Rápidamente comenzó a vestirse para salir de su departamento e ir al cuartel de la policía Uchiha. No tardó en salir de su departamento y se encaminó hacía el recinto Uchiha.

Cuando llegó al cuartel, algunos la vieron con esos rostros estoicos y serios mientras deba paso al frente. Ninguno se atrevió a interferir en su camino, aunque si generaba su curiosidad. Ella ignoró eso y simplemente dio marcha hacia lo que ella creía, era la oficina de Itachi. Para su buena suerte, si era su oficina, pues pudo ver que decía en una pequeña placa plateada el tirulo de «Jefe del Clan». Se acercó y llamó a la puerta para que le permitieran pasar. Se tensó cuando le dieron autorización, por lo que inhaló y exhaló un momento antes de dar paso al frente.

Entró y vio a Itachi, quien estaba concentrado en los archivos regados en su escritorio. Este alzó la vista y arqueó una ceja cuando vio a su persona.

—Hola Naruto —saludó—, ¿qué te trae aquí?

—Hola. Pues... —tomó un respiro— he venido a platicar sobre el asunto del matrimonio y cómo le haremos en estos años. Bien sabemos que las cosas pueden llegar a cambiar en estos tres próximos años, pero al menos, debemos tener algo certero para poder guiarnos en este asunto.

—Bien —suspiró mientras dejaba de lado sus papeles—. ¿Qué podríamos poner sobre la mesa?

—Cuando tenía doce, dije que le diría al Hokage sobre mi decisión de casarme contigo después de los exámenes Chunin, pero ocurrió todo aquello de la invasión, por lo que ya no hubo oportunidad de decirle, pero ahora que está Tsunade, podríamos decirle. Ella debe estar al tanto del matrimonio entre nosotros, por lo que no creo que se sorprenda demasiado.

—Eso suena bien —su mirada se quedó viendo sus ojos con una expresión seria y estoica—, pero no te oigo muy convencida. Todo esto siempre será un tema delicado entre tú y yo, y con ello conozco que aún no estás de acuerdo con esto. Si no quieres, no debes hacerlo. Le agradas a Tsunade, y ella podría hacer lo posible para que el contrato de matrimonio termine, y no habría necesidad de que estés obligada a casarte con alguien a quién solo conoces de nombre. Todavía eres una...

No pudo terminar cuando Naruto alzó una mano para que parase.

—Itachi, ya no soy una niña, lo haré —lo miró con seriedad mientras cruzaba sus brazos—, pues yo nunca renuncio a mi palabra.

—Acompáñame un minuto. —Itachi se levantó de su asiento tomando las llaves de su oficina.

Naruto se mostró algo atónita, pero no dudó en acompañarlo.

Los dos salieron del cuartel y comenzaron a caminar rumbo al pueblo a paso lento. En un principio los dos se mantuvieron en completo silencio, cada uno concentrado en sus propios pensamientos. Naruto vio de reojo a Itachi, el cual se encontraba impasible mientras su mirada se enfocaba al frente suyo. Volvió su mirada mientras exhalaba un poco de aire mientras intentaba adivinar qué era lo que Itachi quería hacer, pues realmente se encontraba algo confundida de lo que estaba sucediendo en ese momento.

—De acuerdo. He de suponer que no cambiarás de opinión tan fácilmente, por lo que lo menos que puedo hacer es... que comencemos a conocernos mejor —expresó Itachi.

—¿Entonces ya te resignaste? —inquirió en un tono burlón Naruto.

—Se puede decir que sí.

Naruto rio un poco antes de continuar.

—Bien, podemos empezar con presentaciones, como gustos y metas, cosas de ese tipo —musitó Naruto viéndolo al rostro.

—Me parece bien —respondió mientras giraba hacia la izquierda, yendo a la zona del mercado de Konoha—. Me gustan los dulces y tal vez, estar leyendo algunos libros. No me gusta mucho la carne y realmente detesto a las personas que solo piensan en su propio beneficio. ¿Metas? Pues realmente no lo sé.

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora