25. Una rara adopción

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Diol.

—¡Para! — me quejé; comenzaba a dolerme la oreja el doble de lo que me dolía antes.

—¿Quién nos busca? — preguntó mi hermano aguantándose el dolor de oreja que provocaba el tirón de esta por culpa de la megáfono.

—¿A caso os habéis olvidado de dónde estáis viviendo? — se rio y nos soltó de la oreja a ambos cuando llegamos a la puerta que daba a las duchas.

Me olí por encima y emití una arcada. Olía a perro muerto por culpa de haber acabado, tras escapar de la encerrona, en una especie de alcantarilla al aire libre.

—¡Vamos! — nos empujó a la vez— ¡id a ducharos! — señaló las duchas desde la puerta— no hagáis esperar a vuestra futura madre— y cerró la puerta.

—¿Futura madre? — miré incrédulo a mi hermano.

—Tio, estamos en un centro de adopción— contestó Neol— alguien nos habrá elegido para adoptarnos.

—¿Qué? — dije mientras me quitaba la camiseta— ¡venga ya! — me negué.

—Diol, tarde o temprano iba a pasar— hizo una pausa— ¿qué esperabas de un sitio como este? — me miró— ¿pensabas vivir toda una vida aquí? — agaché la cabeza dándole a entender que sí.

Cuando nos desnudamos, nos dirigimos hacia las duchas y a la vez, nos paramos.

—Tu primero— le ofrecí y él, asintiendo, se dirigió hacia el interior de una de las duchas mientras que yo me sentaba en un banco de madera que había por la zona.

Por muchas duchas que hubiesen allí, si no eras el primero en llegar, te tenías que duchar con agua fría y en este momento no me apetecía nada congelarme después de haber escapado de la muerte y enterarme de que íbamos a tener una madre adoptiva, o al menos eso esperaba, que fuese la madre adoptiva de los dos...

Apoyé mis codos sobre mis rodillas y coloqué mi mentón sobre mis manos pensativo.

<<No quiero irme de aquí...>>

En mi transcurso en este antro, he visto a mucho casos de separación de hermanos. La persona que venía a este centro para adoptar a un hijo o una hija y se interesaba por una pareja de hermanos, solicitaban que los llamasen a los dos para analizarlos y después elegían solamente a uno dejando al otro solo.

Me negaba rotundamente a que me pasase lo mismo con Neol, es mi hermano, ¡mi hermano gemelo! Y fuera cual fuese la opción de aquella señora, yo, no me separaría de mi hermano, ¡ni muerto!

Neol salió un rato después de la ducha y al instante me levanté para adentrarme yo en ella.

Comencé a lavarme el pelo y seguidamente el cuerpo.

—Tengo miedo— confesé en voz alta.

—¿Mi hermano teniendo miedo? — preguntó chistoso— ¿de qué? — se rio por lo bajo.

Suspiré, no tenía ganas de reírme ante algo que consideraba un tema muy serio. Vi de reojo que mi hermano se asomó a la ducha mirándome con el ceño fruncido.

—¿Qué es lo que te pasa Diol? — me preguntó.

—¿Es que no has visto los otros casos Neol? — apagué el grifo tras aclararme.

—Claro que los he visto— frunció el ceño.

—¿Y te da igual que a nosotros nos pase lo mismo? — salí de la ducha.

—¡Claro que no! — sonó molesto.

—Pues parece todo lo contrario— gruñí molesto y oí que bufó.

SEIS DEMONIOS  [TERMINADA]Where stories live. Discover now