Causa y efecto

Capitulo 17

El domingo llegó, me desperté temprano por lo nervios, aunque la cita (que no estaba muy seguro si llamarlo cita) era por la tarde de igual manera decidí despertar temprano, intenté volver a dormir pero solo conseguí dar vueltas en la cama.

Estaba muy nervioso y no podía quedarme estático en un lugar, comencé a limpiar mi casa de arriba a abajo, aunque no estaba sucia yo igual limpié hasta donde mi podía pasar, desde cada rincón del suelo hasta el techo.

Hice lavandería, esperé a que se secara y la guarde debidamente en su lugar, todo ya estaba limpio y aún me sobraba demasiado tiempo así que decidí ir al supermercado, hice las compras de la semana e incluso todos los ingredientes para preparar un pastel de fresas que podría hacer en alguna ocasión.

Por fin el día pasó aunque de manera muy lenta y subí para darme una ducha, al terminar me coloque todo tipo de cremas hidratantes para el rostro que Sing me había dado en una ocasión.

Al secarse la crema, me coloque una mascarilla hidratante también y mientras la tenía puesta, yo escogía el atuendo más adecuado para mí cita. 

Escogí ropa algo abrigadora, un suéter color café, una bufanda color crema y un abrigo igual café pero más oscuro, nos veríamos tarde, no habría sol, en la noche seguramente habría frío Cepille mi cabello y con una secadora empecé a jugar con el, con el fin de hacer mi se vea un poco más ondulado.

Comencé a maquillarme, use lo mismo de siempre solo que esa vez agregué un delineado muy sutil, así como lo habia visto en un vídeo, el cuál, tuve que volver a ver para que me saliera bien. Me tomó unos intentos pero lo logré.

Salí de mi casa solamente con mis llaves, teléfono y cartera, tomé el metro y me dirigí al central park.
Aún faltaban como 20 minutos para la hora acordada pero no importaba, era mejor llegar antes que ser impuntual.

La hora llegó y de lejos pude ver la silueta del señor Ash, traía unos pantalones color negro, un suéter gris con cuello de tortuga y una abrigo no muy ostentoso de color crema.

Al llegar a mi lado lo saludé y dudé si podía abrazarlo o no, así que me resigné a darle una reverencia.

¿Llevas mucho esperando? -.

No señor, no tiene que preocuparse por eso - Mentí -.

Entonces ¿Estás listo? -.

Claro que sí señor - lo tomé del brazo, colocándome a su lado - vamos -.

El dobló su codo a modo que nuestros brazos de enlazaron, me sentí muy feliz y solo pude aferrarme más a él al comenzar a caminar.

Comenzamos, bueno, más bien comencé a hablar de las cosas que nos gusta, yo por ejemplo lo comenté que cuando estaba en la preparatoria me encantaba el deporte, específicamente hablando, me encantaba el salto con garrocha y que era muy bueno en ello.

Si eras bueno y te encantaba ¿Porque lo dejaste? -.  Me vio a los ojos al preguntar - Podrías haber obtenido buena beca en la universidad si eras bueno en ello, suelen premiar a los deportistas -.

Oh, yo solo tengo la preparatoria terminada - aclaré y se hizo un pequeño silencio - no pude seguir estudiando debido a mi situación económica -.

¿Tus padres no tenían dinero? O no te apoyaron? -.

No, mis padres eran personas muy buenas pero ellos fallecieron hace unos años, así que tuve que trabajar al terminar la escuela -.

El no volvió a hablar, se quedó con la mirada baja un tiempo antes de volver a hablar.

Y no tenías más familiares en los cuales apoyarte? Unos tíos o abuelos? -.

Si, mis abuelos me pidieron que regresara a Japón, ellos me pagarían los boletos y todo pero yo me negué, yo quise quedarme aquí porque aquí crecí junto con mis padres, ellos trabajaron muy duro por comprar una casa aquí y era su sueño que yo creciera aquí, así que quise respetar ese sueño, tal vez me hubiera ido mejor en Japón pero estoy seguro de que yo podré ser alguien por mis propios medios -.