40. El puente

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—Vuestro jefe quiere mataros— soltó Mike así sin más y antes de que alguno de los seis dijera algo siguió— Rubí siempre estuvo bajo nuestros pies, todo esto del secuestro ha sido una farsa, el fin que quería sacar vuestro jefe de todo esto es vues...

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Vuestro jefe quiere mataros— soltó Mike así sin más y antes de que alguno de los seis dijera algo siguió— Rubí siempre estuvo bajo nuestros pies, todo esto del secuestro ha sido una farsa, el fin que quería sacar vuestro jefe de todo esto es vuestra muerte.

—¿P-por qué? — preguntó Neol asustado.

Teme a que le hundáis su querido imperio en cuanto supiéseis que todo esto es una mentira, teme a que le entreguéis a la policía si os hubiera llegado a despedir y por eso prefiere acabar con vosotros.

Los seis se miraron entre ellos algo acojonados tras haber escuchado aquello.

—Osea...— fue Diol quien cortó aquel silencio— nos amenaza con la muerte si no le ayudábamos a rescatar a su hija y ahora resulta que nos iba a matar igualmente...— se quedó pensativo— no entiendo nada.

No es hora de entender— le respondió Mike— es hora de actuar, así que si queréis sobrevivir, eso es decisión vuestra— sentenció.

—¿Qué hacemos? — le preguntó Zuro con el ceño ligeramente fruncido, estaba claro que quería vivir, no iba a dejarse matar por un viejo loco de mierda.

Hay una bomba colocada, lo más seguro, bajo el puente— les informó por teléfono y Neol rápidamente visualizó desde donde estaba el puente al que suponía que se refería.

—Mierda, estamos demasiado cerca— dijo en un susurro apurado— ¿qué hacemos?

Vosotros elegís— se encogió Mike de hombros— morir o vivir, supongo que no hace falta que os diga mucho más.

—Está claro que vivir— contestó Arlong y sacó de su escondite dos navajas, se acercó por detrás del conductor y el copiloto sigilosamente y en un acto rápido les hundió ambas armas blancas a la vez a ambos en el cuello realizándole una herida lo suficientemente profunda para saber que habían muerto en el acto.

El vehículo comenzó a moverse descontroladamente al no tener a nadie vivo para poder manejarlo y Ferlu corriendo cogió el volante para hacer que la furgoneta se alejase lo más lejos posible del puente.

Diol— le llamó Mike en cuanto escuchó que se había dejado de oír alboroto verificando que los seis demonios habían elegido la opción de vivir. Zuro le entregó el teléfono móvil al nombrado y este lo cogió dudoso.

—¿He hecho algo malo? — dudó y Mike negó con la cabeza mientras sonreía aunque no le viese.

Siento mucho lo de tu cagalera— se disculpó.

—¿Cómo...— no le dejó terminar.

Coloqué un poco de laxante en uno de los seis vasos de leche de vuestro desayuno de esta mañana y ha dado la casualidad que te ha tocado a ti el vaso premiado— le explicó— lo hice para ganar tiempo, intenta entenderme— le pidió y lo único que pudo hacer Diol fue abrir la boca demostrando que estaba entre sorprendido e indignado— dile a los demás que hagan explotar la bomba del puente y que hagan la muerte de los dos guardias un accidente— se hizo un silencio un tanto incómodo— lo siento— le volvió a decir y colgó la llamada.

SEIS DEMONIOS  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora