11. Te lo explicaré todo.

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Zuro.

Nunca llegué a pensar que las dos cosas que tanto odiaba en mi vida ocurriesen el mismo día, aunque una de ellas sabía que tarde o temprano pasaría, pero no que en vez de pagarlas con mi jefe fuesen a por mí.

Mi mañana había sido tranquila, aún me molestaba por dentro no decirle a mi madre la verdad, que trabajaba vendiendo armas, cosa que era ilegal aquí, pero no quería asustarla, aún así, no descarté el hecho de pensarlo y decírselo, no me gustaba mentir y menos a mi madre quien lo había dado todo por mí.

Me dirigí como siempre con mi mochila al punto de encuentro que tenía diariamente con 'el chino', que era el quien me daba el armamento que pedía mi jefe. Aún sigo sin comprender por qué Mike seguía en este curro si no hacía ni el huevo, me dejaba todos los trapos sucios a mi, según él, porque yo me lo había buscado, quien lo entienda, juro que le daré un premio...

Una vez cargado con mi mochila llena de armamento ilegal, paseé por las calles normalmente sin aparentar estar nervioso y llegué hacia donde estaba Mike, como siempre, con sus pies encima de su escritorio limpiando la misma pistola. Símplemente me miró, me dio como un "visto bueno" ya que era lo único que hacía y me dirigí hacia donde estaba el jefe, rodeado de humo y chicas guapas, lo más seguro drogadas.

Le di el cargamento y me mandó abajo a la tienda, este día hubo más clientela importante de la habitual, así que me andé con ojo y medí toda y cada una de las palabras que decía al contestarles.

Mi trabajo acabó y me fui a casa, a partir de ese momento, ya nada fue tranquilo.

—¡Suéltame!— oí a mi madre gritar.

—¡CÁLLATE, MALDITA SEA!— se oyó un golpe y tras aquello gemidos de dolor y más golpes, pero estos contínuos.

Siempre había tenido una pistola guardada por lo que pudiera suceder, pero no llegué a imaginar que la fuese a utilizar de verdad. Tembloroso, la saqué de su escondite que no quedaba muy lejos de dónde estaba y apuntando al frente con el arma ya cargada, me dirigí a la habitación de mi madre que era de dónde provenía todo aquel jadeo y allí lo vi.... a ese señor que desgraciadamente es mi padre.

Estaba violando a mi madre a la fuerza, ya que su mirada enrojecida y su cuerpo con marcas rojas de los golpes me lo decía todo en aquel momento. El cabecero de la cama daba una y otra vez contra la pared y aquello iba acompañado por los quejidos de mi madre y los jadeos de aquel asqueroso ser.

Vi que mi madre me miró asustada con lágrimas en los ojos, negó con la cabeza dándome a entender que no hiciese nada, pero ya no había vuelta atrás. Él giró la cabeza.

—¿Qué haces aquí estúpido?— escupió molesto— ¿No ves que estamos haciendo cosas de mayores?— por su voz supe a la perfección que estaba borracho.

—Aléjate de ella— dije apuntando a su cabeza.

—¿O si no qué?— se burló dándole igual que tuviese un arma.

No me lo pensé dos veces y le disparé en la cabeza. No lo soportaba y desde luego no me arrepentía de haberlo matado ahora mismo...

Cayó al lado de mi madre y ella se soltó asustada de debajo de él y se colocó bien llegando a mí.

—¿Por qué...?— iba a preguntar sobre mi pistola.

—Salgamos de aquí y te lo explicaré todo— prometí.

Mi madre símplemente asintió aún asustada, corriendo recogió algunas cosas e íbamos a salir, pero la cosa no paró ahí.

—¡Maldito hijo de puta!— oí la voz de 'el chino' y tras eso un disparo que casi me rozó el brazo derecho.

—¡Zuro!— me llamó mi madre asustada.

—¡Métete en el coche, corre!— le ordené.

Me escondí detrás de la vaya del jardín para protegerme y respiré realmente asustado, ¿por qué 'el chino' ha venido a por mí?

—Maldito cabrón, ¡sal de ahí!— gritó y pegó otro tiro.

Llamé a Mike.

—¿Zuro?— contestó dudoso.

—'El chino'— respiré agitado— Ha venido de visita a mi casa y con muy malas intenciones— 'el chino' de nuevo disparó casi cerca de dónde estaba escondido, me asomé por la pequeña raja de la madera de la valla y salí para dispararle, que por el grito que se escuchó de fondo, di por hecho que le había dado.

Sonreí, pero no bajé la guardia.

—Sabía que pasaría...— lo oí gruñir.

—¿Qué?— dije sin entenderle.

—Zuro mantente alejado de ese loco y si puede matarlo mátale, vamos para allá— colgó.

Me guardé el móvil e intenté llegar hasta a mi madre, lo que me costó un balazo en la pierna.

—¡Zuro!— dijo mi madre ayudándome a entrar en el coche— por dios...— dijo arrancando un trozo de su camiseta para ponérmela en la herida— ¿qué está pasando Zuro?— dijo asustada.

—Mamá no quiero que me odies por esto...— dije incorporándome en el asiento mirando por la ventanilla, un disparo atravesó una de las ventanas del coche— Tú sólo espera, no tardarán en llegar...— intenté tranquilizar la cosa y gracias al cielo que la cosa fue a mi favor y se oyeron más disparos dándome a entender que ya habían llegado.

—¡Ahora, arranca!— le ordené a mi madre y ella nerviosa sin pensárselo obedeció desapareciendo por la carretera.

Mike me llamó.

—Más te vale explicarme mañana por qué ha pasado esto— y colgué.



Siento mucho haber tardado en subir y en haceros esperar, pero bueno, como se suele decir, lo bueno se hace esperar, ¿no? jeje.

Espero que os haya gustado el capítulo.

Nos vemos pichoncitos!

ATT: Mali

SEIS DEMONIOS  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora