Shuji Hanma: Tokyo Revengers

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Nota: Este OS sucede en el futuro donde Kisaki gana


Se habían conocido en secundaria, la joven lo recordaba como el delincuente que pasaba metiéndose en problemas y también con cada chica que encontraba. No negaba que ella también una de tantas, pero había algo que el pelinegro disfrutaba de su compañía, por lo que a pesar de ir chica tras chica, ella se mantenía como una constante.

Habían pactado que lo suyo no sería nada serio, no tenía que haber sentimientos de por medio, algo así como amigos con derechos, pues al final no eran nada más que eso, o eso decía Hanma.

Por alguna razón siempre volvía a ella, siempre terminaba en la puerta de su casa esperando a que lo deje pasar, a que lo escuche hablar de lo que sea, y a pesar de todo, ella lo aceptaba feliz. No entendía que era lo que tenía, pero a pesar de todo eso de "solo amigos con derechos" cada vez y cuando le hacía una que otra escena de celos. 

-¿Shuji?.- Abrió la puerta en pijama, pues ya era bastante tarde, dejando pasar al teñido como si nada-. ¿Te metiste en una pelea otra vez? No me sorprende pero ¿por qué tan tarde?

-Lo normal.- Se encogió de hombros, quitándose la camiseta llena de sangre como si nada.

-Ve a darte una ducha, te espero en el cuarto.

Soltó un "uhm" bastante despreocupado, adentrándose en el baño como si fuera su propia casa. Mientras el se lavaba, la joven ya había preparado un té relajante, tal vez le esperaba una noche larga así que no estaba de más. 

Agradecía que Hanma se metiera en problemas los días que tenía libre ¿coincidencia? Muy probablemente no, estaba segura de que lo hacía para quedarse en su casa, pero para este punto ya no le importaba mucho.

Debía admitir que a pesar de todo, una parte de ella quería genuinamente al delincuente, la sabía escuchar, le daba el mejor sexo de la vida, y tenía su lado bueno después de todo. Soltó una risita al recordar como casi mata a golpes al infeliz que jugó con ella en tercer año, a pesar de haberlo dejado un tiempo pensando que si iba a funcionar; no pudo evitar recordar también aquella vez que molió a golpes a un grupo entero por silbarle en la calle, y cientos de veces más donde no dudó ni un segundo en atacar a cualquiera que se atreviera a decirle algo o tratarla mal.

Suspiró con una sonrisa en el rostro, llevando todo lo necesario para curar las heridas del muchacho, llevando de paso algo de comida pues suponía que tendría hambre. Esperó apenas unos minutos, y el pelinegro entró por la puerta desnudo, restos de agua escurriéndose por su cuerpo.

-¿Podrías ponerte algo encima al menos?

-Como si no me hubieras visto antes.

-Estás mojando mi piso.- Escuchó como chasqueó la lengua, tomando la toalla que descansaba en su cuello para secarse con cuidado, de paso secando el piso-. Gracias, ahora ven aquí.

-¿No le molesta al bastardo de tu novio?

-Oh, terminé con él, hace tiempo.

-¿En serio? Y yo que me estaba conteniendo en venir aquí.- Se sentó frente a ella, comiendo tranquilo mientras la joven parchaba su cuerpo. Un rasguño por ahí, un golpe o una puñalada por allá, a veces se sorprendía de lo estúpidamente fuerte que era Hanma, por más peleas en las que se metiera casi nunca salía herido-. Entonces ¿estás libre?

-¿Cuando no lo he estado para ti?

-Hey, yo respeto cuando estás en una relación.- La sonrisa traviesa del pelinegro hizo que parara su labor un momento, bajando la mirada para volver nuevamente a su cometido-. A menos que tu no quieras que lo respete.

One Shots VariadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora