El Omegaverse ¿QUEE? KTH & JJK

Desastre Pt. 2

Taehyung estaba triste.

Le había pedido a Jin ir al departamento de  Jungkook para que lo reconfortara pero hasta esa había sido una mala decisión.

Pues ahora en este preciso momento no paraba de fijar sus ojos en el pequeño bulto  del vientre del mayor.

Jungkook había ido por comida y éstos estaban hablando de su travesía.

Jin estaba tratando con todas sus fuerzas de distraer a Tae. No quería que pensara en eso que creyó perder pero nunca tuvo.

No quería que sus amigos sufrieran. Aunque Jin no sabia que justo en este momento un omega pelirosa estaba sufriendo por las crueles palabras de su pareja.

En eso pensaba antes de ser interrumpido por Tae.

– Jin... – habló el omega.

– ¿Si?

– P-puedo... – Taehyung solamente se agacho a la altura del estomago del Jin. Ahí hincado llevo sus manos a su vientre qué ya formaba  un pequeño relieve en la camisa.

Jin trago saliva nervioso no quería que le menor sufriera por su culpa. Pero el parecería muy decidido.

– Hola bebé... tan pequeño – sonrió mientras acariciaba un poco el vientre – Sabes... ahora mismo no tienes más que el tamaño de una  pequeña canica, yo lo investigue por que quería estar preparado. A-antes yo jamás creí poder tener un bebé y cuando sentí esa posibilidad y-yo – Taehyung se abrazo a Jin recargando su cara en su pecho.

Jin lo sostuvo entre sus brazos. Aquello le dolía mucho Taehyung parecía realmente destrozado.

– Perdoname bebé, yo quería darte alguien con quien jugar enserio lo creí – Solloza en el pecho de su amigo.

Jungkook llegó y vio a su lindo omega llorar desesperanzado entre los brazos de su amigo.

Algo qué le partía el alma.

Corrió y sujeto a Taehyung quien de inmediato se subió a sus regazo.

– Jungkook llevalo con mi doctor– fue lo único que dijo Jin antes de dejar a la joven pareja sola.

Aúnque le doliera era algo que ambos tenían qué enfrentar.

Jimin estaba descolocado. No sabía que hacer en este momento.

Toda había sido color de rosas.

¿Era demasiado bueno no?

¿Como rayos se creyó el cuento de haber encontrado a su alfa? , ¿amor a primera vista? Tonterías. Esto no es ninguna novela.

Su respiración se detuvo mientras los seguía viendo. Quería comprobar qué fuera él y claro que lo sabía. Aquel cabello color menta recién pintado, combinando con la claridad de su piel y los ropas negras de su buen vestir. Su delicada silueta qué combina dominancia y elegancia. Era obvio que era él. Y... acompañado de una joven hermosa y escultural, segura y bien vestida, podía oler hasta acá sus feromonas de omega sin marca  y su alegría de ver a quien debería poner la suya en su cuello, es obvio que era ella.

¿No ser egoísta?  Es ser egoísta el  pensar en tu felicidad sobre la de otros. Pero Jimin enserio quería ser feliz.  Después de tantos años de no serlo. Merece poder por una vez en su vida ser el protagonista de la historia. Aquel a quien le pasan cosas buenas y benéficas.

Pero... de pronto recordó todo lo que lo ayudo YoonGi. Y si realmente así como Hoseok le dijo... tenían una relación hermosa. Tal vez sin una pared, un país o un continente qué los divida su amor florecera y dará consigo el mejor de los retoños.

Tal vez YoonGi merezca ser feliz.

Feliz con ella.

Tal vez Jimin estorba.

Tal vez se tenga que alejar.

Y Tal vez tenga qué dejar de divagar.

Soltó una lagrima y soltando el árbol del cual estaba recargado se fue. A donde tenía tiempo sin ir.

Su casa.  Aquel  pedazo de tierra escriturado, con paredes techo, dormitorios y muchos aditamentos. Pero no era su hogar.

Su hogar era con YoonGi.

Pero no iría con él. El estaba con ella. Y si era feliz ahí pues que así sea.

Tomó su orgullo, su respiración, sus pensamientos, su corazón y se marchó.

Caminando lento y sin prisa a un lugar que sabía de antemano nadie lo esperaba.

Namjoon sentía que no había hombre más feliz en el mundo. Tenía a su omega en brazos mientras se adentraba en su casa.

Una casa muy bien equipada en un lugar bien posicionado. Adentro contaba con una limpieza pulcra y unos cuantos lujos qué se pudo comprar con el paso de los años.

– Espera a ver a mis amigos. Estoy seguro que les encantarás.

– ¿Lo crees Namie? – preguntó dudosa y con miedo. Esperaba caer bien a el círculo social de su alfa.

– Ellos te amarán. ¿Por que no lo harían?...

✨◽✨◽✨◽✨◽✨◽✨

Miren esto

¡Qué hermoso es Dios santo!