Minho apartó a Doyeon de su cuerpo, quien lo besó sin su permiso.

O más bien le interrumpió lo que ha estado haciendo hace horas, claramente sin éxito. Ahora no solo encontró a Doyeon, sino que se colgó de su brazo mientras él estaba ocupado.

—¿Puedes irte? Estoy apresurado —espetó, deteniendo el paso agresivamente.

Ni siquiera la miró a los ojos, sino que estaba mirando a las aulas vacías. Sabía perfectamente que aquella área era la menos utilizada en la escuela, por ende, no había nadie.

Aún así, buscaba.

—Pero... oppa, ese chico que vino hoy, nos interrumpió a lo que en verdad íbamos, ¿por qué no lo retomamos?

—¿A lo que en verdad ibamos? —la miró con sorna y sonrió, quitando su mano de su brazo—. Solamente nos besabamos. No quiero nada contigo.

—Pero...

—Pero nada, vete —la chica bufó y salió corriendo.

Minho cerró sus ojos y respiró profundo, tratando de calmar su corazón.

Había buscado por todos lados: por el salón, los baños, la cafetería, el campus, y hasta ese árbol en donde suele almorzar con sus amigos.

Y nada. No encontraba a Jisung.

Supuso que no se fue a casa debido al horario escolar y sobre todo porque se necesita la firma algún padre para retirarlo. Y no creía que Han fuese capaz de mentir.

Pero recordaba su cara llena de lágrimas y como su labio temblaba, tal vez sí sería capaz de todo para desaparecer de ahí. Porque si él fuese Han, lo haría.

Mierda, ese niño siempre andaba con una sonrisa en su cara, una que le irritaba por completo, pero que se acostumbró tanto a verla, que se sorprendió cuando lo vió llorar. Claro que al principio no se iba disculpar, simplemente ignorarla el hecho de que aquella imágen de algún modo...

Que de algún modo hizo que se arrepintiera enseguida.

Y aún no sabía por qué diablos se había acostumbrado a verlo con una sonrisa, cuando eso era lo menos que debía importarle y concentrarse más en el trabajo.

Giró a la izquierda, a punto de entrar a la biblioteca, pero se detuvo al escuchar su celular vibrar. Lo tomó y contestó la llamada.

—¿Qué necesitas, Hoshi?

¿Que qué necesito? Necesito saber si vas a venir o no al entrenamiento. Estamos esperándote y no queremos retrasar la hora, sabes que falta poco para el partido, ¡ni siquiera deberías faltar!

—No iré, estoy ocupado con cosas de la escuela, entrenen sin mí.

Dijo y cortó la llamada, para ingresar a la biblioteca. El lugar estaba en silencio, y no había absolutamente nadie. Avanzó unos cuantos pasillos, hasta llegar al fondo, notando por primera vez que allí había baños.

Entró a los masculinos, escuchando algunos sollozos proveniente de alguno de los cubículos. Iba a entrar en uno, pero una voz sumamente rota y entrecortada por las lágrimas se escuchó:

—Ma... Mami... por favor, ven por mí...

Minho se mordió la lengua. Si hubiera escuchado eso tiempo atrás probablemente se hubiera carcajeado en el momento y luego burlado en la cara de la otra persona. Pero ahora, simplemente se quedó escuchando la conversación.

—Duele mi cabecita... y mi corazoncito —susurró, pretendiendo que su madre no escuche, o al menos eso pensaba Minho, sintiendo como su corazón latia apresuradamente—. Por favor, ven por mí. Pro-Prometo cuidarme e-en casa y hacer mi tarea, a pesar de que sea viernes... por favor... duele mucho.

Lee largó un suspiro y agachó su cabeza, pero la puerta del cubículo abriéndose, logró que la levantara de nuevo. Se encontró con el rostro de rojo de Jisung, lleno de lágrimas secas, hasta su sticker de estrellita se había caído debido a eso. No solo se quedó mirando lo triste que se veía, sino que no dijo ni una sola palabra hasta que se dió cuenta que Han se estaba yendo. Se acercó  a él y lo detuvo.

—Niño, espera un mo...

—No solo se burló de mí como si fuese un cualquiera, sino que me faltó el respeto cuando yo lo único que quería era que fuésemos amigos, ¿encima cree que voy a hablar con alguien que no se sabe mi nombre? Suélteme.

Trató de hacer fuerza con su brazo, de escaparse del agarre, pero Minho fue más rápido y lo estampó contra una pared, impidiéndole que se vaya al colocar ambos brazos a los costados de su cuerpo.

—¿Quién te crees tú para venir y decirme eso? ¿Quién te crees que eres para que yo te busque por toda la escuela y disculparme por lo que dije? Jamás hice una cosa como esta, el ridículo soy yo...

—Es la primera vez que lo escucho decir algo que es cierto. ¿Por qué se burlo de mí? ¿Por qué dijo aquellas cosas que me hicieron llorar? ¿Por qué me rompió el corazón, hyung?

Comenzabas a gustarme mucho. Pensó Han.

—Porque soy un bruto, un idiota que no mide sus palabras. Y juro que no tengo ni la puta idea de por qué me estoy diculpando contigo cuando no somos ni siquiera amigos.

—Eso es lo que dice su boca, pero... ¿Qué dice su corazón, hyung? 

Los ojos rojos e hinchados de Sunggie penetraban los confundidos orbes oscuros de Minho.

Su corazón... su incontrolable corazón...

—Mi corazón dice que dejes de decir estupideces. Ya me disculpé, ahora todo volverá a la normalidad.

Tragó saliva sin dejar de ver los ojos rojos de Jisung, pero descendió su vista hasta sus labios fruncidos y se lamió los suyos por inercia.

—Me voy.

Sin más, atravesó la misma puerta por la que había entrado.

Y su incontrolable corazón, palpitó aún más.

Y su incontrolable corazón, palpitó aún más

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Where stories live. Discover now