AU: Angels & Demons
-¿Acabas de... darle tu espada a esos humanos?
-Bueno pues... hace frío allá ¿no crees? Y también es peligroso... deben tener como defenderse.- Desvió la mirada, soltando un suave suspiro. Por un momento se perdió en los profundos ojos del peliblanco, quien sonreía a su lado-. ¿Qué?
-¿Acaso eso no va en contra de las reglas?
-U-Uhm... no, bueno, tal vez un poco, pero..
-Me agradas.- Soltó una risita al notar el nerviosismo en su acompañante, negando con la cabeza-. Satoru.
-Eres...
-Un demonio, sí.- Extendió su mano, y a pesar de la duda inicial, el ángel la tomó para saludarlo-. Un gusto.
-Bien...- Notó como comenzó a llover, cubriendo al peliblanco con sus alas-. Un gusto.
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-Oh, nos encontramos otra vez, mi querido ángel~.- No dudó en rodearla con su brazo, pegándola a el como si nada pasara-. Debo decir que ese vestido te hace ver preciosa, el blanco te queda bastante bien.
-Satoru ¿qué haces aquí?.
-Ya sabes, causando desgracias, incitando a la gente a pecar, lo de siempre.
-Lo suponía...
-Y bueno ¿no quieres ayuda?.- Soltó una risita al ver sus manos atadas, haciendo que ruede los ojos-. Vamos ángel, los humanos son tontos, ven cualquier mujer inteligente y la llaman bruja ¿qué hiciste esta vez?
-Sané a unos cuantos, no pasa nada, ellos... se darán cuenta de que es un error.
-Ángel, les tienes demasiada fé.
-Soy un ángel, Satoru. Tener fé es mi día a día.
-No todos merecen que seas buena con ellos.
-Bueno...- Bajó la mirada, soltando un largo suspiro-. Tal vez, eh...
-Listo.- Desató sus manos con un chasquido, extendiendo su mano para que la tome mientras sonreía de oreja a oreja, viéndola de arriba a abajo-. Supongo que es un mal momento para estar en ese cuerpo ¿por qué no te cambias y vamos a comer algo?
-Aquí hacen los mejores crepés del mundo, vamos.- En un abrir y cerrar de ojos se había convertido en un hombre, tomando la mano del peliblanco-. Uhm, gracias...
-De nada, ángel.
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-Oh, pero que lindo muchacho ¿estás libre?.- El ángel alzó una ceja cuando sintió que su brazo fue tomado, ruborizándose al sentir como la mujer lo ponía entre sus pechos-. Te me haces muy bonito.
-Eh, creo que me está confundiendo, señorita... Espera ¿Satoru?
-Me descubriste muy fácilmente, no es justo, ángel.- Hizo un puchero, soltando su brazo mientras le sacaba la lengua-. Veo que sigues estando en este cuerpo ¿te gustó?
-Es práctico para ciertas cosas ¿y tú qué haces así?
-Pues... ¿Qué mejor manera que esta para hacer pecar a la gente? ¿Sabes que es lo mejor? Solo paso frente a ellos y caen rendidos, los humanos si que son estúpidos.