Capítulo I

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Buenos días/tardes/noches. ¡Enhorabuena! Señorita Hedel María Mendoza Gutiérrez, usted ha sido seleccionada para un contrato de 6 meses en la empresa Tier1 en Camas, Sevilla. Puesto que cumple con los requisitos necesarios para el cargo, además que le daremos un regalo extra por ser de Venezuela, sabemos de la situación que allá se vive y como no ha de ser fácil, estaremos encantados de poder ayudarla y que sea parte de nuestro equipo.

Cuando leí ese e-mail pegué un grito al cielo. La emoción que senti fué tanta que incluso lloré y mi padre gastó lo que le quedaba en su cuenta para comprar un vino y así brindar por mi.

Desde que me titulé de ingeniera en informática nunca pude ejercer ¿y por qué, Hedel? pues porque donde nací, un país cuyo nombre es Venezuela, se volvió el número uno con la inflación más grande del mundo, es decir, se volvió una mierda.

No consigues trabajo de nada a menos que tengas una "palanca" O sea, algún contacto en una empresa que te ayude a conseguir un puesto decente ahí. Pero, la mayoría no posee dicha suerte de conocer a alguien asi, y ya llevaba cuatro largos y deprimentes años trabajando como burra para al menos comer. Trabajé como peluquera, hacía maquillajes de vez en cuando, arreglaba la ropa vieja y la rediseñaba, revendia algunas ropas para ganarme un pequeño porcentaje y también trabajaba como redactora online a una empresa de Chile pero incluso a pesar de tener un sueldo más o menos aceptable el país me consumía todo el esfuerzo de mi dinero. A veces no aguantaba más y lloraba, en realidad lloraba un día si y uno no, siempre de noche porque es que vivir así es para locos, definitivamente.

Y sin dudarlo me moví fuertemente con el papeleo y documentos, todo fue un proceso largo pero la empresa Tier1 me ayudó con la visa y el pasaporte que era lo más difícil, ya que obtener todo aquello es un dineral que me ahorre.

Mis padres con el dinero que iban a gastar en ayudarme decidieron ellos también organizarse para irse igualmente a España, lugar que me esperaba para empezar mi vida, para empezar a vivir verdaderamente y no sólo existir, ya estaba hastiada de solo existir.

Vendieron todo, cada cosa para reunir y así poder irse también conmigo a trabajar a la gran Europa, la hermosa España. Desde el pequeño carro de papá, la cocina, mi cama, el TV, dos Aires split, unos repuestos, una bicicleta y otras cosas más... Gracias a Dios lograron conseguir el dinero para irse junto conmigo al mismo tiempo.

¡Y ya por fin!

Estar por primera vez en un país diferente en todos los aspectos al tuyo es muy emocionante, y lo mejor es que... ¡habían chicos guapos por todas partes! —Risas internas—.

—Gorda, aquí Hedel puede que consiga un buen partido como esposo ¿verdad? —Decía mi padre a mi mamá, quien iba a su lado izquierdo y yo iba al derecho.

Ibamos caminando por las calles de Camas, en Sevilla, buscando un alquiler para mis padres ya que mi departamento estaba listo y preparado solo para mi, gracias a la empresa que Dios me permitió encontrar.

¡Que bendición, definitivamente!

Cuando pensaba que viviría en Venezuela y envejeceria frustrada por no crecer como quería, pero ahora todo me cambió y muchas cosas nuevas y maravillosas se que me esperan.

—Ay si amor, para que tengamos unos españolitos. —Le respondió mi mamá muy sonriente a mi padre.

Tan ocurrentes como ellos solos.

—Ay por Dios, -dije volteando los ojos seguido de un...— ojalá.

Y todos nos reímos. Porque si, sería feliz de conocer al amor de mi vida aquí, en la ciudad en que vivía en Venezuela no habían buenos prospectos para mi, todos me causaban náuseas por su manera de pensar, tan inmaduros, nada serios, algunos viciosos que si al alcohol, a las fiestas y no tienen mente de crecer y salir de lo típico y lo básico tan lamentable.

Los ojos del corazónWhere stories live. Discover now