...
-Vayan a cambiarse, Shin-nii trajo dulces para ustedes.
-Je, perfecto.
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-Les presento a Draken, nuestro nuevo amigo.
-Un gusto.
-Je, se ve fuerte ¡y que tatuaje para más genial!
-¿Vamos a jugar?.- Invitó la niña, mirándolo con una sonrisa-. ¡A casa de Mikey!
-Está... bien. No sabía que tenían niñas en el grupo.
-¿Algún problema?.- Enseguida se paró frente a él, sin importarle la diferencia de alturas entre los dos-. Porque te puedo patear el trasero cuando quiera.
-Y no querrás hacerla enojar.- Continuó Mikey, riendo ante aquella escena-. No creo que Kenchin tenga problema.
-Solo... preguntaba.
-Pff, más te vale. Vamos entonces.- Se dio la vuelta, tomando a Baji de la camiseta para que la siguiera, sin importarle si los demás la seguían o no.
-Je, luego te acostumbras, Kenchin.
-Supongo.
-El de pelo negro es Baji, y ella... le decimos Chikara.
-¿Chikara?
-Porque siempre fue la más fuerte entre los tres~. Bueno, hasta hace unos años, pero le quedó el apodo.
-Entiendo...
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