Taehyung es un joven de 22 años que vive como una persona totalmente normal en un pequeño departamento afuera de los suburbios, aunque todo eso queda atrás después de un suceso qué cambió su vida.
¿Magia tal vez? ¿La aurora boreal? Taehyung al caer...
Después de haber faltado por razones mayores tenía que ponerse al corriente al igual de Taehyung.
Pero el no verlo todo el día por estar en clase hacía qué lo extrañara.
- Jungkook... - escuchó la voz de aquella omega qué odiaba.
Frunció el ceño de inmediato paró de caminar para girarse y de manera escuálida contestar - ¿Qué?
- Y-yo me preguntaba... quería saber si tu podrías ayu-
- No. La respuesta es no y siempre será no. Ahora dejame irme tengo que ver a alguien- respondió con enojo mientras se giraba para seguir su camino.
- Era importante... no quiero hacer esto... - dijo en un susurro mientras veía como la cabellera azabache se perdía en la multitud. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
En su desesperación pensó que si le contaba la situación a Jungkook tal vez el podría detener a su madre y no crear esta fea situación. Pero el ni siquiera se detuvo a ayudarle.
Se sentó en el piso de la cera, hubiera querido qué a ella le hubieran avisado hace años cuando sucedió... lo que la llevaría a su desgracia.
Su madre apareció derrepente.
- Eres una estúpida, ¿como se te ocurre salir sin tomarte tus supresores especiales?
- Y-yo no me di cuenta....
- Sabes que tienes que mantener a tu lobo dormido. ¡Por la luna no eres nueva en eso! Vamos aún no es tiempo.
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Ya habían pasado dos días y si sus cálculos eran correctos Jimin ya no tendría el respirador. Podría hablar con el.
Todo sería más fácil si al momento de hablar Jimin reconociera los hechos y pusiera una demanda en contra pero no se sabe que esperar de la situación. Así que debían recurrír al plan B.
- Estas seguro que la cámara no se ve?
- No YoonGi, esta muy bien cubierta. No le dire a nadie sobre esto. Ni al propio Jimin. No sabemos si sea malo actuando y después se eche todo a perder.
Ambos asintieron y Namjoon llevó el oso de felpa consigo. Ahí dentro tenían una cámara oculta.
Camino por los pasillos hasta llegar a la habitación en la qué se encontraba el omega. A lado estaba su padre.
- Buenos días Joven... Park Jimin ¿verdad? - el pelirosa afirmó despacio. - He venido a hacerle un par de preguntas. Necesito que responda todo con honestidad y compromiso.
Jimin se puso nervioso. - S-si.
- Bueno... Señor podría retirarse un momento le avisaré cuando termine - se dirigió al padre que los veía con las cejas alzadas.
