Cap 56

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Apenas pude dormir en toda la noche, no podía dejar de pensar en Gillian en volverla a ver en tenerla entre mis brazos, mirarla a sus ojos mientras la hago mía por primera vez.

Decidí levantarme de la cama, las sabanas revueltas y no por una noche de pasión si lo era por la noche en vela.

Una ducha para relajarme, me puse mi traje de Armani mis tacones, recogí mi pelo, un poco de maquillaje, mi bolso las llaves del coche y a la mansión de mi padre.

No iba a ser una conversación agradable de eso estaba seguro, iba a ser una discursion acalorada eso también lo tenía claro, no se que sacaría de eso pero no iban a separarme de Gillian de eso también lo tenía claro.

Aparqué al lado de tantos coches, llamé a la puerta aunque tenía llaves no me gustaba utilizarlas esta hacia tiempo que había dejado ser mi casa, desde que mi madre no estaba deje de sentirla así y de eso ya hace mucho.

Maria la chica del servicio y de otras cosas fiel a mi padre fue la que me abrió la puerta, puso su sonrisa más falsas pero yo la imite.

-Buenos días señorita.

-Buenos días Maria.

Intente hacerme paso dentro de la mansión pero Maria se puso delante, frunci el ceño.

-Que pasa no puedo pasar.

-Tiene cita con el señor.

-Que ahora necesito cita para entrar en mi casa y para ver a mi padre?

-Son órdenes del señor señorita.

La aparte y pase pasando de lo que ella me decía.

-El señor aún está en la cama.

-Pues despiertelo y le dice que su hija está aquí.

Seguía andando y ella detrás a paso acelerado mascullando improperios, fui directa a la cocina donde allí estaba la cocinera Tomasa una mujer ya mayor a la que siempre le había tenido cariño, ella cuidaba de mi madre y de mi.

Tomasa al verme si que sonrió y abrió sus brazos.

-Mi niña....

-Hola Tomasa.

Nos fundimos en cálido abrazo.

-Has comido algo mi niña, estás muy flaca.

-No lo he hecho.

-Siéntate que enseguida te preparo un desayuno igual que cuando eras pequeña.

-Tomasa el señor dio órdenes.

-Me da igual lo que diga el señor ella es la señorita de casa así que obedezca lo que le ha dicho y diga al señor que la niña está aquí.

Salió de la cocina con malas pulgas y Tomasa me miró.

-Habrá guerra verdad?

-Si....

-Entonces mejor con la barriga llena

Tomasa era un cielo y era lo único que hechaba de menos de esta casa.

Mi padre no tardo en bajar con su traje impoluto, ni conmigo se relajaba, ni me levante cuando hizo presencia en la cocina.

-Malú.

-Papa

-Tomása un café llévelo al despacho, te espero allí Malú.

Tan simpático como siempre, me entretuve un poco, hacerlo perder la paciencia era mi gran virtud.

Entre en su despacho sin llamar el me esperaba revisando unos papeles ni siquiera levanto la vista cuándo entre.

Mi jefa Where stories live. Discover now