SIn esperar respuesta de Bakugo se dio la vuelta y empezó a realizar estiramientos.

—Je. Qué creído se lo tiene el hijo de Namikaze.—pensó divertido Bakugo.—Aunque supongo que esa es la actitud que se tiene que tener para ganar este torneo. —luego echó una mirada a Ino que parecía estar muy nerviosa. La rubia apenas podía disimular el temblor que le recorría todo el cuerpo.— ¿Y ahora como soluciono esta mierda?—

Bakugo se volvió a acerca a Ino, y ésta al verlo adoptó una actitud agresiva.

—¡Te he dicho que ...!—empezó a decir Ino, pero esta vez fue Bakugo quien interrumpía.

—No hace falta que digas nada, solo escucha lo que tengo que decirte, Ino ...—al oír su nombre por boca de Bakugo y no el estúpido mote que le ponía, la rubia se ablandó y dejó que prosiguiera.—Ayer me comporté como un idiota ...—

—Como un completo idiota.—dijo Ino, volviéndose a molestar por recordar lo sucedido en el restaurante de las barbacoas.

—Ayer me comporté como un completo idiota.—confirmó Bakugo. Ino se quedó con la boca abierta al oír como Bakugo le daba la razón.—Soy el tipo de persona que odia la excusas, pero ayer no estaba bien. Bueno, sigo sin estar bien del todo, pero ...—

—Bakugo ... Yo no sabía ...—dijo Ino,  compadeciéndose del rubio ceniza. Y es que el mal presentimiento que había tenido con la marcha de Bakugo se había hecho realidad.

—Déjame terminar, Ino. Luego me dices lo que quieras.—Bakugo se rascó la cabeza, incómodo.—Joder, se me dan fatal estas mierdas.—a Ino se le escapó una sonrisa ante sus palabras.—Ayer toqué fondo, pero eso no me justifica para pagarlo contigo.  Fui un hipócrita al decirte que también debías abandonar cuando yo odio a la gente que no da el máximo. Lo que te dije fue cruel y por eso ...—hizo una pequeña inclinación de cabeza.—Lo siento, Ino.—

N/A: los que creáis que he cambiado mucho la personalidad de Bakugo en este episodio, echad un vistazo al capítulo 322 del manga. Precioso capítulo, por cierto. Que me refuerza en la sensación que tenía con Bakugo desde la primera temporada.

—Yo ...no sé que decir, Bakugo.—Ino se había quedado sin palabras ante el perdón e Bakugo.

—Ya has visto lo que ha pasado antes.—dijo Bakugo refiriéndose al incidente con las gradas.—La mayoría de la gente me odia. No quiero que tú me odies también.—

—Bueno, es que les llamaste pedazos de mierda. Y luego les dijiste que ...—Ino se detuvo un momento.—Ya sabes lo que dijiste, que me da vergüenza decirlo en voz alta.—

—¡El punto no es lo que llamé a la escoria que nos está viendo! ¡Me importa una mierda lo que piensen de mí esos pedazos de mierdas! En este mundo, puedo contar con los dedos de las manos y me sobran dedos las personas que me importan. Y tú eres una de ellas.—explicó Bakugo.— Y no solo porque me salvaste en el bosque de la muerte. Me he encariñado contigo y con tus cambios de humor. Y no soporto que estés así conmigo por mis cagadas. Así que ... ¿me perdonas?—Bakugo cerró los ojos, rojo de la vergüenza por volver decir esas cursilerías. Al sentir el tacto de los brazos rodeándole el cuello, abrió los ojos como platos.—¿Esto significa que ...?—

—Pues claro que te perdono, idiota.—dijo Ino con una sonrisa de oreja a oreja, ocultando su rubor al pegar su cabeza en el pecho del rubio ceniza.—Eres un idiota. Pero eres mi idiota.—

—....—Bakugo devolvió el abrazo, contento de haber resuelto uno de los numerosos problemas que tenía. —Gracias. Lo necesitaba. De verdad que lo necesitaba.—le confesó, abrazando con fuerza a la rubia.

—¿Algún día me contarás lo que te sucedió cuando te fuiste con ese extraño anciano?—preguntó Ino, aún abrazada a Bakugo.

—Algún día. —volviendo a entristecerse al recordar a la niña bandida asesinada por él y a Uraraka.—Te lo prometo.—

—Bakugo ....—dijo Ino después de unos segundos en silencio.—Tengo miedo. Estoy muerta de miedo. —le confesó al borde las lágrimas.—¿Y si Neji ...?—

—Te juré que no permitiría que ese bastardo te haga lo que le hizo a la ojos raros. Y yo soy de la clase de hombres que cumple su palabras.—dijo Bakugo separándose de ella y mirándola muy seriamente.—Escúchame otra vez esto. Si las cosas se ponen feas, no dejaré que ese puto creído se sobrepase como se sobrepasó con la ojos raros. No acabarás en el hospital como ella. Te lo juro.—

—...—Ino asintió con una sonrisa, limpiándose las ojos de las lágrimas que estaban a punto de caer.

La escena afectuosa no pasó desapercibida por el resto de participantes.

—Mira que parejita más mona que hacen ...—comentó con tono burlón Temari.—Sería una lástima que hoy sucediera algo que pudiera arruinarles el día.—

—Sería toda una verdadera lástima, Temari.—le dio la razón Kankuro también con una sonrisa maliciosa.—¿Verdad que sí, Gaara?—

—....—Gaara se mantenía en silencio. A diferencia de sus hermanos, no encontraba nada de esto divertido. Solo conseguía que sus deseos de matar a Bakugo se intensificaran. Solo había una persona a la que tenía más ganas de matar que al rubio ceniza, y esa persona era su padre, el Kazekage.

Los dos hermanos de Gaara al ver su mirada de puro odio se quedaron petrificados. Su buen humor quedó destruido al instante de ver esos ojos de color turquesa.

Por otra parte, el pensamiento de los otros dos participantes era bien diferente.

—Katsuki Bakugo... Ojalá vuelva a haber otro milagro y consigas vencer a la chica de la arena. Te haré ver lo insignificante que eres.—pensó con odio Neji.

—Menos mal que Hinata-chan no está aquí para verlo. Jejeje.—pensó Naruto, incómodo con una gota en la nuca.


Katsuki Bakugo en KonohaWhere stories live. Discover now