Una historia muy breve

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La historia de la brujería está plasmada en las paredes de varias cuevas, en lugares ancestrales y remotos. Todas esas imágenes se dibujaron hace mucho tiempo, en una época en la que la vida y la muerte estaban encerradas en un baile diario. Según La danza en espiral, el texto básico y transcendental de Starhawk, escritora y activista estadounidense, el arte de la brujería se remonta a hace más de 35.000 años, cuando los cazadores se conectaban con las manadas de renos o de bisontes a un nivel energético. En esa época, algunos animales se dejaban cazar para así poder ser ofrecidos como sacrificio. Esos cazadores fueron los primeros chamanes, pues eran conscientes de que todos los seres vivos de este reino estaban conectados entre sí, aunque fuese de forma sutil, y también fueron los primeros en reconocer la danza de la vida, dela muerte y de la reencarnación.

Las primeras brujas fueron aquellas que veneraron la Tierra y vivieron rigiéndose por los ciclos de la Luna. En Europa del Este, la Luna estaba tallada en piedra. En la parte occidental, en cambio, se honraba en las paredes de las cuevas, a través de pinturas de bisontes y caballos. Los registros de las fases lunares se esculpían en hueso, y la diosa se dibujaba sujetando el asta del bisonte, el símbolo de la luna creciente. La tribu africana yoruba veneraba a la diosa como Oshun y Yemoja, las diosas del amor y los misterios femeninos. En China, en cambio, era Kuan-Yin, la Diosa Madre delas oraciones. Estaba presente en todos los rincones del planeta, pero con distintos nombres. Era la personificación de la Madre Naturaleza.

Poco a poco, los asentamientos fueron convirtiéndose en comunidades y las civilizaciones empezaron a compartir sus conocimientos sobre lo natural y lo mágiko; al cabo de un tiempo, se formaron los primeros aquelarres o grupos de brujas. Las primeras brujas celebraban lo que denominaban «grandes festivales»: equinoccios y solsticios, además del primer día de cada cambio de estación. Las brujas de hoy en día también celebran estas fechas tan señaladas, y que comentaremos con más detalle en el capítulo1. 

Pero todo eso cambió en 1486, cuando se publicó el Malleus Maleficarum (El martillo de las brujas), escrito por los monjes dominicos Heinrich Kramer y Jacob Sprenger. Este libro era un manual para la caza de brujas y arrojó una sombra de terror por toda Europa que duró varios cientos de años. La brujería se convirtió en una ofensa que podía castigarse con la pena de muerte.

Curanderas, médicos, mujeres sabias y formadas y muy especialmente comadronas se convirtieron en el objetivo más perseguido durante las cazas de brujas. La pena de muerte no se revocó hasta la Ley de Brujería de 1753, firmada en Gran Bretaña; a partir de ese momento, las brujas debían cumplir pena de cárcel o pagar multas desorbitadas por ser quienes eran. Esa ley, por cierto, no se abolió hasta 1951. Y, aun así, todavía se siguen realizando cazas de brujas en distintas partes del mundo, como en Tanzania.

Así pues, ser una bruja en estos días implica recordar a todas lasque han existido antes para así saber dónde estás hoy. Es tu responsabilidad cambiar la historia de las brujas, redefinir quiénes son y revivir su antiguo poder; debes dar la bienvenida a quien se cruce en tu camino pero sin olvidar a aquellas que nos permitieron estar donde estamos ahora.

Como ser una bruja modernaWhere stories live. Discover now