Capítulo 10

2.2K 398 50
                                    





















NaeUn frunció el ceño al escucharlo.

—¿Entonces era la madrastra de tu esposo quién estaba intrometiéndose en tu casa?— JungKook asintió y esta pareció dudar.— ¿Qué sentías cuando estabas allí?

—Una presencia extraña, había mala energía. Y una vez escuchamos que le cantaba una canción de cuna a nuestro hijo, por eso nos asustamos y decidimos hacer esto. Que bueno... no resultó como queríamos.— murmuró al final JungKook.— Siento que TaeHyung me odia. Él nunca quiso que me lastimase otra vez.

NaeUn parecía mirar la curita de su dedo meñique y cuando JungKook fijó su vista en ella, esta tragó saliva sonriéndole rápidamente.

—No creo que te odie. Es tu alma gemela, eso es imposible.— lo intentó tranquilizar NaeUn y este apretó sus labios.— Bueno hasta un punto, creo...

—¿Te lastimaste?— preguntó JungKook mirando la curita que llevaba puesta la castaña y esta no respondió.— Lo siento, yo...

—Supongo que sabes algo de mí historia por EunJin.— supuso la castaña y JungKook ladeó su cabeza indicándole que a medias sabía de ella.— Todos aquí saben mí historia y supongo que eso me hace sentir algo expuesta.

—Me dijo que sufriste mucho cuando eras un velo.— dijo JungKook y esta asintió.— Yo soy un velo, pero mí historia es más cliché.— agregó el castaño y soltó una pequeña carcajada.— Nunca supe cómo diferenciar entre amor y cariño, terminé hiriendo a personas. Pero afortunadamente todo está más tranquilo, al menos hasta ahora.

—Y yo no supe diferenciar entre amor y daño.— murmuró NaeUn y JungKook se le quedó viendo.— Debes creer que el hilo rojo es fantástico en todo su esplendor, que te hace conocer al amor de tu vida. Lo hace, sí. Pero algunas veces no te gusta la forma en la que está enroscado a tu meñique. He visto, desde que morí, a muchas personas que murieron juntas que caminan con el hilo enroscado en su meñique. Es hermoso ese sentimiento, de que a pesar de las dificultades, tienes otra oportunidad de estar con esa persona.

—Suenas como si tuviera un lado malo el hilo.— dijo JungKook y NaeUn asintió lentamente.— ¿Puedes contarmelo?, después de todo vine a aprender de ti.

Entonces NaeUn respiró hondo y exhaló para luego comenzar.

—Cuándo era pequeña, nunca me percaté de que era un velo. Mí familia estaba muy ocupada en sus asuntos de divorcio que ni siquiera se giraban a verme, lo entendía en parte. No podían enojarse conmigo por sus conflictos. Mí papá compartía hilo con otra mujer, no con mí madre. Y lo descubrí cuando a penas tenía diez años. Todo en mí parecía diferente, mí madre decía que había crecido rápido y que parecía muy madura. Tuve que lidiar con las peleas constantes de quién se quedaría conmigo y ahí fue donde me dí cuenta de que era un velo realmente.— hizo una pausa para tragar saliva y continuó.— Ví a un alma rondar en la casa y yo siempre la perseguía, mí madre pensó que tenía déficit de atención, pero en realidad perseguía a un alma que murió en el vecindario en dónde viviamos. Desde ahí mí vida tomó otro rumbo y jamás le dije a mis padres que podía verlas, ni siquiera a mis amigos más cercanos. Crecí algo chueca para el amor, era como si me diera pánico enamorarme. Entonces conocí a un chico... él era un chico complicado, era adoptado y su familia a pesar de intentar frenarlo con rehabilitación por su consumo de drogas, jamás lo pudieron lograr.— JungKook pudo notar como la mirada de NaeUn había cambiado, ya no expresaba ninguna emoción.— Luego de que comenzamos a salir, mí forma de ver a las personas cambió. Él volvía tarde a su casa, algunas veces llegaba con distinto perfume. Y hasta algunas veces no lo veía por semanas. Sabía que no íbamos a funcionar, que era una relación condenada. Yo lo sabía, pero veía algo en él que ni él mismo podía ver. Veía su hilo, estaba conectado al mío.

𝗢𝗵! 𝗦𝗔𝗩𝗘 𝗠𝗘 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now