Capitulo 20

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Mi habitación comenzó a llenarse de sonidos de jadeos. El señor Ash y yo nos estábamos besando tan profundamente, el me quitó mi camisa y la aventó a un lado de la cama.

Dejó de besar mis labios, bajando hasta mi cuello y comenzó a besarlo.
Yo no sabía cómo reaccionar, todo se sentía tan bien, yo solo podía abrazarlo.

Hueles a vainilla... - dijo con su rostro aún en mi cuello.

Me senté para poder quitar su camisa, acto en el que el me ayudó, al quitársela dejo al descubierto todo su torso, era... Era tan perfecto, desde su pecho hasta su abdomen, todo perfectamente marcado, yo no pude evitar tocarlo.

¿Te gusta? - puso su mano encima de la mía -.

Si... - no pude dejar de tocar -.

Comenzó a besarme de nuevo, llevando una mano a unos de mis pezones y comenzó a jugar con el

!Ah! - no pude evitar gemir, se siente tan bien-.

Aún con una mano en me pecho llevó sus labios a hacía el y comenzó a lamerlo.

Señor... Se siente... Se siente bien - mordió mi pecho, al rededor de mi pezón, yo sólo solté un pequeño quejido.

El fue bajando a mi abdomen sin dejar de besarme, me quitó mi pantalón y mi ropa interior.
Con una mano tomo mi miembro y comenzó a frotarlo de arriba a abajo y  después se lo llevó a la boca.

Señor usted no tiene que hacer eso... ¡Ah! - aunque le dije eso, me sentía muy bien, no quería que se detuviera-.

¿Quieres que me detenga? - Puso un dedo dentro de mí - aquí ya está muy húmedo, estás lubricando mucho - saco su lengua y lamió mi miembro -.

Quise negar, quería decirle que siguiera pero no pude hablar, lo único que salía de mi boca eran gemidos y creo que los hablaron por mi.

Llevó otro dedo dentro mío, los que entregan y salían lenta pero fuertemente, me sentía muy bien, pude sentir cada centímetro que me tocaba, como sus dedos entraban y salían de mí y como agregó otro más.

Solo podía llamar a su nombre, mi cabeza y mi cuerpo estaban llenos de él.

Creo que estás listo aquí abajo - sacó sus dedos de mi -.

El abrió mis piernas, me dió una mordida en mi pierna, muy cerca de mi pelvis, se colocó entre ellas y llegó a mi dandome un beso en mi mejilla.
Yo no podía ser el único en sentirse bien así que desabroché su pantalón y llevé mi mano debajo de su ropa interior, tomé su miembro y comencé a frotarlo, era muy grande y grueso. El sostenía mi cabeza con una mano y recargaba la otra sobre la cama.

¡Ah! -.

La vista era maravillosa, pude ver claramente su rostro exitado y lo oí soltar gemidos, me volvió a besar, con la mano que tenía sobre la cama tomo mi cintura y después apretó fuertemente mi trasero.

Seguí frotandolo, me gustó la sensación de darle placer, me besó, me recorrió todo el cuerpo con sus manos, solté un gemido dentro de su boca y el retiró mi mano de el.

Es suficiente... Tu estás listo para recibirme - se quito todo rastro de ropa que quedaba en el.

Tomó un preservativo y se lo puso, tomó su pene, lo puso en mi entrada y   empujó de su cadera, introduciendolo lentamente.
Yo arqueé mi espalda, me dolía pero al mismo tiempo de sentía bien, el es enorme, yo estaba lleno pero el seguía entrando !Me va a perforar!.
Dejó de enterar, se detuvo.

¿Entró todo? -.

Si, hiciste un buen trabajo soportando - me dió un beso en la cabeza - comenzaré a moverme, por favor, sigue soportando si duele, seré gentil -.

Asentí con la cabeza y el comenzó a moverse dentro de mí. Sentí todo de el dentro mío, el es realmente grande, pude sentir como tocaba todo el mi interior. Mientras más se movía más podía sentir como un líquido salía de mi interior.

El lugar comenzó a llenarse de sonidos obscenos, sus caderas golpeaban fuerte contra mi, con cada embestida se hacían sonidos húmedos y lascivos.

Lo tomé por la espalda, el ritmo de sus embestidas eran cada vez más rápidos, más fuertes pero sin ser dejar de ser gentiles.  Estaba cayendo en un éxtasis que jamás imaginé, lo volví a besar, el apretaba fuerte de mis nalgas con una mano y con la tomaba desde la espalda hasta mi cabeza.

Mientras más se movía menos podía evitar gemir más y más fuerte el... !El me estaba haciendo gritar! Mis gritos, sus orgasmos y los sonidos que provocaban nuestros cuerpos eran cada vez más fuertes.

Señor... ¡Ah¡ ¡Señor! Y-yo yo me voy a venir -.

Adelante ... Ah... Hazlo, yo también me estoy por terminar -.

El fue más rápido, yo ya no podía soportarlo, me vine, los dos terminamos al mismo tiempo.

El dejó caer su cuerpo encima del mío. Nuestra respiración estaba descontrolada, sacó su pene de mi interior y se dejó caer a un lado mío.

¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? - preguntó -.

Me giré hacia el, me recargué en su pecho y lo abracé.

Señor, eso fue genial, se sintió realmente bien -.

¿Tanto te gustó? -.

Si... Jamás me me arrepentiré de haberle entregado mi primera vez -.

El también se giró hacia mi, me abrazo y me besó.

Nos quedamos poco tiempo así, hasta darme cuenta que a pesar de lo que acabamos de hacer, mi celo aún no había bajado, comenzamos a besarnos nuevamente, el me colocó encima de el y continuamos toda la tarde hasta acabar a muy altas horas de la madrugada y justo antes de dormir el me dió supresores, para que yo pudiera dormir y descansar debidamente el día de mañana.

...

Al otro día desperté, quise darme la vuelta para voltear hacia la ventana y darme una idea de la hora pero no pude, algo pesado no me lo permitió.

Me di cuenta que ambos brazos me rodeaban y sus piernas prensaban las mías, me encontraba completamente inmovilizado.

Hice unos poco intentos más pero al ver que, probablemente por falta de fuerza y mi dolor de cuerpo, no pude moverlo, me rendí, abracé sus brazos y volví a dormír.

Causa y efectoWhere stories live. Discover now