—¡Ey! ¡Devuélveme eso, perra de mier....— Tsunade le colocó la punta de su tacón en la boca del rubio ceniza. —Bfdhsdhsddhfhsh ....—

—Calladito estás más guapo, Katsuki ...—dijo Tsunade, con una sonrisa siniestra.

—¿Es que ahora te dedicas a robar a la gente, Tsunade?—oyó Tsunade a su espalda. Se volteó y vio que se trataba de Jiraiya que acababa de llegar. 

—Es un precio pequeño por oír todos los insultos de tu alumno. —se defendió Tsunade.

—Gdhsdhsdsgdsgsdsgdh ....—intentó gritar Bakugo, pero seguía teniendo la punta del pie de Tsunade en su gaznate.

—Aunque me da a mí que este mocoso no me va a dejar salirme con la mía tan fácilmente. Sería una pena destruir esta ciudad con otra nueva pelea. Está lleno de sitios excelentes para apostar y beber. —reflexionó en voz alta, Tsunade.

—Correcto.—le dio la razón Jiraiya.

—Mmmm ....—Tsunade fingió medita, pero lo cierto es ya tenía pensado lo que iba a decir desde el momento en que escuchó a Bakugo decir que lograría todas sus metas, incluyendo ser Hokage.— El tercer examen para ascender a chunin es en 10 días, ¿verdad?—dijo mirando a Jiraiya.

—....—Jiraiya asintió, pero tenía una ceja levantada, confundido. —¿A qué viene esa pregunta, Tsunade?—

—Calculo que, a buen ritmo, tardaréis unos dos días y medio en regresar a Konoha desde aquí. Así que ... —volteó su mirada hacia Bakugo —¿Hablabas en serio cuando decías lo de que pensabas derrotar a Orochimaru y convertirte en Hokage, entre otras cosas? —Katsuki, incapaz de contestar por tener su pie en la boca, simplemente asintió, observando analíticamente desde el suelo a la nieta del Shodaime .—En ese caso, hagamos una apuesta.—

—¿Una apuesta?—dijeron Jiraiya y Shizune, extrañados.

—¿Gfgdghdh?—Bakugo estaba igual de confundido que los otros dos.

—Te doy una semana. Si consigues darme un puñetazo en mi bello rostro en ese tiempo, reconoceré que puedes llegar a derrotar a Orochimaru y convertirte en Maestro Hokage. Y en reconocimiento de mi error por subestimarte, te daré este colgante. —dijo Tsunade, señalando su colgante que colgaba de su cuello.

—¿Eh?/¿Grh?—dijeron al mismo tiempo Jiraiya y Bakugo.

—¡Tsunade-sama!—protestó Shizune.—¡Eso es muy importante para ti!—

Tsuande se alejó de Bakugo y se acercó a Shizune. El rubio se incorporó del piso rápidamente y empezó a escupir repetidamente para quitarse la suciedad de la boca.

—¡¿Y YO PARA QUÉ MIERDA QUIERO UN COLGANTE CUTRE COMO ESE? —gritó Bakugo, poniéndose en posición de combate. —¡AHORA DEVUÉLVEME MI DINERO!—

—¡No digas eso, Bakugo! —intervino Jiraiya.—Está hecho de un mineral único. Vendiéndolo puedes comprar muchísimas cosas. Vale mucho más que 30.000 Ryos. Es una reliquia que perteneció al Shodaime.—

—....—Bakugo miró el colgante de la sannin, pero no muy convencido.—¿Esa cosa vale tanto? Bah, de todas formas me da igual. No soy como vosotros a los que le mueve el dinero, simplemente quiero que me devuelvas lo que es mío.—dijo en tono amenazante.

—Jejeje.—sonrió Tsunade, con soberbia.—Como estoy tan convencida que no perderé añadiré algo a la apuesta que creo que te convencerá. Si ganas, volveré a la villa.

El malhumor de Bakugo se evaporó al instante, y miró a Tsunade con curiosidad.

—A ver si lo he entendido bien. ¿Si te golpeo tu cara, aunque solo sea una vez, volverás a la villa y curarás al cejotas y a la ojos raros?—dijo Bakugo.

Katsuki Bakugo en KonohaWhere stories live. Discover now