Capítulo 58

1.6K 271 64
                                    























—Shh, hagan silencio.— susurró JungKook golpeando a EunBi con la espátula para servir el pastel en la cabeza en plena oscuridad.— ¿Creen que llegue a esta hora?

—¿Y si hace horas extras?— preguntó JunMyeon y JieUn tragó saliva algo nerviosa.— Se supone que llegaría dentro de poco.

Todos guardaron silencio cuando sintieron unas llaves en la cerradura y JungKook apretó sus labios conteniendo una carcajada. La luz fue prendida y San tomándose el pecho con una mano les sonrió.

—¡Feliz cumpleaños!— exclamaron todos y JieUn le sonrió saliendo de su escondite para abrazarlo suavemente.

—Feliz cumpleaños, San.— dijo la castaña y besó muchas veces su mejilla izquierda haciéndole reír al cumpleañero.— ¿Sabes que te amo mucho, mhm?

—Lo sé, preciosa.— contestó este y depositó un beso en los labios de la contrario con una sonrisa.— ¿Preparaste todo esto por mí?

Ella asintió a medias y respondió.

—Todos ellos me ayudaron, JungKook se encargó del pastel, EunBi y JunMyeon de la música y TaeHyung de decorar la casa.

San hizo una pequeña reverencia a todos y la fiesta comenzó. El castaño estaba bailando en plena noche con su alma gemela, al igual que JungKook y TaeHyung.

—¿TaeHyung?— preguntó JungKook mirándolo a los ojos.— ¿Puedes mirarme a los ojos?

El rubio sonrió y rápidamente recordó la conversación que había tenido con EunBi hace un año y medio sobre aquel brillo en los ojos del menor cuándo lo veía. Entonces la miró mientras la castaña bebía de su vaso y esta al conectar miradas con el rubio le guiñó un ojo.

El brillo en los ojos de JungKook era impresionante. Era radiante, era inexplicable como se notaba el amor que JungKook tenía por TaeHyung. Y cuando todos lo notaron, sonrieron inconscientemente.

—Eso es amor, mierda.— dijo EunBi levantando su copa y se escuchó un eructo de JunMyeon a su lado.— ¿Eso que fue?

—Tengo gas, lo siento.— se disculpó JunMyeon y rascó su nuca.— Oye, ¿Dónde está SunHee?

—Durmiendo en el segundo piso, tranquilo, HeeYoon la está cuidado. Ese niño es un amor.— respondió EunBi y bebió nuevamente de su vaso mirando bailar a las dos parejas.— Oye, llévame a bailar. Desde que nos casamos nunca me llevas a bailar, parece que me case con un muñeco inflable.

JunMyeon soltó una carcajada y la tomó de la cintura bruscamente mirándola a los ojos con amor. La música cambió y sonó una diferente haciendo que las tres parejas bailaran lentamente, abrazados.

—Cuándo hice mí última acción como velo, la tía de EunBi me llamó.— dijo JungKook mientras era abrazado por TaeHyung.— Supuestamente ahora podré ver el hilo rojo de las demás personas, pero cuando yo quiera.

—¿HeeYoon también tendrá alma gemela?— preguntó algo ebrio TaeHyung y JungKook tragó saliva.

—Por ahora no quiero saberlo.— respondió JungKook y cuando enfocó su vista en la mano de TaeHyung, lo pudo ver. El hilo rojo se veía intacto, no había rastro de nada que lo haya hecho cortar. Nada. También vió el de JieUn y San.

Y cuando fijó su vista en la mano de EunBi, una sonrisa se agrandó al ver qué ella estaba destinada a JunMyeon. Soltó una carcajada satisfecho al ver a sus amigos con su alma gemela, que sintió tanta paz en el pecho que de sus ojos brotaron lágrimas de felicidad.

Porque ese orden de vida sabía que era un milagro. Y no quería desordenarlo por nada del mundo.














HeeYoon levantó su mirada cuando vió a SunHee pararse en su cuna y volvió a bajarla mirando su dibujo en dónde retrataba a sus padres. Su punta del lápiz se quebró y formó un mohín con sus labios.

—Recorcholis.— susurró HeeYoon y tapó su boca al decir, para él, una mala palabra. Sus padres no le gustaba que dijera eso, así que prefería maldecir delicadamente.

Escuchó un ruido y miró a SunHee que lo miraba con atención. Su cabello ya caía sobre arriba de los hombros de color castaño oscuro, como su padre. HeeYoon terminó de sacarle punta a su lápiz cuando estaba por pintar la camiseta de JungKook en el dibujo, hasta que escuchó como SunHee lo llamaba.

—¿Qué quieres?— preguntó HeeYoon algo molesto acercándose a la cuna con el lápiz en mano.— Estoy dibujando.

La pequeña ladeó su cabeza y HeeYoon formó una línea con sus labios, pero al ver que el rostro de SunHee se enrojecía de las lágrimas.

—Shh, shh.— pidió HeeYoon tapando la boca de la niña con su pequeña mano. Entonces ambos niños se miraron a los ojos.

HeeYoon notó como los ojos avellana de SunHee lo miraban con curiosidad. Cómo sí él fuera un experimento, mientras que HeeYoon se sintió acosado por la mirada que le proporcionaba la castaña.

Ambos escucharon la puerta abrirse, y a un JungKook con las mejillas sonrojadas de la ebriedad.

—HeeYoon, vamos a dormir en el cuarto de huéspedes.— HeeYoon tomó sus lápices y le dió una última mirada a SunHee que hacía un pequeño puchero con sus labios.

Entonces fue el primer indicio.








JungKook terminó de cepillarse los dientes y de hacer su skin care cuando sintió como la puerta del baño se abrió bruscamente dejando ver a una EunBi completamente ebria vomitando en el inodoro.

—Te pasas, EunBi.— dijo JungKook y soltó una carcajada tomando el cabello de su mejor amiga para que no se le manchara.— ¿Cuánto bebiste?

—N-no mucho.— respondió la castaña y JungKook frunció el ceño.— Hablo enserio, me siento sobria. Seguro comí algo en mal estado, tus comidas seguro.

—Bien que después te atragantas con mí arroz frito, maldita.— dijo JungKook pasándole una toalla para que se limpiara los labios.— ¿Segura?

Hubo un silencio y ambos amigos se miraron con una pequeña sonrisa incómoda.

—Espero que te hayas cuidado, maldita.— bromeó JungKook incómodo y EunBi sonrió nerviosa mientras lavaba su boca para quitarse el sabor del vómito.

—Yo me cuido, tranquilo.

—Oh, por cierto.— dijo JungKook apoyándose en el marco de la puerta del baño y sonrió.— Ví tu hilo rojo con JunMyeon, pero es raro que ustedes no lo hayan sentido.

—Ahora que los mencionas, hace pocos días estuvimos sintiendo tirones y ahora conozco la respuesta.

—Su hilo parece invisible, pero está allí. Por eso, no pudieron cortarlo.

—Iba a arrancar cabezas sí lo intentaban.— respondió EunBi guilandole un ojo al menor y este cerró la puerta del baño con una sonrisa.

Algunas veces quería la voluntad de EunBi.




























































¡Holass!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy gracias por leerme.

Se despide Cami. xoxo

𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©

𝗢𝗵! 𝗦𝗔𝗩𝗘 𝗠𝗘 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now