Capítulo 01

5.3K 681 153
                                    





















TaeHyung se miró al espejo de pared y ajustó lentamente su corbata negra. JungKook entró a la habitación y al verlo se puso detrás de él apoyando su mentón en el hombro del contrario.

—Se hace tarde, Tae.— dijo cariñosamente el menor y el rubio suspiró temblorosamente para luego asentir y limpiarse rápidamente una lágrima que caía por su mejilla.

Perder a un padre, fue lo que hizo que toda la felicidad que TaeHyung había conseguido se fuese por el desagüe. Su pilar para todo era su familia y su propia familia. Pero hablábamos de fibra sensible cuando se trataba del padre de TaeHyung y que haya fallecido le tocó todas las fibras habidas y por haber en su ser.

JungKook sabía por el dolor que pasaba su esposo, sabía que debía sostenerlo si se derrumbaba. Y así lo hizo, así lloró con él todas las noches. Así abrazó su tembloroso cuerpo cuando se despertaba llorando de madrugada, y así lo mantuvo con la poca cordura que sabía que prendía de un hilo.

Se sentía devastado, angustiado y sobre todo deshecho cuando se enteró de la noticia. Todos en el círculo familiar estaban asombrados y procuraban hacer que TaeHyung no cayera en nada peligroso.

Se subieron a la camioneta negra junto con su pequeño hijo, en dónde estaban EunBi y JunMyeon esperándolos mientras JungKook le daba un vistazo rápido al cielo. Se veía nublado, como si se estuviese por caer en algún momento.

El menor clavó su vista en TaeHyung y entrelazó su mano con la de este sintiendo un cálido estirón del hilo que tanto les marcó la vida. El rubio lo miró y sorbió su nariz sonriendo debilmente apoyando su cabeza en el hombro de JungKook. El viaje no fue largo, ni siquiera pudieron calcular el tiempo en el cuál viajaron.

Nadie parecía estar con los pies en la tierra, nadie parecía creerselo. Todos bajaron de la camioneta y entraron al cementerio, se pusieron frente al ataúd y colocaron una flor. Pero toda la familia de JungKook puso un trébol de cuatro hojas, como símbolo de suerte, para que aquella alma descansara en paz pronto.

Vieron bajar el ataúd unos cuantos metros mientras escuchaban las palabras del sacerdote que velaba el cuerpo y JungKook sintió una presencia detrás suyo. Y al verlo sonrió girándose completamente sobre sus talones con su hijo.

—Cuídalo, seguramente le costará asimilarlo.— dijo el padre de TaeHyung y JungKook lo miró a la lejanía.— Eres su única familia ahora, y sé que lo haz estado cuidando mucho. Te agradezco todo lo que hiciste para revivir el cuerpo de mí hijo, hasta no puedo creer que esté hablando con un velo de almas.

—Ni yo con un alma, así que quédese tranquilo.— bromeó el menor y el padre de TaeHyung suspiró mirando a su hijo por sobre el hombro del menor.— Si quiere visitarme, no te sientas presionado a hacerlo. Siempre lo cuidaré desde arriba y tú lo sabes.

—Haré lo que sea, para sanar su corazón.— prometió JungKook y el nieto HeeYoon lo miró con curiosidad.— Creo que mí nieto puede verme.

—Lo descubrí hace poco, no es un velo pero puede ver almas. Así que podrá jugar con usted si así lo desea.— dijo JungKook mirando el collar del trébol y dejando un beso sobre la coronilla del niño.

—Creo que es tiempo de irme, mí esposa me está esperando.

—Lo sé, lo sé.— contestó JungKook y sonrió cuando su suegro se acercó hasta TaeHyung y acarició su cabello para luego traspasar a el menor, descansando en paz finalmente.

—¿Fuiste tú?— preguntó TaeHyung girándose y JungKook negó. Los ojos del mayor se llenaron de lágrimas y el castaño asintió respirando hondo.

—Sabes que puedes visitarlo cuando quieras.— susurró JungKook y TaeHyung negó con los ojos lagrimosos.

—Y tú sabes que no puedes hacer eso, lo tienes prohibido.— murmuró TaeHyung acariciando la mejilla del menor y dejando un corto beso en sus labios.— No te dejaré lastimarte otra vez.

—No soy débil, TaeHyung.— respondió JungKook firme y entrelazó su mano con la del rubio.— Soy un velo, y puedo soportar el dolor.

—Y yo soy tu esposo, y quiero mantenerte lejos de eso.— concluyó TaeHyung y todos los presentes allí, miraron la lápida del padre del rubio, que ahora se encontraba al lado de su esposa.

—¿TaeHyung, puedo robarte a tu esposo por un momento?— preguntó EunBi y este asintió con una sonrisa. La castaña y JungKook se alejaron un poco de la multitud sentándose en una banca de madera a las fueras del cementerio.

—Sé que no es momento, ni lugar para decirlo pero creo que es necesario contártelo porque eres mí mejor amigo-

—Habla ya, EunBi.

—Estoy embarazada.

JungKook se atragantó con su propia saliva y miró horrorizado a la castaña que comenzaba a ruborizarse como un tomate.

—¿JunMyeon lo sabe?— preguntó JungKook y EunBi negó repetidas veces rápidamente.— ¿Cuántas semanas?

—Dos.— respondió EunBi y JungKook alzó una ceja.— no quería decírtelo cuando estábamos de duelo, sentía que era inoportuno tapar el sol con una mano.— hizo una pausa para formar una línea con sus labios y continuó— Pero ahora que sé que poco a poco las cosas van a tranquilizarse, quise poner mí granito de arena para poner contentos a todos con la noticia.

—Cuando se entere JunMyeon...— dijo JungKook y sintieron un carraspeo a sus espaldas haciendo que los dos amigos se giraran dramáticamente para ver la figura de JunMyeon mirándolos curiosos.

—¿Por qué desaparecieron así?— preguntó el castaño y EunBi apretó sus labios— Todos están preguntando por ustedes, Tae te necesita, JungKook.

—Iré ahora, EunBi luego hablamos.

—Si...— murmuró la castaña y JunMyeon se sentó en el lugar de JungKook mientras ambos venían como el menor se perdía entre las lápidas.

JungKook caminó hacia la lápida de los padres de TaeHyung, viendo a el rubio verlo desde la lejanía.

—Siento haberte dejado solo, yo...

—No te preocupes, de vez en cuando está bien despejarse un poco de tanta tristeza. ¿No crees?— JungKook solo apretó sus labios y besó la mejilla del rubio.

—Gracias por estar a mí lado, JungKook.

—Dije que me gustaría envejecer contigo, y eso estoy haciendo.— respondió el menor y soltaron una carcajada al recordar ese momento cursi en sus vidas.

—Me siento tranquilo de que ahora ambos están allí arriba. Están sanos y procuraré de no hacer muchas locuras de lo que queda de mí vida.

JungKook soltó una corta carcajada y metió sus manos en los bolsillos del saco de TaeHyung entrelazando sus manos congeladas.

—Podría quedarme congelado aquí, pero si es contigo creo que no me importará nada.— murmuró el menor y TaeHyung rodó los ojos chasqueando su lengua.

—¿Desde cuándo estás tan cursi?

—Tú me pones así.— bromeó JungKook y ambos patalearon el suelo riendo de lo cursi que había sonado eso.

TaeHyung le dió una última mirada a la lápida de su padre y sonrió.

—Hasta luego, papá.



















¡Holass!

Acá tienen el primer capítulo de la segunda temporada, espero que lo hayan disfrutado.

Se los quiere mucho y gracias por leerme siempre.

Se despide Cami. xoxo

𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©

𝗢𝗵! 𝗦𝗔𝗩𝗘 𝗠𝗘 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now