Taehyung es un joven de 22 años que vive como una persona totalmente normal en un pequeño departamento afuera de los suburbios, aunque todo eso queda atrás después de un suceso qué cambió su vida.
¿Magia tal vez? ¿La aurora boreal? Taehyung al caer...
Parado frente a él lo miró a los ojos....un cúmulo de emociones invadieron su corazón después de que Jungkook dijera con total seguirdad esas palabras.
¿Qué fue lo que dijo?...
¿Que significa?...
¿Es posible? ...
Su destinado...
¿Él? ¿La pareja de Jungkook?
– Y-yo enserio n-no entiendo.. la chica... ella dijo que tu, tu eres su, ella es, p-por que, antes de nacer... mi perro dijo...
– Tranquilo Tae, y-yo tampoco se mucho más que tú. Solo se que desde el momento que te vi tú eras mi destino, lo sentí aquí – se acerco y toco el pecho de el omega con su mano – No tengo dudas Tae.
Los ojos de Taehyung se cristalizaron, y se sintió extraño, el dolor que desde hace días sentía comenzaba a disiparse y ahora sentía que por fin podía respirar ese pesar en su corazón como en su mente se aligeraba. Ahora podía estar seguro de que estaría con Jungkook.
A pesar de por el momento sentirse tan mal por sentirse tan bien.
– Ella..
– Creo saber de quien hablas, y creeme cuando te digo que no es real, mintió, como una vil. Mina quiere quedarse con mi dinero desde siempre solo le importa su beneficio a costa de los demás. Es una–
– P-pero es que ella se veía tan... amable.
Taehyung comenzó a temblar un poco, el miedo lo invadió acompañado de la ignorancia, no sabía que hacer, hace unos momentos sabía que debía alejarse de Jungkook pero ahora...
– Y-yo tengo miedo de hacer algo incorrecto– fue honesto al mirar a el alfa.
Jungkook dirigió su mirada a los penetrantes ojos qué lo veían , los de él ojos delataban un integro amor, los de su amante... un profundo miedo. Miedo qué el alfa se encargaría de alejar. Con cuidado tomó sus mejillas entre sus manos. Y acercó sus labios a los del contrario, sus dulces belfos se encontraron después de una espera angustiosa.
Rosas, delgados y reconfortantes, suaves como una caricia y anhelados como lo más significativo.
Una muestra de afecto con un solo objetivo.
– ¿Esto se siente incorrecto? – preguntó aún entre sus labios.
Taehyung sintió un revoltijo en su estómago, en su mente y en su alma.
De pronto su lobo despertó.
– Alfa... Te necesito– soltó apenas abrió la boca.
El omega entró en celo.
Taehyung reconoció a su alfa.
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El alfa ayudo a el omega a subir las escaleras.
– YoonGi te dije que yo puedo solo~.
– Haz hecho ya todo por ti mismo, me siento un inútil.
El pelirosa volteo los ojos mientras se acomodaba el cabello nervioso.
– YoonGi y-yo me siento muy bien, y todo es gracias a ti.
Entró al departamento mientras el pálido lo seguía.
– No he hecho mucho, estas bien por que eres el omega más fuerte y valiente del mundo.
Jimin se rió con fuerza.
– ¡No soy nada de eso! – después un poco más triste agregó – Fui un tonto qué a pesar de ser mayor de edad era controlado por su padre.
El alfa odiaba qué se torturara así.
– Tu no tienes la culpa de nada Jimin, fuiste la víctima.
El omega esbozo una tenue sonrisa, a pesar de estar llendo a terapia con su psicólogo asignando por la corte, era difícil sobrellevar esa situación.
¡Vaya qué lo era!
– T-tengo miedo hyung – habló en un susurro mientras se acercaba a el alfa – Tengo que declarar en unos días.
– Estoy aquí – lo tomó entre sus brazos con la delicadeza necesaria para no lastimarlo, se sentían tan seguros cuando sus latidos se sincronizaban, sus lobos aullaban felices– Yo te cuidare siempre Jimin, yo te quiero tanto...
Jimin se aferro más a el abrazo de su mayor, enserio se había ganado su afecto.
Tal vez estaba siendo débil.
Llevaba realmente pocos días viviendo con él pero... era hermoso.
Cuando lo despertaba en la mañanas con una sonrisa.
Como lo cuidaba de cualquier mínima acción.
Su amor era sin restricciones, ¡el podía salir cuando quisiera a donde fuera!.
Realmente se sentía bien, completo y libre.
Creía que todo podía mejorar en su vida.
¿Era real un amor así?
¿Podía darse ese lujo de amar sin temores?.
Aún había muchos cosas en su cabeza pero una cosa si sabía…
