13. Intuición.

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Sanji.

Normalmente solía tener toda la sala llena de sangre y frascos con órganos decorando la habitación, pero lo que si mantenía siempre limpio eran las herramientas que utilizaban, simplemente por el hecho de que el paciente estuviese tranquilo a la hora de tomar una decisión de valentía como ir a un establecimiento quirúrgico ilegal, donde personas desesperadas que no tenían dinero para sus asuntos personales, acudían aquí para vender algunos de sus órganos sin importarles el después.

Lo de la herramientas limpias era para que el paciente se creyese que éramos profesionales en esto, cosa que claramente era mentira.

He de decir que también este lugar es uno en específico donde muchas personas son desaparecidas por el simple hecho de que yo la descuartizo.

No penséis mal de mi, es mi trabajo.

Lo que más me sorprende es que me hubiesen elegido a mi como el cirujano sin tener experiencia ninguna, pareció ser que mi manera de limpiar el pescado le gustó tanto al jefe que le dio igual si no tenía título.

Hoy, como siempre, me escabullí de limpiar los dichosos platos en el restaurante del viejo y me fui a mi segundo trabajo y como dije en un principio, todo solía estar hecho un desastre, por lo que junto con mis dos ayudantes que me asignaron desde mi comienzo, limpiamos todo y lo dejamos reluciente.

Qué gusto daba verlo todo limpio, aunque él ambiente fuese frío y tétrico.

Me fui a, lo que sería la recepción del local y me senté en la silla, de repente, una de mis intuiciones me dijo que algo raro iba a suceder, por lo que sin ignorarlo, seguí en el sitio, pero sin bajar la guardia.

Siempre que tenía intuiciones se cumplían y así fue.

Entraron dentro dos hombres trajeados con un rostro serio demostrando superioridad, cosa que no me importó.

—Buenos días caballeros— me levanté de mi silla— ¿quién es el paciente?— pregunté.

—Perdona chico, pero no somos pacientes— sonrió uno de ellos— somos inspectores de sanidad y venimos a hecharle un vistazo a este local— explicó.

Mis intuiciones nunca fallaban.

—No me han avisado de ello— pulsé el botón de alarma que había bajo el escritorio para informar que no eran pacientes, por lo que teníamos que actuar.

—Lo sabemos, nos han enviado aquí porque nos han comunicado que este local es ilegal, por lo que venimos a comprobar si está todo en orden y no hay ningún problema para que podamos detenerlos— dijo el otro.

—Como adelanto os dejaré los papeles de autorización de este local firmados por sus respectivos autorizadores— les saqué los papeles falsificados sobre el escritorio y ellos me miraron raro— pero si se quieren quedar más tranquilos entren y hagan su trabajo— les ofrecí pasar.

Los dos se miraron entre ellos y entraron a la sala contigua donde estaban mis dos ayudantes haciendo como si trabajasen para que los inspectores se convencieran

Pasaron los minutos y los dos salieron con un rostro pensativo.

—¿Todo bien caballeros? — pregunté.

—Todo en orden— confirmó uno.

—Este local, ¿por qué se construyó?— preguntó el otro.

—Como ya saben, tanto en hospitales como en los médicos de guardia, la sanidad es realmente lenta y los pacientes se cansan de no ser atendidos a su hora exacta, por lo que este local es una tercera opción, donde se trabaja más rápido y donde ves a los pacientes irse satisfechos— sonreí satisfecho de mi discurso.

—Usted, ¿no es muy joven para trabajar en esto?— siguió preguntando.

—Estoy de prácticas señor— respondí.

Los dos se quedaron en silencio.

—Un placer chico— me tendió la mano a lo que se la tendí y sonreí.

—Igualmente caballeros.

Finalmente se fueron.

—¿Qué te ha dicho el jefe?— le dije a mi ayudante cuando noté su presencia a mi izquierda.

—Ya se encargará de ellos— respondió.

Al rato me sonó el teléfono del escritorio.

—Recuérdame que te suba el sueldo Sanji— me dijo— has estado fantástico— me felicitó— me alegro de tenerte trabajando aquí— y colgó.

Sonreí satisfecho.

SEIS DEMONIOS  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora