Taehyung es un joven de 22 años que vive como una persona totalmente normal en un pequeño departamento afuera de los suburbios, aunque todo eso queda atrás después de un suceso qué cambió su vida.
¿Magia tal vez? ¿La aurora boreal? Taehyung al caer...
– Vámonos... – se llevó al omega de la mano saliendo de la tienda. Mentiría si dijera que no había sido rara aquella situación pero trato de pasarlo por alto. Tal vez no sea nadie importante...
Comprarían alfombras después.
Caminaban deprisa por el centro comercial, las tiendas pasaban por sus ojos de una manera efímera. Pero poco importaba. Lo que realmente interesaba era la sensación de curiosidad y a la vez miedo que sintió su pecho.
¿Por que YoonGi actuaba así tan derrepente?
– ¿Estás bien? – habló con incógnita .
– S-si. Solo vámonos de aquí. Iremos con Jin a comer – recordó con una sonrisa.
Jimin paro de caminar y bajó la mirada.
– Pero... es que... yo no quiero estar ahí.
YoonGi se alarmó por el tono de su omega.
Pues aunque aún no estaban enlazados sabia leer sus expresiones muy fácilmente.
– ¿Estas incomodo?.
– Es solo que... siento que no le caigo bien a Hoseok Hyung.
El alfa pálido acaricio suavemente el rostro del manor y dejo un beso en su mejilla izquierda.
– No le caes mal. Te lo aseguro. Simplemente es reacio con la gente que aún no conoce bien.
– El no es así con Tae – Susurro para si mismo.
Y es que era evidente qué Hoseok no simpatizaba con Jimin. Aún y con sus intentos de parte del omega por ser amigos... nada funcionaba.
Era un odio que simplemente no entendía. Algo irracional qué calaba en el corazón de Jimin.
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Iban en dirección a la salida de la escuela. Había sido un agotador día, ambos irían a la casa de la mamá de Jungkook, pues habían estado un poco ocupados últimamente y no querían que la joven señora tuviera una recaída.
– Joven Jungkook... – los alcanzó un maestro aparentemente de deportes – que bueno que lo encuentro. Le informó qué tendremos el torneo de Tenis la próxima semana – Al parecer Jungkook estaba en el equipo de Tenis, Taehyung alzó las cejas asombrado – Y como usted no ha ido a ningún entrenamiento esta semana me temo... qué a recibido una represalia.
Esto se parecía un poco a...
Mierda.
– Tendrá que ordenar el almacén del equipo. Hoy mismo. No se puede ir sin qué todo este impecable. – Habló firme – Es para que entienda qué los deportes no son un juego, requieren disciplina– agregó arrogante.
La situación era la misma será que... si dice todo de igual forma tendrán los mismos resultados...
– Maestro – mostró su voz un poco más gruesa qué lo usual – Solamente déjeme llevar a Tae a su casa, por su seguridad, le prometo que llegare en menos de una hora.
El entrenador frunció el ceño – No puede salir de la facultad sin antes acabar con su castigo, es una orden.
Ahora si Jungkook gruño fuerte, sorprendiendo a Tae.
Qué realmente más que asustado estaba actuando. Trataba de ocultar la sonrisa de su rostro. Sabía lo que pasaría
– Iré ahora – se despidió del entrenador y miró a Taehyung – Perdóname por no llevarte a casa y-yo tengo que ordenar el equipo y-y enserio... perdón.
-Ven ven – repetía su Interior constante.
Taehyung sintió de pronto un poco de ternura por el alfa.
– Tranquilo kook, que tal si... – se detuvo, pensó muy bien lo que iba a decir y continuó – ¿y si te ayudo para que termines más rápido?.
Jungkook sintió su lobo rodar de felicidad. Emociones qué empezaron abrumarlo.
