64. El accidente

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Justamente cuando Zuro empujó con el pie una caja hacia lo que era el salón, su móvil comenzó a sonar.

—¿Quién? — dijo tras descolgar sin ver quién era antes.

¿Está Sanji contigo? — preguntó el quien supo por la voz que era el viejo.

Este subió las escaleras que daban a la segunda planta de la casa y se asomó a la habitación de su hermana, donde la vio sobre la cama jugando con los peluches con Sanji.

—Si, está aquí— le contestó mientras se acercaba a ellos.

A este niño yo me lo cargo... — le oyó decir bastante enfadado— pásamelo un momento... — le pidió.

Zuro le tendió el teléfono a Sanji que le miró confundido mientras alzaba una ceja.

—¿Quién es? — le preguntó a Zuro a la vez que cogía el móvil.

—No lo sé— le mintió a la vez que se encogía de hombros y se sentaba al lado de su hermana quien miraba atentamente a los dos curiosa.

Sanji se llevó el móvil a la oreja.

—Sanji al habla— dijo cuando se llevó el aparato a la oreja, pero al segundo se lo quitó.

¡CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE TENGAS EL JODIDO MÓVIL OPERATIVO SANJI! ¡CUANTAS! — gritó el viejo al escucharle, tanto que incluso Zuro y Amy se enteraron sin necesidad de tener la llamada en manos libres.

—¿Me has llamado? — le preguntó mientras que encendía su propio móvil y abrió los ojos acojonado cuando vio que tenía más de diez llamadas perdidas.

¡LA PRÓXIMA VEZ QUE NO ME LO COJAS A LA PRIMERA TE VAS A CAGAR DEL MIEDO, PERO DE VERDAD! — grito de nuevo— ¡VEN AL JODIDO RESTAURANTE YA SI NO QUIERES QUE VAYA YO PERSONALMENTE A POR TI Y TE COJA DEL CUELLO EN CUANTO TE PILLE!

—¡Hola abuelo! — dijo Amy de pronto al escucharlo tan enfadado y esta vez Sanji lo puso en manos libres.

¡Hola pequeña! — le contestó el nombrado cambiando totalmente el tono de voz.

—¿Vas a castigar a Sanji? — le preguntó la pequeña algo triste.

No cielo— contestó con una risa y Sanji suspiró entrecortadamente.

—No lo castigues por mi culpa— le contestó Amy con un puchero— yo le he dicho que jugara conmigo con los peluches...

—Amy no pasa nada— le dijo Zuro cuando vio que los ojos de su hermana se tornaron cristalinos y la aupó para abrazarla y tranquilizarla.

Sanji— le llamó el viejo, esta vez más calmado y este quitó el manos libres para colocarse después el móvil en la oreja— ven ya por favor, se requiere de tu ayuda— le pidió en un suspiro y colgó sin esperar respuesta.

Mientras que Zuro se levantaba de la cama aupando a su hermana entre sus brazos, Sanji hizo lo mismo mientras le tendía el móvil para devolvérselo.

—Me tengo que ir— dijo mientras se rascaba la nuca.

—Me lo he imaginado en cuanto me ha llamado a mí— contestó Zuro.

—Puedo llamar a alguno de los otros si sigues necesitando ayuda con la mudanza— ofreció Sanji a medida que bajaban las escaleras hacia la planta principal.

—Ahora mismo creo que estamos bien— miró a su hermana y le fue inevitable no darle un beso en la mejilla. Ella se rió ante aquel acto y le abrazó el cuello tapándole un poco la cara con el peluche que llevaba con ella— Aun así, si necesito ayuda contactaré con alguno.

SEIS DEMONIOS  [TERMINADA]Where stories live. Discover now