Capítulo 40

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KiMin tomó un sorbo de té y miró a JieUn en silencio, admirando su parecido con Yuna, su madre.

—Sé como actué.

—JieUn, entiendo si estás enojada conmigo. Huí pensando que tu madre era feliz con su novio, huí dejándote a ti en su vientre, y ambos sabiendo que éramos almas gemelas. Huí como un estúpido, y por eso creo que jamás conseguiré tu perdón.

—Estoy molesta, pero no puedo juzgarte. No puedo enojarme como quisiera porque estoy pasando lo mismo.— murmuró y KiMin la miró.

—Tienes en verdad un alma gemela.

—Si. Pero he renunciado a él, y él a mí y así se quedará.— dijo JieUn y KiMin negó lentamente haciendo que esta alzada la mirada.

—No hagas lo mismo que hice con tu madre, no huyas del amor. Tienes al chico en tus manos, no hagas que se enamore de otra persona, eso debilitará el hilo. Cosa que veo improbable, porque como entró y te vió, supe que estaba tremendamente enamorado de ti.

Un calor se coló por las mejillas de la castaña y negó lentamente.

—Según un amigo, es cuestión de abrir mí corazón. Pero no sé de qué tengo miedo, no quiero... no lo sé.

—¿Quizás tienes miedo de que le pase lo mismo que Yuna?

JieUn guardó silencio y se le instaló un hueco en el estómago. Sintió las manos de su padre, arrugadas y con algunos lunares sujetar las suyas mirándola fijamente a los ojos.

—¿Por qué piensas que ese chico te haría daño, JieUn?— preguntó y JieUn bajó la mirada.— Jamás, por muchas almas que ví con hilo rojos, a una persona tan enamorada de otra.

—No conoces a TaeHyung.

—Entonces es mucho más que ese chico llamado TaeHyung.— respondió y JieUn tragó saliva mirando sus manos.— Ese chico que entró por su abrigo, es tu alma gemela. Pero preferí callarme porque no quería meterme en tu vida, pero sin embargo eres mí hija, mí único retazo de Yuna, te veo en ella. ¿Y sabes que haría ella si fuera tu?

—¿Que?

—Correría a ese chico y le daría una oportunidad, pero quién sabe.

Hubo un silencio y JieUn soltó una carcajada. KiMin soltó sus manos y caminó hacía una caja cerca de la televisión algo vieja. La tomó en sus brazos y la dejó sobre las piernas de su hija.

—Son grimorios.

JieUn frunció el ceño.

—Busca, y busca si quieres. Pero, si llegas a romper el hilo con ese chico, no hay manera de recuperarlo, eso es lo que leí yo. Así que, si ese chico te quiere, ve tu corazón aunque sea un poco. No te pido que corras a sus brazos ahora, ni mañana, o pasado.

JieUn tragó saliva.

—¿Has visto su corazón aunque sea un poco?— preguntó su padre y JieUn rió, porque era la misma pregunta que le había hecho SeungWoo.— ¿Vas a cerrar tu corazón para siempre? ¿O dejarás que ese chico, aunque sea, entre solo un poco a tu corazón?

Entonces JieUn suspiró profundamente.
























JungKook apoyó otro nuevo grimorio sobre sus piernas y se detuvo a ver a una JieUn pensativa.

—Tienes un ojo aquí, y otro en Australia.— murmuró el castaño y JieUn no pudo soltar una carcajada.— ¿Por qué estás tan pensativa estos días?

𝗢𝗵! 𝗦𝗔𝗩𝗘 𝗠𝗘 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now