Capítulo 43

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El joven Kim se encuentra bien, si eso te preocupa –sonrió–. ¿Por qué no vienes a la residencia para que lo veas por ti mismo?, hay un tema del que me gustaría hablar contigo personalmente.

Más te vale que esté bien porque apenas me dé cuenta de que le hiciste daño, haré lo que sea para destruir tu imperio, Sungryung. –La escuchó reírse al otro lado de la línea y esta retomó la palabra antes de cortar la llamada.

Por fin hablas como un Cho, te estaré esperando, no llegues tarde, querido nieto.


Dos horas antes...


Luego de ser secuestrado y tener un encuentro con la asistente de la presidenta Cho, las cosas para Jongwoon se tornaron más confusas y complicadas, por lo que luego de su intento de escape, no le quedó más que regresar a su forma humana y esperar en silencio lo que sea que sucedería al menos hasta que apareciera una nueva señal de alerta que le dijera que debía huir.

No estaba seguro de los motivos por los cuales alguien como la presidenta Cho habría contratado a un grupo de matones para llevárselo en contra de su voluntad, pero dudaba sus razones fueran buenas.

"Ahora entiendo mejor porqué Kyuhyun suele usar esa palabra para referirse a ella"

Un suave quejido salió de entre sus labios al sentir una sensación extraña en el vientre y supuso que el bebé estaba inquieto por lo sucedido recientemente.

–¿Necesita algo para vomitar o desea un aceite esencial?

–¿Eh? –La pregunta le sorprendió viniendo de uno de los hombres porque hasta hace un momento atrás parecían poder romperle las piernas para que no saliera del auto y ahora uno de ellos preguntaba en un tono amable si necesitaba algo.

–Eres un idiota, esas cosas no sirven, necesita una aguja y que le saquen un poco de sangre del dedo para que le deje de doler el estómago.

–Está embarazado, cabeza dura, no tiene indigestión –le corrigió otro.

–Yo no estoy embarazado –dijo Jongwoon intentando ocultar esa información, pero los hombres solo le miraron en silencio y aunque pensó en defender su punto, el hecho de que uno de ellos le entregara una botellita lo distrajo lo suficiente como para no iniciar una discusión.

–Es de lavanda, mi noona lo usa y le funciona bien.

–¿Gracias?

Cada vez entendía menos lo que ocurría, pero debía admitir que el aroma del aceite cumplió su propósito porque se sintió más tranquilo después de unos minutos.

Pudo divisar el camino a través de los cristales y pronto supo cuál era el destino, la residencia de la presidenta Cho. El lugar siempre le hizo sentir un poco inquieto y después de ese día, creyó que la sensación se debió a sus instintos animales advirtiéndole de un futuro peligro y al parecer no se habían equivocado.

Un hombre se acercó para abrirle la puerta y le pidió bajar mientras el resto de los que iban dentro del auto también lo hacían.

–Sentimos lo de su helado, joven Kim, si nos dice de qué sabor era alguien irá a comprarle uno para reponerlo.

"¿El helado?, ni siquiera lo recordaba"

Le dijo que no era necesario y pronto escuchó una voz conocida.

–Es bueno verlo de nuevo, joven Kim.

–Presidenta Cho –murmuró con molestia y captó por el rabillo del ojo que los hombres hacían una inclinación respetuosa hacia ella antes de retirarse–. Si quería verme, una invitación habría bastado, ¿no lo cree?

Fraternizando con el alfa {KyuSung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora