SEIS DEMONIOS [TERMINADA]

63. Feliz cumpleaños Amy

¡Larguito porque os lo merecéis por la paciencia que tenéis conmigo!

—¡Amy! — llamaron a la pequeña que aún dormía en su cama— ¡Amy! — la volvieron a llamar, esta vez mientras se adentraban en su habitación.

—Zuro, tengo sueño...— murmuró la pequeña mientras se removía entre las sábanas.

Su hermano sin embargo levantó las sábanas hasta su altura, viendo a la pequeña figura de su hermana descubierta y con el pelo completamente despeinado.

—¿Me dejas tumbarme? — su hermana se echó a un lado de la cama para dejar a su hermano tumbarse a su lado y este al acomodarse, los arropó a ambos hasta la cabeza y abrazó a su hermana— tienes que levantarte enana.

—Pero tengo sueño— se quejó de nuevo.

—¿Otra vez te dormiste tarde leyendo cuentos? — le pilló a su hermana de lleno con aquella pregunta, así que ella acabó asintiendo, tenía tanto sueño que le daba igual si le regañaban por ello— Sabes que eso está muy mal Amy— le regañó un poco y ella suspiró.

—¿No vas a dormir? — le preguntó la pequeña dándose la vuelta para verle la cara.

—No— negó su hermano encogiéndose de hombros.

—Pues vete de aquí— le dijo empujándole con todas sus extremidades.

—No quiero— le sacó la lengua y ella infló los carrillos molesta. Zuro juntó cada una de sus manos en cada uno de sus cachetes y se los apretó para sacarle el aire.

—¡MAMÁ! — gritó de pronto y Zuro le tapó la boca— ¡no! ¡Zuro, quita! — peleó contra él pero este la colocó por debajo de su camiseta, sacándole la cabeza por el cuello de esta para que pudiese respirar.

—Si gritas de nuevo, mamá hará que te levantes— le avisó y Amy se quedó callada de golpe.

—¿Amy? — escucharon la voz de su madre de fondo— ¿Amy me has llamado? — preguntó entrando en la habitación. En cuanto vio aquel bulto tan grande sobre la cama se llevó la mano a la frente mientras rodaba los ojos— Uy, ¿pero qué es este bulto tan grande? — disimuló sorpresa.

—Soy yo— contestó Zuro poniendo una voz afeminada intentando imitar la de su hermana y Amy se partió de risa.

—¡Cuánto has crecido! — siguió la madre la broma— ¡pero qué alta eres! — exclamó cuando palpó por encima el cuerpo de debajo de las sábanas mientras sonreía.

—Eso es porque me he hecho mayor— contestó Zuro de nuevo con la voz afeminada y Amy se tapó la boca mientras se reía.

—Ya veo...— fingió que estaba pensativa mientras destapaba la cabeza de Zuro quien la miró mientras se reía.

—¿Y sabes también para qué sirve esta boca tan grande? — se la señaló mientras la abría y su madre se rió.

Zuro se destapó al completo y Amy abrió la boca poniendo cara de mala, mientras sacaba los brazos por el cuello de la camiseta.

—¡Para comerte mejor! — gritaron los dos a la vez y Zuro agarró a su madre por el brazo mientras que fingía que se la comía mientras que Amy la mordía de verdad por el brazo, pero con suavidad.

—¡Ah! ¡Socorro! — dijo la madre de ambos entre risas mientras sus hijos, pasaron de devorarla ha hacerle cosquillas.

—¡No! ¡Cosquillas no! — dijo Amy entre risas al notar como su hermano le hacía cosquillas por la tripa y costados— ¡AH! ¡ZURO PARA! — le ordenaba entre risas pero este no paró hasta que vio cómo se llevaba la mano al pecho porque le faltaba el aire.