AU: Soulmates
Cualquier cosa que dibujes/escribas en tu piel aparecerá también en la de tu alma gemela
Todo había comenzado como un juego hace muchísimo tiempo, cuando apenas tenía 10 años. Descubrió que su alma gemela y ella compartían una extraña forma de comunicarse, pues lo que el uno escribía en su cuerpo era reflejado en el mismo lugar pero en el cuerpo del otro. Era un juego de niños, siempre se escribían tonterías y cuando el uno se enojaba con el otro se manchaban la cara para quedar mal con quien sea.
Con el paso de los años el juego dejó de ser frecuente, antes se escribían todos los días, a cada hora si era posible, pero cuando llegaron a su adolescencia fue disminuyendo aquel tiempo. Por alguna extraña razón su alma gemela dejó de responder sus mensajes, y aquello la llenó de tristeza ¿acaso había ocurrido algo? No, era imposible, sabía que estaba vivo pero al parecer algo había cambiado.
Dejó de pensarlo tanto con el pasar de los años, simplemente escribiendo mensajes de aliento cuando sentía que eran necesarios, deseándole los buenos días, algo tan simple pero que tal vez necesitaba su alma gemela.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
-Sensei ¿usted ya encontró a su alma gemela?.- La pregunta de Yuuji dejó a todos en silencio, mirando enseguida al albino.
Los 4 se encontraban comiendo en un restaurante de ramen después de un largo día, pero ninguno se esperaba aquella pregunta por parte del pelirrosa. Megumi conocía algo de la historia, pero nunca se atrevió a preguntar más de lo debido pues el peliblanco siempre cortaba el tema o simplemente lo ignoraba con otra pregunta, pero Yuuji había dado en el clavo esta vez.
-Eso...
-Vamos sensei, no creo que alguien como usted no la haya encontrado aún ¿sabe quien es?
-En realidad a mi también me parece raro, sensei es alguien bastante... lanzado ¿no iría tras ella enseguida?
-Ah niños, ustedes si que preguntan demasiado~.
-Tal vez... ¿no tiene alma gemela-sensei? ¿le pasó algo?
-No, no.
-¿Entonces?
-Es bastante raro.
-Ya chicos, ¿no van a pedir más comida?
-¡Yo quiero otro!
-Y yo una bebida.
Satoru agradeció silenciosamente aquella pregunta hecha por Megumi, quedándose en silencio un buen rato, algo bastante inusual para el. La pregunta de los chicos lo dejó pensando ¿qué estaría haciendo ella ahora? Había dejado de responder aquellos mensajes por el ritmo que había tomado su vida, pero la recordaba todos los días, y después de aquella corta charla con los chicos su curiosidad se encendió más.
Tal vez, ahora que era el hechicero más fuerte del mundo podría buscarla, podría estar con ella sin ponerla en peligro, después de todo lo que pasó con Getou... tal vez podría ser feliz. Sin saberlo aquellos muchachos le habían dado aliento para volver a ser feliz, con tan simples preguntas y curiosidad.
