Taehyung es un joven de 22 años que vive como una persona totalmente normal en un pequeño departamento afuera de los suburbios, aunque todo eso queda atrás después de un suceso qué cambió su vida.
¿Magia tal vez? ¿La aurora boreal? Taehyung al caer...
Los días habían pasado eternos para los jóvenes. Después de el arresto de su papá y la obtención de pruebas, el proceso para él encarcelamiento estaba andando pero como todo sistema gubernamental, antes de ver si era o no inocente el ya estaba tras las rejas.
Cosa que favorecía a Jimin.
No era una persona que le tuvieran rencor a otras pero en este momento continuar viendo a su agresor quien de hecho es su propio padre, le haría muy mal después de tantos años de tanta violencia psicologica como física.
Por eso ahora que era fin de semana, ambos, alfa y omega estaban emocionados con la salida ansiada del hospital.
Era sábado y solamente tenían que firmar unos papeles y ya era libre.
¡Libre!.
Eso se escuchaba tan bien es su mente.
Por fin podría vivir.
En eso estaba divagando su mente en todos esos días pero aún así tenía algo de miedo por saber su porvenir. La incógnita de la vida.
Aún no era pareja de YoonGi les faltaba conocerse en persona, ambos saben que el plan de vivir juntos era una manera de escapar de su padre pero... ¿ahora que su padre esta encarcelado viviría solo?.
La respuesta es no. Por el momento iría con YoonGi. Al menos hasta que terminase de sanar su cuerpo. Y como el alfa mismo dijo. "Jimin es tu decisión si después de curarte quieres continuar viviendo conmigo yo jamás te tendré en un lugar en el cual no quieras estar".
Esto calmó mucho al omega. Hizo sentir cálido su corazón.
—¿Nos vamos? – Salió de sus pensamientos cuando vio que el alfa pálido le tendió la mano a Jimin, para que este se apoyará en él.
Aunque el diga que en este momento estaba bien. La realidad es que si ocupaba reposo. Jimin tenía múltiples heridas en todo el cuerpo qué imposibilitaban su movilidad, tenía dos costillas rotas, y un alto grado de debilidad.
Asintió y se paró con cuidado de el asiento en el qué estaba. Juntos caminaron hasta la salida. El alfa con total delicadeza ayudó a que entrará en el auto y se fue al asiento detrás del volante.
Pusieron musica y estuvieron todo el viaje tranquilos. Bueno... al menos el pelirosa. Por que el (ahora pelimenta) estaba qué se moría de nervios. Tamborileaba sus dedos en el volante y cada tanto volteaba a ver al omega con una sonrisa nerviosa.
El camino fue rápido. Después de unos momentos ya estaban en el ascensor para entrar al departamento de YoonGi.
– ¿Puedes esperar aquí? s-solo quiero ver algo... – YoonGi lo dejó en el corredor mientras rápidamente ingresaba a el lugar.
– Puedes entrar – habló desde adentro.
Con dificultad Jimin abrió la puerta y dentro vio...
Toda la sala de estar inundada de globos rosas como el color de cabello. Y un cartel en grande que decía.
"Bienvenido a casa Jimin".
YoonGi estaba nervioso sosteniendo un pastel de chocolate qué el mismo hizo. Y en la mesa estaba un ramo de rosas.
– Espero... qué no sea muy exagerado pero y-yo enserio te quería dar la bienvenida – dice el alfa apenado.
Solo eran ellos dos. Era un detalle íntimo y hermoso. Qué hizo llorar al omega.
Lo abrazo con delicadeza. Min YoonGi era un alfa muy bueno.
Los sentimientos se acomularon en ambos y la alegría de por fin estar en casa los saturó. Por lo cual se miraron a los ojos. Y cediendo a sus suplicantes miradas decidieron conceder sus deseos más profundos. Aquellos que le susurraban a sus oídos. Lo que ya tenían los impulsos de hacer.
Conteniendo su respiración conocieron la suavidad de sus sonrisas al unirse en un beso. Un dulce y delicado beso. Qué daría inicio a algo ... tal vez.
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Jin en este momento trataba de recuperar la respiración.
Jadeaba moviendo su caja torácica con una sonrisa . Hoseok en ese momento salio de su interior y se dejó caer a lado suyo.
– F-fue... muy bueno – suspira Jin.
– Te quitaré las esposas ahora cariño– habla Hobi tratando de pararse aun sin recuperar el aliento.
–¡No!, quiero hacerlo otra vez – Jin hizo un puchero muy marcado.
– V-vamos a descansar cinco minutos ¿si? .
Jin frunció el seño con evidente enojo.
– Cariño qué sucede te notó muy extraño... ¿tu celo se adelantará?– preguntó Hobi con mucha curiosidad. Hoy el omega estaba muy intenso.
– Quiero que me toques Hobi... me siento tan... tan necesitado– dijo al mismo tiempo que era soltado de las esposas y pasaba sus propias manos acariciando su cuerpo – Te quiero encima de mí lamiendome y besandome. P-pero no se por que me siento así – Jin estaba muy angustiado en verdad – Ahora que todas mis dudas se disiparon te quiero tomándome todo el tiempo, pero siento que-qué nada es suficiente.
El lobo de Hosoek gruño y de pronto se enfrentó con su miedo. Sin meditar habló– ¿N-no te... no te satisfago? – De pronto sentía un vacío.
Aunque el tambien podía sentir esa sensación qué Jin decía experimentar.
Tampoco era suficiente para él. Y no sabían la razón.
– Lo haces, claro que lo haces solo que... quiero algo que aún no tengo idea qué falta, por que—
Jin se calló mientras se llenaba de rubor en las mejillas.
– ¿Qué es cariño? ¿Sabes que necesitas?. Algo en especial qué quieras. Sinceramente no soy de trios yo jamás podría compartirte con otra persona.
– N-no es eso.
–¿Qué es lo que te pide tu lobo?
– Tu nudo.
Hoseok se tranquilizó al oír eso. Aunque ya lo había anudado antes no sabía cual seria la diferencia. – Claro amor. Si quieres te lo doy ahora mismo.
– P-pero... lo necesito sentir Hobi... sin condones, tu piel directa. Tu esencia llenandome– habló en un susurro sin mirarlo a los ojos. Sentía mucha vergüenza el delicado omega ahora mismo.
– Pero... Jin tu sabes que si hago eso tu quedarás...
