Capítulo 18

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El ruido de la terminal de trenes llenó sus oídos cuándo quitó sus audífonos.

Al divisar la figura de la castaña la saludo con una mano y está le sonrió a lo lejos con un cartelito hecho de cartulina rosada. San esperó a que las puertas se abriesen y salió con sus maletas a sus lados, acercándose a EunBi.

—Tanto tiempo, EunBi.— dijo el castaño y le dió un pequeño abrazo.— ¿Cómo has estado tú y los demás?

—Mhm... bastante bien.— respondió esta enrollando el cártel en sus manos con una extraña sonrisa.— Pero eso aquí no importa. ¿Cómo has estado tú? Ha pasado dos años desde que no te veníamos, un día nos llegó la noticia de que te ibas a mudar con tu novia e ibas a formar el negocio de los pancakes en otro pueblo para más posibilidades.

—Si... sobre eso.— murmuró el castaño y rascó su nuca.— Ha habido unos cambios en mí vida algo bruscos y decidí mudarme de nuevo aquí. ¿Tienes tiempo para charlar sobre mí trágica historia?

—¿Trágica?— preguntó la castaña alzando una ceja.— ¿Cómo que trágica?

—Vamos por un café primero.— respondió San y palmeó la espalda de la castaña con delicadeza.

Ahora se encontraban en una cafetería con sillas sentados afuera, a pesar de que la temperatura era baja, las mesas de adentro estaban todas ocupadas y no tenían opción.

—Puedes comenzar a contarme...

San tragó saliva y apretó sus labios para luego comenzar a relatar.

—Cuándo decidí mudarme, tenía mis pensamientos algo desordenados, tuve que renunciar a mí trabajo de medio tiempo con el cual compraba cosas para el local de pancakes que había abierto aquí. Me llegó una buena oferta en Daegu y no pude resistirme a ella, además de que decían que ahí tenía más oportunidades por unos familiares que tienen una cadena de sopas instantáneas. No dudé un segundo y me mudé con mí novia... qué ahora es mí ex pero eso es otra historia.— EunBi frunció el ceño y San asintió lentamente.— Llegamos a Daegu y comenzamos a crear nuestro local, al principio era un éxito, teníamos mucha clientela los primeros nueve meses pero luego... un nuevo local de pancakes se instaló al lado nuestro y fue una competencia dura y fea. Ellos tenían la receta de familia y nuestra receta... era mía. Cómo sea, nosotros no bajamos los brazos y decidimos luchar. Le peleamos unos meses más, hasta que sin darnos cuenta nos convertimos en el local de al lado y perdimos toda nuestra reputación.

—¿No quisieron probar en otro lugar?

—Si claro.— respondió San— Pero el alquiler era demasiado costoso y jamás podríamos pagar más de dos meses, era demasiado dinero para nosotros. Además de que estábamos en una especie de pre-bancarrota. Ahora solo decidí mudarme de nuevo a Busan, aquí. Extrañaba a mis amigos y quería verlos, además de que las ganas de volver a abrir el local que tenía antes no me faltan.

—Ya veo porque tu historia es trágica.— respondió EunBi dándole un sorbo a su café.— Pero aún no entiendo como es que tus pancakes tenían competencia. ¡Santo dios! ¿Recuerdas la fila que se formaban en el festival?

San asintió y la nostalgia llenó su pecho completamente.

—¿Recuerdas cuando noqueaste a Mingi ese día que huíamos de sus amigos?— preguntó riendo el menor y EunBi asintió.— Esos tiempos en los que íbamos a la universidad... quiero volver.

—A mí ganas no me faltan.— respondió la castaña.— Quiero recrear cuando me conocí con JunMyeon y nos confesamos. También cuando JungKook conoció a su alma gemela, todo lo que pasamos... éramos tan despreocupados que cuando nos dimos cuenta de que crecimos, fue tarde para disfrutarlo más a profundidad.

Hubo un silencio y preguntó.

—¿Alma gemela?— preguntó San y EunBi asintió.— ¿Eso existe?

—Oh, créeme que sí y JungKook vivió sin darse cuenta de que su alma gemela a estaba en...— quiso decir la castaña y San alzó una ceja esperando a que continuase de hablar.— estaba en la otra parte del mundo, viviendo su vida despreocupado. Ya sabes, así es TaeHyung.

San asíntio y sonrió pero más bien se formó una línea algo chueca en su rostro.

—Es una pena que JungKook y TaeHyung estén de viaje con HeeYoon.— murmuró San y EunBi asintió varias veces.— Si lo hubiese sabido antes, pude tomar el primer tren y venía aquí para tomar algo con ustedes antes de que se fueran.

—El viaje fue imprevisto.— contestó EunBi para que San no se desanimara.— Surgió de la nada, sus trabajos los tenían muy ocupados y ni tiempo tenían de compartir una cena tenían. Así que decidieron hacer sus maletas y desconectarse de tanta edificación.

—Se lo merecen.— respondió San y EunBi notó como su mirada cambió.

—Pasa algo. Puedo ver cómo estás por desembuchar algo.— susurró EunBi y San negó rápidamente.— ¿Qué ocurre contigo realmente, San?

—Es que... esta ciudad me trae recuerdos. Solo eso.

EunBi asintió restándole importancia al asunto y ambos luego de terminarse su café, EunBi acompañó a San hacía la estación de buses más cercana.

—¿Quieres que te acompañe?— San negó y esta metió sus manos en su saco color celeste pastel.— Como usted quiera.

—Ya veo porque eres la mejor amiga de JungKook. Eres impresionantemente comprensiva y estás ahí para todos. Aprecio eso de ti, EunBi.— dijo San y sujeto sus maletas.— Gracias por venir a verme, te veo luego. Ah, e invita a JunMyeon para que podamos tomar algo algún día.

—Eso haré.— respondió la castaña y le sonrió al castaño.— Ve con cuidado. Adiós.

—Adiós.— se despidió el castaño y se giró con sus maletas en dirección al bus que lo llevaría a su antíguo departamento. Aquél en dónde había sido vecino de JungKook por años.

Se sentó en uno de los asientos delanteros y se despidió de EunBi con una mano y luego tragó saliva mirando hacía otro lado. Sacó de su cartera la foto polaroid que tenía de hace años, en la que estaba JungKook, EunBi y él.

Miró su rostro y soltó una corta carcajada mordiendo su lengua.

—Ya es tarde, ya es tarde.


























































¡Holass!

¡Volvió nuestro niño San! ¿Quién no extrañaba a este chico?

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy gracias por leerme.

Se despide Cami. xoxo

𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©

𝗢𝗵! 𝗦𝗔𝗩𝗘 𝗠𝗘 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now