9. Un borracho en problemas.

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Estaba en mi habitación actualizando mi blog como las noches, Jenn no estaba, quizás andaba con Matias como hace últimamente.

Miré la hora, ya era muy tarde, cerré mi laptop para poder dormir, cuando mi puerta se abrió.

Ryder entró riéndose como loco y luego fue hasta la ventana se bajó los pantalones y sólo oía como hacía pis en la ventana.

— ¿Que-estas-haciendo? — Pregunté con el seño fruncido.

— Hago pis. — Dijo como sí nada.

— ¿Por qué en mi ventana? ¡El baño está a una puerta! — Gruñi.

El se puso sus pantalones y se volteó a mirarme.

— Tengo mucho calor, quiero desnudarme ¿Tú no?

El empezó a quitarse su camisa de cuello V qué le quedaba como mil demonios.

— Ryder para. — Dije cuando el empezó a quitarse los pantalones.

— Estoy muy borracho Savannah, Joder me follé una rubia qué me dejó con las mismas ganas.

Se quitó los pantalones, y luego bajó sus boxers, trague en seco al ver su gran masculinidad al aire, el se sentó en la cama de Jenn y me miró directo a los ojos.

— Folla conmigo, Savannah.

Me eché a reír.

— Realmente estas borracho Ryder.

Me paré de la cama y trate de no mirarlo mucho, Joder el estaba desnudo frente a mi, y no le importaba.

Me acerqué a refrigerador y busqué una botella de agua, se la entregue lo más alejada posible.

— Al menos hazme llegar a un orgasmo, Savnnah, eres mi mejor amiga, ayúdame. — Rogó.

— Ryder, duermete ¿Sí?

Me entré en mi cama para poder dormir, y evitar ver a Ryder desnudo, pero al cerrar los ojos lo primero qué vi fue la desnuda figura de Ryder, mierda.

Abrí los ojos y suspiré, miré a Ryder qué miraba toda la habitación como sí buscase algo.

— Me iré a duchar.

El se paró de la cama y entró en el baño, me mordí el labio, estaba tentandome entrar al baño y hacer todo lo qué el quería.

Savannah qué mierda estas pensando.

Traté de borrar cualquier pensamiento qué tenga qué ver con Ryder y el sexo, ¡Dios, estas cosas sólo me pasan a mi!

Me paré de la cama y camine alrededor de ella tratando de pensar claramente, malditas hormonas adolescentes.

No podía, Ryder era mi mejor amigo.

— ¿Qué haces?

Pegué un grito del susto y miré a Ryder qué tenía una toalla alrededor de su cintura, se veía menos borracho.

— Nada. — Dije.

El sentó en mi cama y abrió las sábanas para adentrarse en ella.

— Duerme conmigo.

— Al menos ponte tú ropa interior.

El suspiró, salió de la cama y se colocó sus boxers negro, volvió entrar en la cama, yo fui hasta el y me acosté a su lado.

Sus respiración chocaba en mi cuello, y mi piel se herizaba con cada toque.

— Se qué no lo haces porque no quieres romper nuestra amistad, pero aunque pasará todo sería igual, te lo prometo.

Alerta Mujeriego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora