Alerta Mujeriego.

16. Playas y ex-novios.

Bora bora.

La isla del encanto, todo era tan hermoso, y simple, a pesar de que me mareé y casi vomito en el yate ha valido la pena.

Teníamos nuestra propia cabaña, y un horario de todo los que teníamos que hacer en la semana.

Me encantaba este lugar, todo era hermoso y natural.

Dejé mi maleta al lado de la cama matrimonial que había en medio de la habitación, también había un enorme ventanal de vidrio donde se podía ver toda la playa.

— Me encanta este lugar, sí pudiera mudarme, lo haría. — Me senté en la cama que estaba muy suave.

— Está perfecto. — Ryder salió del baño en traje de baño. — ¿Que es lo primero que dice en el horario?

— Pero acabamos de llegar. — Me eché hacía atrás en la cama.

— Pero tenemos que cumplir el.horario, nena, es obligatorio.

— Bien, aquí dice excursión en nuestra maravillosa isla. — Le entregué el horario.

— Pues preparate linda, no tenemos todo el día.

Suspiré y me pare de la cama, busqué mi bikini en mi maleta y un pequeño vestido de flores.

Me encerré en el baño y me cambié de ropa.

Media hora luego estábamos detrás de un grupo de personas y un guía, nos mostraban los lugares que teníamos que venir según nuestro horario.

Pero yo realmente me sentía perdida, estaba segura que había pasado por este lugar tres veces, pero aún así todo era diferente.

Ryder caminaba a mi lado sosteniendo mi mano, con su bañador, lentes de sol, y una toalla multicolor en el hombro.

— Bien, aquí termina el tour, está es nuestra maravillosa playa que pueden disfrutar en su tiempo libre. — Dijo el guía, y lo volvió a repetir en francés.

— ¿Que tenemos ahora linda?

Busqué en mi bolso el horario, que estaba casi rompiendose, tenía que cuidarlo más.

— Tiempo libre.

— Genial ¿Piscina o playa?

— Mm, piscina.

Ryder sostuvo mis pies y me cargo, enredando mis piernas en su cintura.

Grite su nombre cuando lo hizo y muchos se nos quedaron mirando, Ryder hizo una mueca divertido y salió de ahí directo a la piscina.

Me dejó sentada en la cama de playa color azul.

Se acercó a mi y me quitó el vestido de flores que llevaba, Busco en mi bolso el bloqueador y se sentó junto a mi.

Llevó su mano hasta mi estomago y lo esparció por todo mi cuerpo, entre mis pechos y otros lugares que no debía tocar, y menos en público.

Se estaba aprovechando.

— Date la vuelta. — Me dijo.

— Te estas aprovechando de mi, claro, con razón estabas tan desesperado de venir a la piscina.

Me dí la vuelta.

— Cuando se hay oportunidad, hay que aprovecharla. — Dijo y beso mi mejilla para continuar poniendo el bloqueador.

Cuando terminó, volví a voltearme, el besó mis labios, y yo llevé mi mano hasta enredarlas en su cuello, tiré un poco de su cabello, era bastante suave, incluso más que el mío.